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Los españoles del futuro: Uno de cada tres niños nacidos en España es hijo de extranjeros
En algunos municipios como Salt, en Gerona, este porcentaje llega al 75,7%

En España cada hora nacen 38 niños y 12 de ellos son de padre o progenitora nacida en el extranjero (el 32,4%). Ellos son los españoles del futuro y conformarán una población con el doble de diversidad que la actual, en la que el 16% de los residentes en el país vienen de fuera.

Aunque esa es la media para España, existen comunidades autónomas, provincias y municipios donde la incidencia es muy superior, tal y como se desprende de un estudio elaborado por el Observatorio Demográfico del CEU a partir de microdatos del INE y al que ha tenido acceso este medio.

En Cataluña, la comunidad que lidera la clasificación, cuatro de cada diez niños que vienen al mundo tiene padre o progenitora extranjero, una proporción que se sitúa en el 37,3% en el caso de Baleares y en el 35,2% en La Rioja, pero que baja hasta el 9,2% para el caso de Extremadura o al 16,5% en Andalucía.

Aunque en media nacional predominan los alumbramientos de bebés de padres españoles, hay puntos calientes en el mapa en los que la mayoría de los nacidos son descendientes de extranjeros. Es el caso de Salt, dividido por el río Ter y que forma una conurbación con Gerona, donde el 75,7% de los nacidos son de padre o progenitora extranjera y sólo un 22,4% tienen progenitores españoles. La mitad de esos niños de padres extranjeros en esa localidad son jovenlandeses (sobre todo marroquíes, aunque también hay presencia de gambianos, malienses, senegaleses y nigerianos).


De hecho, Gerona es la única provincia donde más de la mitad de los nacidos (el 50,9%) son de origen foráneo y, en la mayor parte de los casos, tanto la progenitora como el padre son extranjeros.

Joaquín Leguina, director del Observatorio y autor del estudio, quien fue presidente de la Comunidad de Madrid entre 1983 y 1995 bajo las siglas socialistas, explica a EL MUNDO que "en Cataluña, en la época de Jordi Pujol se intentó sustituir la vieja inmi gración del resto de España por inmi gración jovenlandés. Es una decisión completamente absurda y típica del nacionalismo catalán que trae consigo problemas añadidos, porque es más complicado que se integre un grupo de marroquíes que uno de peruanos", señala.

"Los marroquíes que llegan a España son en su mayoría varones que se dedican a la construcción y las infraestructuras y otros servicios de baja calidad en el trabajo, desempeñan trabajos de poco valor añadido que no requieren formación. La mujer habitualmente no trabaja, aunque esto es una preocupación de segunda porque se dedican al cuidado de los hijos y eso es un servicio también. Además de que en España hacen falta niños, aunque sean marroquíes", explica.

Manlleu, municipio industrial de Barcelona, es otro de los lugares con elevada presencia de niños nacidos de extranjeros (el 62,7%, también con alta proporción de marroquíes), aunque no sólo en Cataluña se dan casos extremos. En Níjar, Almería, el 68,5% de los niños que vienen al mundo son de padre o progenitora extranjera -más de la mitad marroquíes-; mientras que en Parla, en Madrid, el 51,2% de los que tienen un bebé son extranjeros.

MÁS EXTRANJERAS Y MÁS HIJOS POR MUJER
La mayor proporción de bebés de origen internacional se debe, por un lado, a que en esas zonas reside más cantidad de población extranjera y, por otro, a que las mujeres de fuera tienen mayores tasas de fecundidad que las españolas.

Leguina señala que la distribución heterogénea de los extranjeros por el territorio nacional tiene una lógica. "¿Usted dónde iría?", pregunta, y él mismo responde: "A una ciudad, eso lo primero, y a poder ser grande. Es lógico que no se decanten por zonas del interior, pueblos o lo que llamamos la España vaciada. La inmi gración que vacía esas zonas es la de españoles que han ido a la ciudad, y recuperar población ahí pasa por dar servicios (hay pueblos en que las escuelas han desaparecido, y no hablemos de las sucursales de bancos...) todos esos servicios han desaparecido por la crisis de vaciamiento demográfica de esas zonas", apunta, lo que las hace menos atractivas para el extranjero.

Las comunidades autónomas con más población extranjera son Baleares, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana. Las que menos, Extremadura, el Principado de Asturias, Castilla y León y Galicia. En general, "la inmi gración va mucho más a regiones más pujantes y/o menos envejecidas que a las que tienen el perfil opuesto". Es precisamente en esas regiones donde hay más proporción de extranjeros en las que los políticos se afanan estos días para captar el voto viajero en las próximas elecciones municipales y autonómicas del día 28.

En cuanto a la fecundidad, según los datos del estudio, mientras las mujeres españolas tienen una media de 1,2 hijos, las extranjeras superan esa ratio con creces, especialmente las africanas -que tienen de media 3,4 hijos- y, en concreto las marroquíes, mayoritarias en España, suelen tener 3,5 hijos de media por mujer.

Las iberoamericanas tienen de media 1,3 hijos; las asiáticas 1,9 -con excepciones como las mujeres de Bangladesh, que tienen 4,3, o las pakistaníes, que tienen 4,2-; mientras que las de Europa Oriental tienen 1,3 -las rumanas, colectivo mayoritario en nuestro país, tienen 1,4 de media- y las de Europa Occidental, 1 hijo por mujer.

