ATARAXIO
Madmaxista
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«La esposa obedece al marido y cuida de sus hijos porque les ama y porque así se convierte en una mujer virtuosa. Lo primero que debe aprender es a estudiar profundamente el espíritu del varón, pero no desde el punto de vista general o abstracto, sino observando los varones próximos a ella, aquéllos precisamente a quienes está sujeta o bien por ley, o bien por opinión».
«Establecido este principio, de él se sigue que la mujer está hecha especialmente para agradar al hombre; si el hombre debe agradarle a su vez, es una necesidad menos directa, su mérito está en su potencia, agrada por el solo hecho de ser fuerte. Convengo en que no es ésta la ley del amor, pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo»
«La educación de Sofía se articula sobre tres ejes. El primero de ellos es la castidad y la modestia; el segundo, la domesticidad; y el tercero, la sujeción a la opinión. Una mujer casta y modesta, pronta a tener en cuenta las opiniones de los demás y dedicada por completo a su familia y a su casa es el prototipo ideal de la mujer natural»
«Por lo mismo que la conducta de la mujer está sometida a la opinión pública, su creencia está sometida a la autoridad. Toda muchacha debe tener la religión de su progenitora y toda mujer la de su marido. Aunque esa religión sea falsa, la docilidad que somete progenitora e hija al orden de la naturaleza borra ante Dios el pecado de error. Como no están en situación de ser ellas mismas jueces, deben recibir la decisión de los padres y de los maridos como la de la Iglesia».
Rousseau y la educación de las mujeres
El Contrato Social » Rousseau y la mujer
Rousseau, como la mayoría de los pensadores de su época, dejaba a las mujeres en un segundo plano en todas sus reflexiones. No ha hecho falta que la moderna Historia de género revisara el pensamiento de Rousseau para advertir de su misoginia, pues la autora Mary Wollstonecraft, coetánea de Rousseau, ya señaló el desprecio de los ilustrados hacia la mujer en su obra Vindicación de los derechos de la mujer (1791).
Mary Wollstonecraft recoge toda una serie de comentarios que hace el filósofo ginebrino en El Emilio:
“El hombre ha de ser fuerte para poder satisfacer los deseos de la mujer y obtener su consentimiento, ya que utilizan la debilidad cuando consideran oportuno”.
“El hombre y la mujer no deben tener una constitución semejante de temperamento y carácter, no deben educarse de la misma manera”.
“El hombre y la mujer se hicieron el uno para el otro, pero la dependencia mutua no es la misma”.
“La educación de las mujeres siempre debe de ser relativa a los hombres: agrados, sernos de utilidad, hacernos amarlas y estimarlas, educarnos cuando somos jóvenes y cuidarnos cuando somos adultos, aconsejarnos, consolarnos, hacer nuestras vidas fáciles y agradables”.
“Cada sesso tiene su gusto propio que los distingue de ambos. Los niños se inclinan por deportes ruidosos y movidos, mientras que las niñas se sienten atraídas hacia las cosas de adorno y apariencia”.
“Toda su vida debían de estar sujetas a la restricción más severa y constante, que es el decoro”.
“La primera aptitud y la más importante de una mujer es la buena conducta o suavidad de carácter”.
“La perversidad y la malicia de las mujeres es el agravante de su propio infortunio y la mala conducta de sus maridos”.
“Cuando dejes de ser la amante de Emilio seguirás siendo su esposa y su amiga, porque serás la progenitora de sus hijos”.
Para acabar, Mary justifica su repaso al pensamiento misógino de Rousseau con la siguiente frase:
“No lucho contra sus cenizas, sino contra sus opiniones. Lucho solo contra la sensibilidad que le llevó a degradar a la mujer al hacerla esclava del amor”.
En mi opinión, no se debería ser excesivamente duro con estos comentarios sobre la mujer, ya que ,aunque son innegablemente machistas, deben ser adecuadamente contextualizados en el tiempo histórico en el que fueron formulados. Visto desde la perspectiva actual, estas reflexiones parecen escandalosas, pero en su tiempo estaban dentro de la normalidad de una sociedad patriarcal.
