Hay una medida que siempre he pensado que iría bien: Que los políticos estén obligados por ley a usar la sanidad y la educación pública, y en igualdad de condiciones, es decir sin enchufes, con las mismas colas, listas de espera, el colegio público que les toque, etc.
Así, al sufrirlo en sus propias carnes, a lo mejor no derrocharían tanto el dinero y lo gastarían donde hace falta.