PODÉIS ENVIAR "FELICITACION" : Gabriel Rufián y Marta Pagola, asesora del PNV, ya son padres

Anka Motz

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La pareja se casó en junio de 2022, en Irún, tras conocerse en 2018


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Día especial para el portavoz de Esquerra en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, y la periodista Marta Pagola, responsable de prensa del PNV en el Parlamento nacional. El matrimonio han dado la bienvenida a su primer hijo en común. La noticia se ha confirmado por la ausencia del político catalán en una jornada donde le tocaba comparecer en la Comisión de Interior. Es una fecha marcada en el calendario para una pareja cuyo amor surgió entre los pasillos del Congreso, en 2018.


Pagola es desde 2013 la responsable de prensa de EAJ-PNV en el Congreso de los Diputados. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra, la periodista fue corresponsal de Euskadi Irratia en Pamplona. También realizó prácticas en el informativo matinal de BBC Spanish Service, desde Londres. Tra su paso por Reino Unido, volvió para trabajar en Onda Vasca. Sería después comenzaría su aventura en el mundo de la política.

Después de tres años de relación, Rufián y Pagola se dieron el 'si quiero' el 25 de junio de 2022, en una ceremonia celebrada en Irún en el restaurante Usategieta, junto a su entorno más cercano. Entre los invitados destacaban nombres como Oriol Junqueras o Joan Tardá. La pareja siempre ha tratado con cuidado su intimidad. Casi no han trascendido detallas y tampoco hay imágenes en las que se les pueda ver juntos.


Divorcio
Esta relación para Gabriel Rufián llegó después del divorcio con su primera mujer, Mireia Varela, progenitora de su único hijo, Biel, de 11 años. La ruptura acaparó los focos mediáticos, ya que su exmujer declaró públicamente que se encontraba muy afectada por la separación a través de una carta en su perfil de Instagram. «Despedí 2018 llorando sabiendo que perdía al amor de mi vida. Le lloré todos los días, tardes y noches. Le supliqué mil perdones y desee cada hora su vuelta. Centenares de noches en vela. Sufrimiento inconmensurable. Aislamiento del mundo. Dolor a la gente que me rodeaba. Incomprensión del prójimo, terapias y medicación. Discusiones sin fin. Dolor, dolor y más dolor. He despedido 2019 llorando sabiendo que ya no podré recuperarle«, arrancaba la misiva.

Y continuaba el texto: «Lloro en este 2020 por perder al amor de mi vida, al que escogí como padre de mi hijo , a mi mejor amigo, a mi apoyo incondicional, a mi alma gemela, a mi amante fiel, a mi eterno defensor, a mi paciente protector, a mi infatigable luchador por mí, a mi sueño de familia ideal. No he perdido a una persona en mi vida, he perdido parte de mí misma en él. Hay cosas que el tiempo no puede curar, ni ocultar, ni cicatrizar. Hay heridas eternas. Hay amores que no mueren. Hay personas que no se olvidan. Hay momentos que no se superan. Hay errores que no se perdonan». «La felicidad ni se busca ni se alcanza ni se encuentra, se construye. La vida son batallas; a veces hay que luchar y otras hay que saber rendirse. Y yo me rindo», finalizaba

 
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