Un forero ya te ha dado la clave: era el pueblo deicida por excelencia. Eso, ya lo condicionaba todo.
Luego, el derecho de propiedad. Es cierto que en la Edad Media solo estaba reservado ese derecho a la nobleza, aunque se fué abriendo la mano a ciertos sectores de la naciente burguesia. Pero en el caso de los judíos, eso se postergó 100 años más tarde y muuuy lentamente.
El acceso a según que oficios, si sumamos el punto anterior, también era motivo de más restricciones. Obviamente el préstamo pudo convertirse en un medio de salida.
Y llegamos al punto clave que ha mencionado otro forero respecto a la familia de los Austrias: ¿por alguna razón los gobernantes de entonces no podían ser unos manirotos económicos como los que tenemos hoy en día? Pues basta que las deudas que contraían fueran los suficientemente grandes como para que el avispado rey hiciera números, se acordara del carácter deicida de ese pueblo, sumado a que ya la Iglesia, sermón tras sermón en miles de omilías no hubiera un Domingo que les recordara a la feligresía a ellos como causantes de la sangre derramada de Cristo.... y ya tienes el combo perfecto.