osti tu, el diari de Girona no ha recibido el cheque: Òmicron s’escriu amb «f» de farsa

Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Empieza a haber un harto de tanta huevonada. De tanta mentira, manipulación y pocas explicaciones. Hace meses, cuando parecía que la cosa ya bajaba, se sacaron de la manga la variante Delta, supuesta mutación india de la guindilla. Ésta, aparecida en medio de un proceso de banderillación global no exento de polémica por la falta de garantías y la sobreinformación no contrastada, era anunciada con síntomas más letales que los del bichito-T, lo que, al parecer, acabó estimulando la banderillación por todas partes, sobre todo porque nos perjuraron que así la esa época en el 2020 de la que yo le hablo estaría controlada. Meses después de esa vorágine apocalíptica, ni la variante Delta resultará ser tan virulenta, ni la esa época en el 2020 de la que yo le hablo parece hoy controlada. Mucho ruido por nada, como el fijado de Coutinho. Y si con todo este esperpento no hacíamos suficiente, ahora que parecía estar a punto de recuperar la vida que nos robaron hace casi dos años, se han vuelto a reinventar el horror de una nueva variante llamada Òmicron, que es menos grave que la cepa original pero que se tras*mite, eso sí, a la velocidad de la luz. UUUuuuUUUh…!

Quizá sea por la puñetera manía que tengo desde hace tiempo de querer que me expliquen las cosas con pausa, lógica y razonamientos ponderados, y cabe decir que de esto, últimamente, más bien poco o nada, pero el caso es que teniendo en cuenta que los medicados ya estamos protegidos, ¿por qué debemos volver a pincharnos si esto no nos exime de infectarnos y si, encima, Omicron es una variante soft? ¿O es que no estamos tan protegidos? Sea como fuere, con los argumentos que esbozan cada día los oficialistas, entre gobernantes de bazar chino (y espere que Artús y los caballeros autonómicos de la mesa cuadrada deben reunirse para decidir más medidas inútiles), epidemiólogos (ahora, si mujeres una patada a una piedra, salen veinticinco… ¡Humo, humo, humo!), y la mayoría de medios de comunicación, que lo único que bordan es masajear sus lobbies, todos juntos sólo hacen que envolver y «memetizar» más la madeja y cargar de razones a los conspiranoicos, lo que tampoco es difícil. Muchos, frente a este nuevo contexto amenazante, no nos queda otra que sobrevivir a estos dos polos de gilipollismos extremos, los de los terraplanistas de las banderillas y el de los que se tragan cualquier cosa al estilo bukkakke.


La matraca dice ahora que necesitamos un pinchazo más, pero ¿no se deberían pinchar los que no tienen ninguna, antes? Es simple aritmética. Y lógica. Porque con la información que corre, aparte de evidenciar la bella sonoridad del abecedario griego y los insalvables y crecientes defectos de la democracia, las nuevas variantes de la el bichito-19 sólo están sirviendo para seguir alimentando el discurso del pánico infundado, la subordinación de los estados a las farmacéuticas, y la vergonzosa incapacidad de éstos para gestionar y enderezar una farsa que están haciendo durar demasiado. ¿Y ahora dicen que tengo que darme un tercer pinchazo? Por supuesto, la que tengo aquí colgando.
Lo que sí precisa su pinchazo es la burbuja de abusos contra la gente
 
Volver