Es algo que hasta un ateo como el filósofo existencialista Jean-Paul Sartre tenía claro:
¿Qué es una persona?
El filósofo Jean-Paul Sartre decía que la diferencia entre una persona y todo lo que no sea una persona se ve en que si uno se encuentra solo no le importa permanecer desnudo, pues lo que le rodea son objetos; si, en cambio, hay algo entorno a él que le haga aflorar ciertos sentimientos (miedo, vergüenza, satisfacción…),
[1] entonces lo que tiene cerca es una persona, y es por ello que normalmente nos vestimos y miramos a los demás con respeto.
Por consiguiente, si a una persona no le preocupa que le vean desnuda sin estar justificado
[2] es que considera que quien le ve no es una persona, está faltando el respeto al otro, ni se considera a sí misma como una persona.
El porqué reaccionamos o nos sentimos así las personas normales no sé si tiene sentido preguntárselo; es decir, sencillamente esto funciona así, y punto; en la vida tampoco hace falta saber el porqué de todo. Los humanos somos sensibles a la «mirada del otro».
[3]
[1] Jean Paul Sartre:
“La Dialéctica de la Cosificación”: “El Sentido de la Mirada del Otro”.
[2] Puede estar justificado, por ejemplo, para una revisión médica.
[3] «La mirada del otro, para Jean-Paul Sartre,
nos obliga a tener en cuenta su presencia. La mirada del otro es un juez omnipresente que nos tras*forma en sujetos que pueden ser juzgados en cualquier instante, en cualquier lugar, aquí y ahora». (FUENTE:
¿Nos tras*forma la mirada del otro?).
Jean-Paul Sartre (1905-1980)