No es casualidad, además, que las extranjeras tengan su primer hijo más jóvenes que las españolas, casi tres años antes, aunque la adaptación al país ha hecho que esa edad también se retrase.

SE COMPENSA LA CAÍDA DE POBLACIÓN AUTÓCTONA
Esta mayor natalidad entre los extranjeros residentes en España que entre los nacionales -unido a que tienen de media menor edad- provoca importantes diferencias en los saldos vegetativos, es decir, en el crecimiento que se produce en el número de miembros de cada colectivo si se compara de forma aislada. Si se calcula cuántos nacimientos de pagapensiones se producen al año y se restan las defunciones de este colectivo, se observa que el saldo es positivo (una ganancia de 68.000 personas en 2021, por ejemplo), si bien se ha reducido ligeramente en los últimos años por la menor llegada de migrantes por las restricciones de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y a medida que aumenta el envejecimiento de los extranjeros y que algunos de ellos retrasan la maternidad.

Sin embargo, el saldo natural entre los españoles autóctonos es negativo, ya que mueren más personas de las que nacen cada año. En 2021, la población española perdió 181.000 personas en términos netos por esta razón.

La combinación de ambos efectos (que la población extranjera crezca y que la española decrezca) provoca que en algunas zonas del país los foráneos estén desplazando poco a poco a los nativos, según recoge el estudio. "Se está produciendo una sustitución de población autóctona por foránea. Este fenómeno es más acusado en Barcelona y también notable en Bilbao, Valencia y Madrid. La pérdida de españoles autóctonos se ha debido en parte a un mayor número de defunciones que de nacimientos, pero sobre todo, a la marcha de población a otros lugares (otros municipios de la provincia, otras provincias o al extranjero). Es un fenómeno digno de estudio", apuntan.

Por ejemplo, en los últimos 25 años, la ciudad de Madrid ha perdido 430.000 ciudadanos españoles pero ha ganado 844.000 pagapensiones; mientras que en Barcelona la población de españoles autóctonos ha bajado en 384.000 mientras que la de pagapensiones ha crecido en 511.000. Si se tienen en cuenta las siete ciudades más grandes de España (esas dos más Valencia, Sevilla, Bilbao, Zaragoza y Málaga), han perdido en conjunto 1,17 millones de españoles, pero han ganado 1,83 millones de extranjeros.

Este fenómeno demográfico se aprecia especialmente en algunas franjas de edad, en las que la proporción de población extranjera es "elevadísima", apuntan. Es el caso de lo que ocurre en la ciudad de Madrid, donde un 41% de las personas de entre 20 y 39 años son extranjeras.

En algunos distritos de la capital, hay de hecho más población de esa edad extranjera que española, como ocurre en Usera (donde el 57% de los jóvenes de 20 a 39 años son de fuera), en Carabanchel (55%), Villaverde (55%) o el Centro (53%). En el resto de distritos de la capital, la proporción de extranjeros es menor que la de los españoles.

Aunque el estudio no dispone de datos tan desglosados para la ciudad de Barcelona, sus autores advierten de que estos porcentajes serán previsiblemente mayores, ya que la ciudad cuenta con más pagapensiones censados de todas las edades, más niños nacidos de padre y/o progenitora extranjera y, como curiosidad, un 4% del total de hombres de 20 a 44 empadronados en la ciudad en enero del año pasado eran de origen pakistaní.

EL RETO DE LA INTEGRACIÓN
"Como tenemos una fecundidad baja, en este caso bajísima, estamos condenados a una proporción creciente de viejos -y digo viejos a propósito- que se puede aliviar con inmi gración. Pero tenemos que analizar qué tipo de pagapensiones vienen, qué formación tienen y cómo se integran", apunta Leguina.

El estudio recoge que la integración de los extranjeros es una de las principales preocupaciones demográficas que tiene que abordar el país. Utiliza como indicador del "grado de integración socioafectiva" el nivel de endogamia, es decir, la proporción en la que los extranjeros forman pareja o matrimonio con un español o con una persona de su misma nacionalidad. Según sus cálculos a partir de microdatos del INE, sólo dos de cada diez niños nacidos en España de un progenitor extranjero tenían el otro progenitor español.

En algunas nacionalidades, el grado de endogamia es casi total, como es el caso de la población de Pakistán -en la que el 98% de los niños nacidos tienen a los dos padres de esa misma nacionalidad-, Bangladesh (98%), Mali (97%), India (96%) o jovenlandia (93%).

El autor del estudio señala que es importante también para la integración el grado de desarrollo profesional de los extranjeros. "Apenas hay hijos de pagapensiones en las universidades españolas. Eso quiere decir que van a tener sueldos bajos y van aliviar poco a la Seguridad Social. En el centro de Madrid, los extranjeros se dedican a trabajos no muy bien remunerados ni de alta cualificación, pero sus hijos no tienen porqué seguir esa linea el día de mañana. A día de hoy hay muy pocos que suban a la Universidad, que sigue siendo una escalera social. Hijos de pagapensiones trabajadores hay muy pocos en la Universidad, no nos referimos a hijos de ejecutivos europeos, sino a latinoamericanos o marroquíes. La integración a medio plazo pasa porque los hijos estudien igual que los hijos de españoles, lleguen a la universidad en la misma proporción... es un proceso beneficioso para ellos y para el país en el que están residiendo", reflexiona.

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