ROUSSEAU Y LA EDUCACIÓN DE LAS MUJERES: “SOFÍA O LA MUJER”, UN MANUAL DEL PERFECTO DOMADOR.
«Establecido este principio, de él se sigue que la mujer está hecha especialmente para agradar al hombre; si el hombre debe agradarle a su vez, es una necesidad menos directa, su mérito está en su potencia, agrada por el solo hecho de ser fuerte. Convengo en que no es ésta la ley del amor, pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo»
«La educación de Sofía se articula sobre tres ejes. El primero de ellos es la castidad y la modestia; el segundo, la domesticidad; y el tercero, la sujeción a la opinión. Una mujer casta y modesta, pronta a tener en cuenta las opiniones de los demás y dedicada por completo a su familia y a su casa es el prototipo ideal de la mujer natural»
«Por lo mismo que la conducta de la mujer está sometida a la opinión pública, su creencia está sometida a la autoridad. Toda muchacha debe tener la religión de su progenitora y toda mujer la de su marido. Aunque esa religión sea falsa, la docilidad que somete progenitora e hija al orden de la naturaleza borra ante Dios el pecado de error. Como no están en situación de ser ellas mismas jueces, deben recibir la decisión de los padres y de los maridos como la de la Iglesia».
Rousseau y la educación de las mujeres
El Contrato Social » Rousseau y la mujer
Rousseau, como la mayoría de los pensadores de su época, dejaba a las mujeres en un segundo plano en todas sus reflexiones. No ha hecho falta que la moderna Historia de género revisara el pensamiento de Rousseau para advertir de su misoginia, pues la autora Mary Wollstonecraft, coetánea de Rousseau, ya señaló el desprecio de los ilustrados hacia la mujer en su obra Vindicación de los derechos de la mujer (1791).
Mary Wollstonecraft recoge toda una serie de comentarios que hace el filósofo ginebrino en El Emilio:
“El hombre ha de ser fuerte para poder satisfacer los deseos de la mujer y obtener su consentimiento, ya que utilizan la debilidad cuando consideran oportuno”.
“El hombre y la mujer no deben tener una constitución semejante de temperamento y carácter, no deben educarse de la misma manera”.
“El hombre y la mujer se hicieron el uno para el otro, pero la dependencia mutua no es la misma”.
“La educación de las mujeres siempre debe de ser relativa a los hombres: agrados, sernos de utilidad, hacernos amarlas y estimarlas, educarnos cuando somos jóvenes y cuidarnos cuando somos adultos, aconsejarnos, consolarnos, hacer nuestras vidas fáciles y agradables”.
“Cada sesso tiene su gusto propio que los distingue de ambos. Los niños se inclinan por deportes ruidosos y movidos, mientras que las niñas se sienten atraídas hacia las cosas de adorno y apariencia”.
“Toda su vida debían de estar sujetas a la restricción más severa y constante, que es el decoro”.
“La primera aptitud y la más importante de una mujer es la buena conducta o suavidad de carácter”.
“La perversidad y la malicia de las mujeres es el agravante de su propio infortunio y la mala conducta de sus maridos”.
“Cuando dejes de ser la amante de Emilio seguirás siendo su esposa y su amiga, porque serás la progenitora de sus hijos”.
Para acabar, Mary justifica su repaso al pensamiento misógino de Rousseau con la siguiente frase:
“No lucho contra sus cenizas, sino contra sus opiniones. Lucho solo contra la sensibilidad que le llevó a degradar a la mujer al hacerla esclava del amor”.
En mi opinión, no se debería ser excesivamente duro con estos comentarios sobre la mujer, ya que ,aunque son innegablemente machistas, deben ser adecuadamente contextualizados en el tiempo histórico en el que fueron formulados. Visto desde la perspectiva actual, estas reflexiones parecen escandalosas, pero en su tiempo estaban dentro de la normalidad de una sociedad patriarcal.
ROUSSEAU Y LA EDUCACIÓN DE LAS MUJERES: “SOFÍA O LA MUJER”, UN MANUAL DEL PERFECTO DOMADOR.