Aprovecho para revivir el hilo.
La realidad no fué como sacan en la peli usana.
Batalla de las colinas de San Juan 1 de Julio de 1898 - YouTube
El 1 de Julio de 1898 en las defensas exteriores de Santiago de Cuba chocaron las dos fuerzas opuestas: los defensores españoles 1.700 españoles con 5 cañones Krupp y los atacantes americanos 20.000 soldados regulares del ejército USA más 4.000 mambises con 12 cañones y 4 ametralladoras.
Los españoles que defendían las posiciones pertenecientes a los regimientos de Asia, Talavera, Puerto Rico y Constitución más un contingente de la Armada desembarcado de la flota del Almirante Cervera, contaban con cañones Krupp de tiro rápido.
El general en jefe americano William Rufus Shafter dividió sus fuerzas en tres divisiones, dos de infantería y una de caballería. Una de las divisiones de infantería fue mandada a tomar la posición de El Caney con la orden de que una vez tomada se dirigiría a apoyar a las otras dos para el ataque a las cumbres de las Lomas.
La otra de infantería y la de caballería, se dirigirían directamente a las colinas de San Juan con la división de caballería en el centro y la de infantería al sur.
La primera línea de defensa de la Loma contaba con una serie de trincheras, alambradas y pozos de tirador defendida por 521 hombres. A unos 700 metros de encontraba la segunda línea defendida por unos 411 hombres. En esta segunda línea estableció el general Linares su cuartel general.
Los atacantes intentaron entonces cruzar el rio San Juan para envolver las posiciones defensivas, al observar el despliegue el general Linares ordenó reforzar las Lomas con una compañía del Regimiento de Talavera y la posición de Canosa con otra compañía del Regimiento de Puerto Rico.
La guarnición española de la Loma al mando del coronel Vaquero es de apenas 300 hombres por lo que el general Linares decidió enviar otra compañía de refuerzo.
Los americanos se lanzaron al ataque confiados en su superioridad y en la poca resistencia que iban a encontrar en los defensores españoles.
Las trincheras defensoras escupían fuego continuado que causó decenas de heridos y muertos entre los atacantes. Los americanos empezaron a caer ante el fuego de los máuseres españoles. Cundió el pánico y había muchos soldados que se negaron a avanzar.
La caballería yanqui cruzó el río San Juan para enlazar con los que se suponían vencedores del puesto avanzado de El Caney, pero estos 6.500 hombres seguían enfrentándose a los 500 españoles que lo defendían.
A las 11 de la mañana los norteamericanos lanzaron un globo cautivo para ver la posición de las tropas españolas, éste es derribado por los cañones del coronel Ordoñez que además causa graves pérdidas en la concentración de enemigos del punto de origen del mismo.
Nuevamente los cañones españoles salvaron la situación. Mientras uno seguía atacando las baterías americanas a las que volvió a silenciar, el otro cañón hacía frente al avance enemigo logrando contenerlo.
A las 12 cesa el fuego y el general Linares recibe una petición de ayuda de los defensores de El Caney, ayuda que no pudo ser prestada ante el peligro que representaba el avance yanqui que podía copar la loma de San Juan.
El fuego se reanudó a las 13 horas, los atacantes avanzaron con decisión a pesar de sus enormes bajas. Los defensores se quedaron sin munición para sus cañones lo que permitió a los atacantes avanzar sus ametralladoras y a la artillería apoyar a sus fuerzas, cosa que hasta ese momento no habían podido hacer. Los americanos desistieron de un ataque frontal y su general en jefe ordenó rodear la Loma.
En este momento, los españoles tuvieron dos frentes abiertos y apenas contaban con munición para defenderse. La Loma de San Juan era un cementerio, casi toda la guarnición había sido exterminada; su jefe, el coronel Vaquero, estaba destrozado por la artillería; escaseaba la munición de los fusiles y estaba acabada la de artillería, pero la posición resistía.
Las compañías del Regimiento de Talavera, los marineros de la Armada y la caballería, que se dirigían en su auxilio, fueron rechazadas.
En la Loma solo quedaban los artilleros y unos 40 soldados de infantería con unas pocas balas. Los artilleros se retiraron con las piezas. A los pocos minutos, las balas se acabaron y el capitán Patricio de Antonio, ordenó calar la bayoneta. Abandonaron las trincheras y retrocedieron hasta los blocaos y de ahí a la segunda línea de defensa donde solo llegaron 8 hombres.
A las 16 horas la Loma fue ocupada. Era un auténtico cementerio.
Los EEUU habían tomado la posición a un alto precio: 205 muertos, 1.180 heridos (el 10% de las fuerzas destinadas en Cuba) además de 200 cubanos rebeldes muertos.
Los españoles habían tenido 165 muertos, 376 heridos y 121 prisioneros.