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Será en Octubre
Pepe Bescos, aprobó la oposición a la primera con 23 años: «Lo mejor es que nunca voy a estar un mes sin cobrar salvo que quiebre España»
FERROL
JOSE PARDO
Obtuvo el puesto 2.316 de las 4.652 plazas ofertadas
21 jul 2024. Actualizado a las 10:32 h.Comentar · 24
Fue el único chico de unos trillizos ferrolanos, y solo unos días después de nacer tuvo que luchar contra dos derrames cerebrales e hidrocefalia. Pese a la evidente preocupación sobre la huella que podría dejar en el cuerpecito de aquel bebé que apenas superó el kilo de peso —y a las repercusiones físicas que trajo consigo— sus familiares y amigos vieron crecer con normalidad a Pepe Bescos. Veinticuatro años después, este joven que ha vivido en todas las ciudades navales del país —también en Cartagena y San Fernando— ha demostrado que su cerebro funciona con la precisión de un reloj suizo, lo que, unido a su fuerza de voluntad y esfuerzo, le ha dado la llave para entrar en el ambicionado grupo de los que aprueban una oposición a la primera.
«Lo mejor de todo este proceso es que al final te podrá gustar más o menos el trabajo que te va a tocar, pero sabes que vas a tener un contrato fijo para toda la vida, que no vas a estar nunca en el paro y que nunca voy a estar un mes sin cobrar salvo que quiebre España», enfatiza.
La génesis de ese éxito se remonta a la primavera del 2022, cuando dejó los estudios de Biología que había iniciado en Granada, y decidió optar a un puesto de funcionario. «Me decanté por los de administrativo del Estado, primero por la movilidad que te permite, y también por el número de plazas que había», explica. En concreto, se lanzó a por uno de los 4.652 puestos ofertados y, en ese ránking, acabó situado en el 2.316.
Este joven ferrolano comenzó su preparación en una academia en Cádiz, aunque solo unos meses después, por motivos familiares, se trasladó a Ferrol, y continuó con ese método. Cada semana o quince días, su academia le hacía pasar un test, en el que estaba obligado a lograr un 8, ya que de lo contrario tendría que volver a repetir el estudio de ese temario antes de seguir avanzando. «Mi academia era bastante exigente, pero te garantiza que si tú haces el curso, superas todos los test y te presentas al menos una vez al año a una convocatoria, en tres años sacas una plaza», explica. Pepe redujo a un tercio ese plazo, y no puede estar más feliz.
Tras el examen, en septiembre del pasado año, del que salió convencido de que se haría con un puesto, los meses pasaron muy lentos. A finales de diciembre confirmó que no se había equivocado con su pálpito y el pasado día 9, que su primer puesto en la administración estaría en una oficina de la Seguridad Social de Ávila. «Estoy muy contento porque es una ciudad barata» y a una hora de Madrid, que le multiplica las opciones de movilidad.
A punto de estrenarse en la vida laboral, atrás queda un año y medio de jornadas de ocho horas de estudio —siempre con un día de descanso a la semana— y una etapa en la que, sin embargo, se siente privilegiado, no solo por el resultado, sino porque «nunca me dio un bajón».
Aunque parecería lógico que quisiese colgar los libros definitivamente, Pepe ha optado por exactamente lo contrario. Desde febrero cursa estudios de Políticas y Administraciones Públicas, que no solo le ayudarán en el desempeño de su trabajo, sino también para mejorar su puntuación en futuras convocatorias de promoción interna.
