Me gustaría conocer la opinión respecto al artículo, de los defensores de la tras*ición a un sistema de energías renovables.
Porque aparte de una legislación que dificulta toda instalación particular, estamos viendo que el momento para invertir en infraestructuras es el menos indicado para la mayoría de hogares, que ya tienen su economía doméstica estirada al límite.
Mi opinión es que pasa como con la nep, se publicita como "tras*ición" el dejar en la cuneta de la pobreza energética a cada vez más gente.
No se si el artículo da para una lectura de ese tipo.
tras*itar a renovables (asumiendo una óptica tecnológica - o BAU como dirían los crashoileros) nos permite hacer viable un mundo de alta energía per cápita, similar al actual.
Es decir. hacia un mundo estacionario. Un mundo estacionario es compatible con satisfacer bien nuestras necesidades y calidad de vida, pero compatible no significa que lo cree de por sí. Un mundo estacionario requiere de ciertos niveles de reparto para que esa calidad de vida llegue a todo el mundo.
Eso son temas de economía, política, etc. no de energía.
Lo más que podría decir de esto es que la gente de las eléctricas son egoistas hasta un nivel psicopático, pero no son intrínsecamente malévolos (al menos la mayoría). Es decir, no están buscando la pobreza de la gente. Símplemente les importa un pimiento crear esa pobreza si eso les reporta algún beneficio.
Una de las cosas que podemos ver es que hasta ahora, incrementar precios SÍ les ha reportado beneficios pero simultáneamente ha destruido demanda.
¿Qué puede ocurrir cuando se destruye demanda? ¿Qué significa en el día a día?
Dependerá. En unos casos será símplemente que no se consume, con las consecuencias a las que equivalga. Por ejemplo, una reducción de calefacción que implica una bajada de la temperatura a la que se enfrenta la persona.
De 23 a 18 grados, puede suponer un ahorro superfluo, donde antes se iba por casa con ropa ligera a tener que ir un poco más abrigado.
Bajar hasta 15 grados puede suponer una molestia. Pérdida de calidad de vida. Verse obligado a moverse para no quedarse frío o soportarlo.
No tener calefacción puede suponer enfermedades graves o fin por congelación en climas muy fríos, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que las adaptaciones de este tipo tienen inercia. Esto significa que esa demanda que están destruyendo puede (y casi seguro) no retornar a su posición original aunque recuperase los mismos precios.
Esto es sencillo de comprender. Algunas adaptaciones, como mencionaba antes, implican cambios que NO deseamos hacer y que revertiremos en cuando podamos. Pero podemos hacer cambios que no hacíamos por costumbre, vagancia, desconocimiento o coste de inversión y que una vez hecho el esfuerzo el consumo no retornará al margen del precio.
Pensemos, por ejemplo, un ciudadano con calefacción de gas. Tiene unas ventanas mal aisladas, pero ha echado cuentas y ve que el esfuerzo económico de la sustitución es grande y tardará mucho en amortizarlo.
El gasto del gas se dispara. Ahora la amortización es mucho más corta. Al final decide que sí, especialmente temiendo subidas futuras, así que cambia las ventanas.
¿Se recuperará el consumo si el gas retorna a su precio original?
No. Las ventanas no las va a quitar. Su piso ya es más eficiente manteniendo el calor. La amortización tardará más, pero eso no importa. El consumo no se recuperará.
¿Qué significa eso? Significa que las eléctricas, aunque quieran maximizar sus ganancias, se enfrentan a unos ciudadanos capaces de buscar formas de reducir su consumo y tienen el riesgo de apiolar su propio mercado. Ya estamos viendo varios años que el consumo se mantiene o incluso se reduce. Llega un momento que subir el precio no reporta más beneficios sino al contrario, provoca la huida de sus compradores.
Por otro lado, las renovables son menos costosas que las fósiles, especialmente en escenarios bien construidos (de momento, por ejemplo, hasta que el almacenamiento tenga el precio adecuado, en mix con gas, biogas o biomasa). A las eléctricas les da igual con qué energía producir. Lo que quieren es que no produzcan con otro propietario (quien se llevaría el dinero). Si las renovables son suyas, encantados. Apostarán por lo que les salga más barato.
De ahí que crea que, vistos sus contactos con el gobierno, todo apunta a que se inventarán una fórmula para ser ellos los propietarios de las renovables y vendérnoslas. Porque cuanto más baratas les salgan, mayor será su margen de beneficio y ese es su objetivo.
Otra cosa es que al ser inversores establecidos, los precios de las renovables no compiten de tú a tú con las fósiles, sino contra sus gastos variables de las centrales existentes, lo que implica que las renovables deben ser mucho más baratas (ya que es su amortización más gastos contra sólo gastos en las fósiles) para que ellos apuesten por ellas. La única excepción es cuando se necesita nueva potencia, porque la antigua ya requiere ser reemplazada.
Entonces sí es de tú a tú.
Por tanto las maniobras del oligopolio sólo son un freno coyuntural que no para la tras*ición.
