jalp9000
Madmaxista
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Lo de Apple TV es insufrible con las series y en de la última tenía muchas ganas. oleada turística, que va de una oleada turística alienígena.
Pues bien, he visto los dos primeros episodios y la dejo por ******, no por pogre, pero es pogre de narices.
Os dejo una crítica de fimaffinity porque lo cuenta muy bien,
El título y el argumento sirven como excusa para meter doblado al espectador otro cansino mantra sobre los prejuicios raciales, el amor inclusivo LGTBI, el bullying escolar y la intolerancia familiar anclada en supuestos valores rancios de antaño.
Nada a lo que APPLE TV no nos tenga acostumbrados.
Tenemos una familia fiel a la religión del amora totalmente integrada, en la que la esposa estudió medicina en Harvard y se lo restriega al inane doctor caucásico protestante que se licenció en una universidad menor en cuanto llega la ocasión. Cuando hay un accidente en el barrio donde reside esta familia relacionado con la supuesta oleada turística, no tardamos en ver aflorar los prejuicios raciales del malvado vecindario formado seguramente por votantes de PP y Vox.
Tenemos a un policía a punto de jubilarse, creyente pero moderado, como José Bono del Psoe, que como último caso investiga una desaparición y se enfrenta él solo con su compañera afroamericana a unos malvados nazis de vox.
Mientras, en las antípodas, concretamente en el país del sol naciente, tenemos una historia de amor LGTBI de tal romanticismo y magnitud, que ríete tú del amor heterosexual de Romeo y Julieta. En la que, por supuesto, las protagonistas son intelectual y laboralmente superiores a cualquier macho medio. Eso la serie lo deja bien claro desde el principio. Por supuesto, seremos testigos de una muestra de intolerancia indignante y supina por parte de la progenitora de una de las protagonistas en relación a los hechos dramáticos que acontecen.
Luego tenemos a un soldado afroamericano destinado en Afganistán que nos muestra en primera persona recorriendo la base, un ambiente de equilibrada multiculturalidad racial e inclusividad castrense.
Pablo Iglesias e Irene Montero deben haber saboreado cada minuto de esta serie inclusiva, resiliente, feminista y LGTBI y deben estar deseando ver el capítulo 4.
El problema de la serie es que la realización y la producción son magníficas. Si no, sería para tomárselo como una comedia. Está también mezclado, aderezado y envasado, que no hace falta ni masticar todos estos ingredientes ideológicos. Entran solos. Y si al día siguiente no te dan unas ganas frenéticas de votar al Psoe , a Podemos o al Partido Humanista, es que no tienes sentimientos.
Esperemos que en los próximos capítulos se dejen ver los malvados votantes de Vo..eeeh, invasores alienígenas quería decir.
Pues bien, he visto los dos primeros episodios y la dejo por ******, no por pogre, pero es pogre de narices.
Os dejo una crítica de fimaffinity porque lo cuenta muy bien,
El título y el argumento sirven como excusa para meter doblado al espectador otro cansino mantra sobre los prejuicios raciales, el amor inclusivo LGTBI, el bullying escolar y la intolerancia familiar anclada en supuestos valores rancios de antaño.
Nada a lo que APPLE TV no nos tenga acostumbrados.
Tenemos una familia fiel a la religión del amora totalmente integrada, en la que la esposa estudió medicina en Harvard y se lo restriega al inane doctor caucásico protestante que se licenció en una universidad menor en cuanto llega la ocasión. Cuando hay un accidente en el barrio donde reside esta familia relacionado con la supuesta oleada turística, no tardamos en ver aflorar los prejuicios raciales del malvado vecindario formado seguramente por votantes de PP y Vox.
Tenemos a un policía a punto de jubilarse, creyente pero moderado, como José Bono del Psoe, que como último caso investiga una desaparición y se enfrenta él solo con su compañera afroamericana a unos malvados nazis de vox.
Mientras, en las antípodas, concretamente en el país del sol naciente, tenemos una historia de amor LGTBI de tal romanticismo y magnitud, que ríete tú del amor heterosexual de Romeo y Julieta. En la que, por supuesto, las protagonistas son intelectual y laboralmente superiores a cualquier macho medio. Eso la serie lo deja bien claro desde el principio. Por supuesto, seremos testigos de una muestra de intolerancia indignante y supina por parte de la progenitora de una de las protagonistas en relación a los hechos dramáticos que acontecen.
Luego tenemos a un soldado afroamericano destinado en Afganistán que nos muestra en primera persona recorriendo la base, un ambiente de equilibrada multiculturalidad racial e inclusividad castrense.
Pablo Iglesias e Irene Montero deben haber saboreado cada minuto de esta serie inclusiva, resiliente, feminista y LGTBI y deben estar deseando ver el capítulo 4.
El problema de la serie es que la realización y la producción son magníficas. Si no, sería para tomárselo como una comedia. Está también mezclado, aderezado y envasado, que no hace falta ni masticar todos estos ingredientes ideológicos. Entran solos. Y si al día siguiente no te dan unas ganas frenéticas de votar al Psoe , a Podemos o al Partido Humanista, es que no tienes sentimientos.
Esperemos que en los próximos capítulos se dejen ver los malvados votantes de Vo..eeeh, invasores alienígenas quería decir.