El presidente del Cabildo "ha exigido al Gobierno canario que tome medidas porque las institución insular no puede acoger con dignidad a más de una treintena. Ha dicho que la cantidad actual excede la capacidad de los centros educativos de la isla y de los servicios sociales y se hace muy complicado hacer una estrategia de integración social eficaz y que los menores tengan actividades".
El problema no son las fronteras, el problema es el presidente del Cabildo y el resto de los políticos canarios y españoles.