cuñado de bar
Hablando sin tener ni idea
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País con una enorme deuda. Igual que en España
Mujeres. En España cada vez hay más mujeres que parecen hombres. La que está bien destaca sobre el resto. Igual que en Japón, que hay muchas mujeres antiestéticas y otras que se maquillan para parecer lolitas del anime.
Natalidad por los suelos. La gente prefiere el prono, juguetes sensuales y ser un incel de la vida. Como en España
Los matrimonios. Los hombres allí se convierten en una cartera con patas y no duran toda la vida. No hay relevo generacional. Como en España.
Mentalidad de casarte con la empresa. Allí incluso se van de fiesta con el jefe. Pues como en España. El peloteo y calentar la silla hasta tu hora de cierre, con horario partido, es habitual.
Mentalidad de vivir en zulos hipermegaburbujeados. Pues como en España, que te piden más de 600€ al mes, por un trastero sin luz e hipotecas a 40 años, por un piso de tiempos de Carrero Blanco.
Obediencia extrema a las autoridades. Pues España con el el bichito, nos sorprendió y eran más dóciles que los chinos incluso.
Muchos allí prefieren ocio en casa y digital que en persona. Como ocurre cada vez más en España
Medidas anticoche e ITV draconianas. Cada vez estamos más cerca de ellos.
Lo que sigue siendo diferente:
El paro. Allí ponen a la gente en trabajos de cosa, que se podrían sustituir por una señal o pantalla. Allí hay gente que trabaja contando la gente que entra al metro o señalando obras en la calle. Trabajos de nula utilidad, que sólo sirven para tener menos gente en paro, pero nada útiles. En España eso se cambió por el paguiterismo.
Empresas importantes. Aquí tenemos turismo y poco más. Allí tienen grandes multinacionales
Pensiones. Allí muchos ancianos delinquen para que los mantengan en prisión, porque la pensión no les llega para pipas. Aquí han decidido mejores pensiones, a costar de asesinar a ancianos en las residencias.
inmi gración. Mientras aquí importamos a todo el mundo, Japón tiene unas leyes muy duras de extranjería. No regalan papeles a la ligera.
Si me decís hace 20 años, que cada vez nos parecemos más a ellos, no me lo hubiera creído.
Mujeres. En España cada vez hay más mujeres que parecen hombres. La que está bien destaca sobre el resto. Igual que en Japón, que hay muchas mujeres antiestéticas y otras que se maquillan para parecer lolitas del anime.
Natalidad por los suelos. La gente prefiere el prono, juguetes sensuales y ser un incel de la vida. Como en España
Los matrimonios. Los hombres allí se convierten en una cartera con patas y no duran toda la vida. No hay relevo generacional. Como en España.
Mentalidad de casarte con la empresa. Allí incluso se van de fiesta con el jefe. Pues como en España. El peloteo y calentar la silla hasta tu hora de cierre, con horario partido, es habitual.
Mentalidad de vivir en zulos hipermegaburbujeados. Pues como en España, que te piden más de 600€ al mes, por un trastero sin luz e hipotecas a 40 años, por un piso de tiempos de Carrero Blanco.
Obediencia extrema a las autoridades. Pues España con el el bichito, nos sorprendió y eran más dóciles que los chinos incluso.
Muchos allí prefieren ocio en casa y digital que en persona. Como ocurre cada vez más en España
Medidas anticoche e ITV draconianas. Cada vez estamos más cerca de ellos.
Lo que sigue siendo diferente:
El paro. Allí ponen a la gente en trabajos de cosa, que se podrían sustituir por una señal o pantalla. Allí hay gente que trabaja contando la gente que entra al metro o señalando obras en la calle. Trabajos de nula utilidad, que sólo sirven para tener menos gente en paro, pero nada útiles. En España eso se cambió por el paguiterismo.
Empresas importantes. Aquí tenemos turismo y poco más. Allí tienen grandes multinacionales
Pensiones. Allí muchos ancianos delinquen para que los mantengan en prisión, porque la pensión no les llega para pipas. Aquí han decidido mejores pensiones, a costar de asesinar a ancianos en las residencias.
inmi gración. Mientras aquí importamos a todo el mundo, Japón tiene unas leyes muy duras de extranjería. No regalan papeles a la ligera.
Si me decís hace 20 años, que cada vez nos parecemos más a ellos, no me lo hubiera creído.