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Paul von Lettow - Vorbeck el leon de Africa - YouTube
Paul Emil von Lettow-Vorbeck (20 de marzo de 1870 - 9 de marzo de 1964), comandante de la campaña del África Oriental Alemana durante la Primera Guerra Mundial, único frente de batalla en las colonias donde Alemania no fue derrotada.
En 1914, poco antes de estallar el conflicto, Lettow-Vorbeck fue enviado al África Oriental Alemana donde se le encargó la dirección de las escasas fuerzas alemanas en la zona, compuestas por unos 3000 soldados alemanes apoyados por 12 compañías de askaris (guerreros nativos). Al iniciarse la guerra en Europa, Lettow-Vorbeck desoyó las órdenes de mantenerse a la defensiva dadas por el gobierno de Berlín y el gobernador Heinrich von Schnee, consciente de que la única posibilidad de victoria consistía en un buen ataque contra las colonias de los aliados que rodeaban a las posesiones alemanas, antes de que estuviesen preparados para repelerlo. En noviembre, las tropas coloniales británicas iniciaron un ataque anfibio contra la ciudad de bombacha, a los pies del Kilimanjaro, que se convertiría en la mayor batalla de la Primera Guerra Mundial en suelo africano. Tras derrotar a los británicos, las tropas alemanas iniciaron una serie de ataques contra las líneas de ferrocarril que los ingleses habían construido en África oriental. El 18 de enero de 1915 volvió a derrotar a los británicos en la batalla de Jassin. Estas victorias iniciales le permitieron capturar nuevas armas y víveres al enemigo con los que suministrar mejor a su ejército, pero le costaron demasiados soldados de su ya de por sí escasas tropas.
Las bajas forzaron a los alemanes a cambiar de estrategia, sustituyendo los combates directos por la guerra de guerrillas contra los británicos en sus colonias de Kenia y Rodesia. Los ataques contra fortificaciones, líneas de ferrocarril y comunicaciones se multiplicaron, con la intención de forzar a los británicos a enviar más hombres y armas a África a costa de retirarlos de Europa y facilitar así la victoria alemana en el Frente Occidental. Tras la inutilización del SMS Königsberg en el río Rufiji, la tripulación del navío desmontó la artillería del buque y se unió a las filas de Lettow, reforzándola con armas pesadas.
En marzo de 1916, los británicos lanzaron una nueva ofensiva compuesta por 45 000 hombres dirigidos por Jan Smuts. Los alemanes, nuevamente, rehusaron el combate directo y se aprovecharon de su conocimiento del terreno para emboscar a las tropas británicas, infligiéndoles graves derrotas como la de Mahiwa en octubre de 1917, en la que los británicos perdieron 1600 hombres y los alemanes solo 100. Lettow-Vorbeck pudo recuperar entonces el terreno perdido en los meses anteriores y penetrar en la colonia portuguesa de Mozambique, cuya metrópoli había declarado la guerra recientemente a Alemania. Las guarniciones portuguesas del norte fueron fácilmente derrotadas y sus víveres pasaron a las manos de Lettow-Vorbeck. En agosto de 1918 volvió a entrar en el África Oriental Alemana, desde donde se dirigió rápidamente a Rhodesia para eludir una trampa tendida por los británicos en la colonia alemana. El 13 de noviembre volvía a derrotarlos nuevamente en la batalla de Kasama, dos días después de producirse la rendición sin condiciones de Alemania en Europa. Diez días después, cuando Lettow-Vorbeck recibió la confirmación de que la rendición alemana era un hecho y no un simple rumor, sus tropas entregaron las armas en Abercorn, actualmente en Zambia.
Paul Emil von Lettow-Vorbeck (20 de marzo de 1870 - 9 de marzo de 1964), comandante de la campaña del África Oriental Alemana durante la Primera Guerra Mundial, único frente de batalla en las colonias donde Alemania no fue derrotada.
En 1914, poco antes de estallar el conflicto, Lettow-Vorbeck fue enviado al África Oriental Alemana donde se le encargó la dirección de las escasas fuerzas alemanas en la zona, compuestas por unos 3000 soldados alemanes apoyados por 12 compañías de askaris (guerreros nativos). Al iniciarse la guerra en Europa, Lettow-Vorbeck desoyó las órdenes de mantenerse a la defensiva dadas por el gobierno de Berlín y el gobernador Heinrich von Schnee, consciente de que la única posibilidad de victoria consistía en un buen ataque contra las colonias de los aliados que rodeaban a las posesiones alemanas, antes de que estuviesen preparados para repelerlo. En noviembre, las tropas coloniales británicas iniciaron un ataque anfibio contra la ciudad de bombacha, a los pies del Kilimanjaro, que se convertiría en la mayor batalla de la Primera Guerra Mundial en suelo africano. Tras derrotar a los británicos, las tropas alemanas iniciaron una serie de ataques contra las líneas de ferrocarril que los ingleses habían construido en África oriental. El 18 de enero de 1915 volvió a derrotar a los británicos en la batalla de Jassin. Estas victorias iniciales le permitieron capturar nuevas armas y víveres al enemigo con los que suministrar mejor a su ejército, pero le costaron demasiados soldados de su ya de por sí escasas tropas.
Las bajas forzaron a los alemanes a cambiar de estrategia, sustituyendo los combates directos por la guerra de guerrillas contra los británicos en sus colonias de Kenia y Rodesia. Los ataques contra fortificaciones, líneas de ferrocarril y comunicaciones se multiplicaron, con la intención de forzar a los británicos a enviar más hombres y armas a África a costa de retirarlos de Europa y facilitar así la victoria alemana en el Frente Occidental. Tras la inutilización del SMS Königsberg en el río Rufiji, la tripulación del navío desmontó la artillería del buque y se unió a las filas de Lettow, reforzándola con armas pesadas.
En marzo de 1916, los británicos lanzaron una nueva ofensiva compuesta por 45 000 hombres dirigidos por Jan Smuts. Los alemanes, nuevamente, rehusaron el combate directo y se aprovecharon de su conocimiento del terreno para emboscar a las tropas británicas, infligiéndoles graves derrotas como la de Mahiwa en octubre de 1917, en la que los británicos perdieron 1600 hombres y los alemanes solo 100. Lettow-Vorbeck pudo recuperar entonces el terreno perdido en los meses anteriores y penetrar en la colonia portuguesa de Mozambique, cuya metrópoli había declarado la guerra recientemente a Alemania. Las guarniciones portuguesas del norte fueron fácilmente derrotadas y sus víveres pasaron a las manos de Lettow-Vorbeck. En agosto de 1918 volvió a entrar en el África Oriental Alemana, desde donde se dirigió rápidamente a Rhodesia para eludir una trampa tendida por los británicos en la colonia alemana. El 13 de noviembre volvía a derrotarlos nuevamente en la batalla de Kasama, dos días después de producirse la rendición sin condiciones de Alemania en Europa. Diez días después, cuando Lettow-Vorbeck recibió la confirmación de que la rendición alemana era un hecho y no un simple rumor, sus tropas entregaron las armas en Abercorn, actualmente en Zambia.