Se empieza por implantarlo en las fronteras y se acaba por ponerlo en cualquier semáforo de cualquier esquina. Porque la excusa es la misma en ambos casos y, si es admisible en unos, lo es en todos los demás: nuestra "seguridad". El comodín universal para dejarnos sin los derechos más básicos y fundamentales.
Esto no es más que otra variante de las investigaciones prospectivas, prohibidas por nuestro ordenamiento jurídico.