Miles de jóvenes españoles (con una edad media de 21 años) están siendo engañadas, vejadas, explotadas laboralmente e incluso en ocasiones acosadas sexualmente en el Reino Unido.
Las engañas vendiéndoles la moto de que no van a trabajar, sino a vivir una experiencia de intercambio, en la cual enseñarán español a los niños de la familia de acogida y ellas practicarán su inglés, y que además tendrán la estancia pagada y se ganaran una pequeña paga de 400 o 500 euros mensuales.
Luego la realidad que se encuentran al llegar es que los anfitriones las tratan como a chachas, las obligan a hacer todas las tareas domésticas, los recados y estar con los niños todo el día a cambio de un suelto indigno y perversos. Es esclavitud encubierta.
A menudo también ocurre que el padre de familia se pone muy cariñoso cuando se queda a solas con la joven y trata de propasarse, o se cuela en su cuarto a oler sus braguitas.
Una muchacha tan joven y sin dinero, en un país extranjero, sin dominar el idioma y sin conocer a nadie, la mayoría de las veces no sabe como reaccionar ni suele tener dinero para salir de allí e irse a un hotel y comprar billetes de vuelta ese mismo día. Así que muchas acaban pasando por situaciones muy jodidas y aberrantes y aguantando tratos vejatorios que no hubiesen aguantado en España.
¿Qué hace el puñetero ministerio de igualdad que no prohíbe ese tipo de agencias que se dedican a engañar y explotar a jóvenes españolas?
