También están los eufemismos progres como nativos americanos en vez de indios (esta palabra realmente es un gentilicio, aunque también se les llamaba «naturales» a los indios) y afroamericanos en vez de neցros, como si todos los jovenlandeses fueran neցros: africano y neցro no son sinónimos. ¿Entonces cómo les dicen a los neցros de Canadá o África? Lo peor es que siempre se imitan todas esas cosas: por ejemplo, a los neցros de México ya los llaman «afromexicanos», en lugar de llamarlos «neցros» o, simplemente, mexicanos, pues si han nacido aquí y sus antepasados de hace siglos también, entonces son mexicanos. Es curioso este fenómeno, pues en su afán de no discriminar, al emplear un término como afroamericano se está haciendo una distinción con el prefijo afro-, lo que los hace diferentes a los que no son afros. Es decir, la propia palabra es excluyente, y excluir es discriminar.