Culozilla
Madmaxista
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"Es que eres un completo inmaduro incapaz de comprometerte!"
"Nunca vas a dejar de ser un adolescente? Necesito un hombre de verdad y no un pimpollo infantil como tú!"
¿Cuántas veces hemos oido eso en las series y en las películas? Y cuántas veces hemos visto que ese sea un motivo válido para que la chica deje al chico?
A priori suena lógico: una mujer necesita una pareja a su lado que sea maduro para construir un futuro. Punto, ya está. Eso es algo que muchas veces hemos asumido como cierto. Pero, lo es? ¿Y si digo que realmente las inmaduras son ellas?
Casarse es un paso lógico para una pareja que se quiere y que lleva años conviviendo juntos, pero naturalmente no es la única opción.
No todas las parejas que se quieren se casan ni todas las parejas que se casan se quieren.
Tomemos este ejemplo:
Esther es una mujer que el mes que viene va a cumplir 28 años. Trabaja en RR.HH en una multinacional. Lleva saliendo con Javi desde hace tres años.
Pero antes de conocerle, ella exprimió su juventud al máximo: salía de fiesta cada finde con sus amigas: la Noe, la Silvi y la Mary, que están loquísimas y siempre la lían. Esther se ha pasado años en el carrusel, e incluso algún verano se ha ido de vacaciones a Ibiza con algún chulazo morenazo que conoció en alguna discoteca o en el gym y que se la ha amado por todos los agujeros grabándolo todo con el móvil de él.
Esther se lo ha pasado en grande! Ole su shishi! Nadie debería culparle: era joven, soltera y libre. No engañó ni traicionó a nadie. Pero ha durante años se ha comportado como una auténtica niñata inmadura.
Pasan los años y a Esther le daba cada vez más pereza salir cada finde. Puede que 1 de 3 sea más que necesario. Ahora le apetece más quedarse en casa y donde antes había pelis como magic Mike con todos esos torsos definidos, ahora hay pelis como "La La La", "El diario de Noa", "sin compromiso" y hasta "Lost in tras*lation" aunque esta última no la entendió muy bien.
Se estaba acomodando. Ella lo sabía pero podía permitírselo. La prueba es que seguía teniendo cientos de pretendientes en Tinder, tíos que seleccionaba muy cuidadosamente y que se amaba cuando le apetecía.
Pero tiempo atrás, cada mañana cuando bajaba a tomarse el café, coincidía con Javi, el chaval de mantenimiento. Un tío sencillo, un 6 de 10, quien le iba soltando algún que otro tirito. Ella pensaba que el chico era bastante normalito pero le gustaban sus ojos verdes y poco a poco él fue camelándosela con cierto airecillo macarrita hasta que al final le pidió salir y con el tiempo terminaron de novietes.
Por otra parte, la Silvi lleva ya tiempo con su novio, el Juan, del que se ríen un poco de él (incluida la Silvi)y al que consideran un tanto simplón, gordete y con entradas. Pero el caso es que el Juan le ha pedido matrimonio y ella ha aceptado encantadísima de la vida.
Ni que decir tiene que el grupo están emocionadísimas con la preparación de la boda: que si el vestido, que si el viaje, etc. Llegado el día, Esther va contentísima al enlace y Javi va de acompañante. Ella se lo pasa genial, Javi no tanto, pero mantiene el tipo y es educado a pesar de que apenas conoce a nadie.
El enlace causa un gran impacto en Esther: "qué feliz se veía la Silvi! y qué guapa iba con ese vestido!!"
Ese sentimiento, aunque no explosivo, ha ido ramificándose en su interior poco a poco pero de forma inexorable, reforzado por pelis románticas Hollywoodienses de Gerald Butlers y similares: la chica guapa e insegura que conoce al chico perfecto y guapísimo, se discuten, rompen, lo pasan fatal pero al final él baja del burro y le pide matrimonio. Bien, el amor puede con todo!!
Ella mira a Javi y espera que haga lo mismo que el guaperas de la película. Pero Javi está más a lo suyo. Incluso en alguna ocasión ha tenido la desfachatez de quedar con sus amigos un sábado por la tarde para echar unos vicios a la Play!!! I-N-T-O-L-E-R-A-B-L-E!!
