Ya pueden rezar a todos sus dioses para que no sea yo el que me encargue de redactar la Ley de ONJ.
Porque como me tenga que encargar yo de poner orden en esos chiringuitos los requisitos que voy a imponer son tales (por ejemplo, que sólo un 10% de financiación sea pública) que la práctica totalidad quedará fuera de la Ley y, por tanto, ilegalizado.