Si el 15-M se hubiera mantenido en sus postulados iniciales, de proceso constituyente y democracia real, de lucha contra la corrupción, otro gallo cantaría. El poder se caga.
Lo demás es votar partitocracia pura y dura. Y me temo que con la ley electoral que tenemos no votar no es una opción aún cuando uno sospecha que todo podría ya estar pactado entre bambalinas.