Ni que decir tiene que cuando esto ha pasado, la bronca que le ha echado a sido monumental! y, por supuesto, ha buscado el refuerzo en sus amigas que naturalmente le han dado la razón, tildando a Javi de inmaduro y egoísta.
Hay que decir que ella está con Javi por simple comodidad no porque realmente esté enamorada de él. Eso lo puede intuir cualquiera.
A todo esto, hace dos meses se casó la Laura, una compañera de departamento que a ojos de Esther es una sencilla, una inútil y una cutre, pero que ha pasado por el altar antes que ella y esto escuece. Así que Esther también quiere su gran día y va apretar a Javi.
Ese fin de semana, la pareja queda para cenar fuera y luego van a casa de él. Javi quiere echar un polvo y empieza a meter mano. Pero Esther no está demasiado emocionada y le corta el rollo:
- A ver, Javi. Hasta cuándo vamos a seguir de este plan?
- ¿...A qué te refieres, cari?
- A esto, Javi! a Esto! Quedamos los fines de semana para cenar y luego amar. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?
- Pero... cari... no te entiendo?
- ¿Es que no piensas en el futuro?! Las relaciones tienen que ir evolucionando y yo veo que la nuestra está estancada. Y ya llevamos tres años así.
- No.. no..sé... cari yo pensaba que estábamos bien.
- Porque tú sólo piensas en ti! "yo estoy bien y con eso basta", no?! Eres un egoísta! qué hay de mi?! Acaso no entiendes que yo necesito algo más?!!
- Pero... cari... yo
- Ni pero ni palos, Javi!! jorobar! es estoy perdiendo el tiempo con un inmaduro incapaz de comprometerse!! Yo quiero avanzar en la vida!
Javi está estupefacto. Le ha caído un hostión y no sabe de dónde ha venido. La ve marcharse enfadada de su casa y al asomarse puede ver como está llamando a una de sus amigas y diciendo que él es un iluso de cosa.
Javi, que es simple pero no orate del todo, sabe que o hace algo o la va a perder right now. Así que asustado le compra un anillo de compromiso y el finde siguiente le pide matrimonio. Ella estalla de felicidad, pero no porque realmente quiera pasar su vida al lado de Javi, sinó porque al día siguiente su whatsapp va a echar humo: se lo va a contar a todo el mundo y por la perspectiva de un año emocionante: ir con su progenitora, hermanas y amigas a mirarse el vestido perfecto; reservar día en la iglesia, visitar restaurantes; hacer catas de menús; preparar lista de invitados; reservar el viaje de novios; la disposición de las mesas; la peluquería.... y finalmente tener su gran día, vistiendo de un blanco que irradia pureza aunque se haya amado a más de 50 tíos distintos y haya hecho las mayores guarradas sensuales con ellos; en la iglesia aunque apenas sea creyente y siendo la estrella absoluta de un show montado única y exclusivamente para ella. Cumpliendo su gran sueño.
Qué gran final feliz. Pero realmente hay algo de madurez en sus actos? Absolutamente no.
Esther se ha casado porque llevaba soñando con ese gran día vistiendo de blanco como una princesa; porque es lo que se supone que la chica debe lograr, lo ha visto en decenas de películas de Hollywood. A ella le daba igual casarse con Javi o con cualquier otro que se lo hubiera pedido. Lo importante era emborracharse de protagonismo. La boda y sus preparativos no han sido otra cosa que una gran oda a su gigantesco egocentrismo.
¿Casarse era el siguiente paso evolutivo de la relación entre Javi y ella? En absoluto! Era ella quería su gran boda y para ello no dudó en pillar una rabieta infantil y darle un ultimátum a Javi: o termina en boda o se acaba nuestra relación!
Javi es bastante más simple. Era feliz con salir a cenar y un polvo el sábado noche. Estaba bien como estaba, no le apetecía para nada casarse, pero se encontró entre la espada y la pared y prefirió ceder al berriche de Esther.
Posiblemente, pasados un par de años, Esther le pida el divorcio a Javi porque se ha cansado de él. Nunca le quiso y ella quiere volver a vivir. Por supuesto, irá contando a todo el mundo que dejó a Javi porque era un simplón infantil y no el hombre de verdad que ella necesitaba a su lado.
