castguer
Madmaxista
Si tu imagen se imprimía en mis ojos,
mi abrazo se instalaba para ti.
Me llenaste de gracias, motor de mis días.
De principios y despedidas constantes.
Y con todo, comprendo que estamos,
que nacimos para la percepción,
para rozarnos con el viento, con las palabras,
pero sin la piel. Sin el tacto presente,
misterio perpetuo en la mente.
Con mi gratitud por lo vivido
y por lo que se intuye vivir,
vuelvo a proclamar la voluntad de tu amor,
de la inteligencia que albergan tus modos,
del estar de tus formas y criterios.
Con tu panorámica duda de todo,
de mis dudas y deseos primarios.
Lo intuía. Se fraguaba con el tiempo,
que no existe, pero circula,
hacia adelante, sin parada controlada.
Comprendí dónde está mi primera estación.
El otoño. No ayuda. No colabora.
Aunque me hace bien reflejarme
tras los vidrios, con la retina,
recogiendo los saludos de las ramas,
que agitan sus colores gastados,
como el corazón de tanto dar y recibir.
Entorno a secretos recuerdos, silenciosas,
las caricias se arrastraron veloces.
Ahora, caen de amor al suelo hojoso
formando un manto de cálida memoria,
y con él me sigues abrazando.
mi abrazo se instalaba para ti.
Me llenaste de gracias, motor de mis días.
De principios y despedidas constantes.
Y con todo, comprendo que estamos,
que nacimos para la percepción,
para rozarnos con el viento, con las palabras,
pero sin la piel. Sin el tacto presente,
misterio perpetuo en la mente.
Con mi gratitud por lo vivido
y por lo que se intuye vivir,
vuelvo a proclamar la voluntad de tu amor,
de la inteligencia que albergan tus modos,
del estar de tus formas y criterios.
Con tu panorámica duda de todo,
de mis dudas y deseos primarios.
Lo intuía. Se fraguaba con el tiempo,
que no existe, pero circula,
hacia adelante, sin parada controlada.
Comprendí dónde está mi primera estación.
El otoño. No ayuda. No colabora.
Aunque me hace bien reflejarme
tras los vidrios, con la retina,
recogiendo los saludos de las ramas,
que agitan sus colores gastados,
como el corazón de tanto dar y recibir.
Entorno a secretos recuerdos, silenciosas,
las caricias se arrastraron veloces.
Ahora, caen de amor al suelo hojoso
formando un manto de cálida memoria,
y con él me sigues abrazando.
Mar DelaRisa [/CENTER]