Al final con boda de por medio o no, Javi terminó siendo un pimpollo infantil.
"Nunca vas a dejar de ser un adolescente? Necesito un hombre de verdad y no un pimpollo infantil como tú!"
¿Cuántas veces hemos oido eso en las series y en las películas? Y cuántas veces hemos visto que ese sea un motivo válido para que la chica deje al chico?
A priori suena lógico: una mujer necesita una pareja a su lado que sea maduro para construir un futuro. Punto, ya está. Eso es algo que muchas veces hemos asumido como cierto. Pero, lo es? ¿Y si digo que realmente las inmaduras son ellas?
Casarse es un paso lógico para una pareja que se quiere y que lleva años conviviendo juntos, pero naturalmente no es la única opción.
No todas las parejas que se quieren se casan ni todas las parejas que se casan se quieren.
Tomemos este ejemplo:
Esther es una mujer que el mes que viene va a cumplir 28 años. Trabaja en RR.HH en una multinacional. Lleva saliendo con Javi desde hace tres años.
Pero antes de conocerle, ella exprimió su juventud al máximo: salía de fiesta cada finde con sus amigas: la Noe, la Silvi y la Mary, que están loquísimas y siempre la lían. Esther se ha pasado años en el carrusel, e incluso algún verano se ha ido de vacaciones a Ibiza con algún chulazo morenazo que conoció en alguna discoteca o en el gym y que se la ha amado por todos los agujeros grabándolo todo con el móvil de él.
Esther se lo ha pasado en grande! Ole su shishi! Nadie debería culparle: era joven, soltera y libre. No engañó ni traicionó a nadie. Pero ha durante años se ha comportado como una auténtica niñata inmadura.
Pasan los años y a Esther le daba cada vez más pereza salir cada finde. Puede que 1 de 3 sea más que necesario. Ahora le apetece más quedarse en casa y donde antes había pelis como magic Mike con todos esos torsos definidos, ahora hay pelis como "La La La", "El diario de Noa", "sin compromiso" y hasta "Lost in tras*lation" aunque esta última no la entendió muy bien.
Se estaba acomodando. Ella lo sabía pero podía permitírselo. La prueba es que seguía teniendo cientos de pretendientes en Tinder, tíos que seleccionaba muy cuidadosamente y que se amaba cuando le apetecía.
Pero tiempo atrás, cada mañana cuando bajaba a tomarse el café, coincidía con Javi, el chaval de mantenimiento. Un tío sencillo, un 6 de 10, quien le iba soltando algún que otro tirito. Ella pensaba que el chico era bastante normalito pero le gustaban sus ojos verdes y poco a poco él fue camelándosela con cierto airecillo macarrita hasta que al final le pidió salir y con el tiempo terminaron de novietes.
Por otra parte, la Silvi lleva ya tiempo con su novio, el Juan, del que se ríen un poco de él (incluida la Silvi)y al que consideran un tanto simplón, gordete y con entradas. Pero el caso es que el Juan le ha pedido matrimonio y ella ha aceptado encantadísima de la vida.
Ni que decir tiene que el grupo están emocionadísimas con la preparación de la boda: que si el vestido, que si el viaje, etc. Llegado el día, Esther va contentísima al enlace y Javi va de acompañante. Ella se lo pasa genial, Javi no tanto, pero mantiene el tipo y es educado a pesar de que apenas conoce a nadie.
El enlace causa un gran impacto en Esther: "qué feliz se veía la Silvi! y qué guapa iba con ese vestido!!"
Ese sentimiento, aunque no explosivo, ha ido ramificándose en su interior poco a poco pero de forma inexorable, reforzado por pelis románticas Hollywoodienses de Gerald Butlers y similares: la chica guapa e insegura que conoce al chico perfecto y guapísimo, se discuten, rompen, lo pasan fatal pero al final él baja del burro y le pide matrimonio. Bien, el amor puede con todo!!
Ella mira a Javi y espera que haga lo mismo que el guaperas de la película. Pero Javi está más a lo suyo. Incluso en alguna ocasión ha tenido la desfachatez de quedar con sus amigos un sábado por la tarde para echar unos vicios a la Play!!! I-N-T-O-L-E-R-A-B-L-E!!
Ni que decir tiene que cuando esto ha pasado, la bronca que le ha echado a sido monumental! y, por supuesto, ha buscado el refuerzo en sus amigas que naturalmente le han dado la razón, tildando a Javi de inmaduro y egoísta.
Hay que decir que ella está con Javi por simple comodidad no porque realmente esté enamorada de él. Eso lo puede intuir cualquiera.
A todo esto, hace dos meses se casó la Laura, una compañera de departamento que a ojos de Esther es una sencilla, una inútil y una cutre, pero que ha pasado por el altar antes que ella y esto escuece. Así que Esther también quiere su gran día y va apretar a Javi.
Ese fin de semana, la pareja queda para cenar fuera y luego van a casa de él. Javi quiere echar un polvo y empieza a meter mano. Pero Esther no está demasiado emocionada y le corta el rollo:
- A ver, Javi. Hasta cuándo vamos a seguir de este plan?
- ¿...A qué te refieres, cari?
- A esto, Javi! a Esto! Quedamos los fines de semana para cenar y luego amar. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?
- Pero... cari... no te entiendo?
- ¿Es que no piensas en el futuro?! Las relaciones tienen que ir evolucionando y yo veo que la nuestra está estancada. Y ya llevamos tres años así.
- No.. no..sé... cari yo pensaba que estábamos bien.
- Porque tú sólo piensas en ti! "yo estoy bien y con eso basta", no?! Eres un egoísta! qué hay de mi?! Acaso no entiendes que yo necesito algo más?!!
- Pero... cari... yo
- Ni pero ni palos, Javi!! jorobar! es estoy perdiendo el tiempo con un inmaduro incapaz de comprometerse!! Yo quiero avanzar en la vida!
Javi está estupefacto. Le ha caído un hostión y no sabe de dónde ha venido. La ve marcharse enfadada de su casa y al asomarse puede ver como está llamando a una de sus amigas y diciendo que él es un iluso de cosa.
Javi, que es simple pero no orate del todo, sabe que o hace algo o la va a perder right now. Así que asustado le compra un anillo de compromiso y el finde siguiente le pide matrimonio. Ella estalla de felicidad, pero no porque realmente quiera pasar su vida al lado de Javi, sinó porque al día siguiente su whatsapp va a echar humo: se lo va a contar a todo el mundo y por la perspectiva de un año emocionante: ir con su progenitora, hermanas y amigas a mirarse el vestido perfecto; reservar día en la iglesia, visitar restaurantes; hacer catas de menús; preparar lista de invitados; reservar el viaje de novios; la disposición de las mesas; la peluquería.... y finalmente tener su gran día, vistiendo de un blanco que irradia pureza aunque se haya amado a más de 50 tíos distintos y haya hecho las mayores guarradas sensuales con ellos; en la iglesia aunque apenas sea creyente y siendo la estrella absoluta de un show montado única y exclusivamente para ella. Cumpliendo su gran sueño.
Qué gran final feliz. Pero realmente hay algo de madurez en sus actos? Absolutamente no.
Esther se ha casado porque llevaba soñando con ese gran día vistiendo de blanco como una princesa; porque es lo que se supone que la chica debe lograr, lo ha visto en decenas de películas de Hollywood. A ella le daba igual casarse con Javi o con cualquier otro que se lo hubiera pedido. Lo importante era emborracharse de protagonismo. La boda y sus preparativos no han sido otra cosa que una gran oda a su gigantesco egocentrismo.
¿Casarse era el siguiente paso evolutivo de la relación entre Javi y ella? En absoluto! Era ella quería su gran boda y para ello no dudó en pillar una rabieta infantil y darle un ultimátum a Javi: o termina en boda o se acaba nuestra relación!
Javi es bastante más simple. Era feliz con salir a cenar y un polvo el sábado noche. Estaba bien como estaba, no le apetecía para nada casarse, pero se encontró entre la espada y la pared y prefirió ceder al berriche de Esther.
Posiblemente, pasados un par de años, Esther le pida el divorcio a Javi porque se ha cansado de él. Nunca le quiso y ella quiere volver a vivir. Por supuesto, irá contando a todo el mundo que dejó a Javi porque era un simplón infantil y no el hombre de verdad que ella necesitaba a su lado.
Al final con boda de por medio o no, Javi terminó siendo un pimpollo infantil.
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