Anónimo222
Madmaxista
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Dentro del Oktoberfest más caro de la historia: la escalada "extrema" de los costes dispara el precio de la jarra de cerveza hasta los 14,90 euros
La inflación ha llegado al Oktoberfest, la mayor fiesta de la cerveza del mundo, que se celebra en Múnich. Aquí el oro líquido lleva alcohol y espuma y tampoco se ha librado de...
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La inflación ha llegado al Oktoberfest, la mayor fiesta de la cerveza del mundo, que se celebra en Múnich. Aquí el oro líquido lleva alcohol y espuma y tampoco se ha librado de la escalada de los precios como consecuencia del incremento de los costes energéticos y de todos los insumos necesarios para la producción.
El precio de la jarra de cerveza está este año en torno a los 14,90 euros, lo que supone un encarecimiento medio del 6,12% respecto a 2022, cuando ya se disparó un 15,77% en comparación con la edición de 2019, que fue la última antes del parón por el el bichito en los dos años siguientes.
Los precios, en todo caso, no los fijan las cerveceras ni la ciudad de Múnich. Son los propietarios de negocios de restauración de la zona los que establecen cada año la horquilla permitida para las seis marcas de cerveza que se venden en el festival: Paulaner, Augustiner, Hacker-Pschorr, Löwenbräu, Spaten y Hofbräu.
«Los costes han subido de manera extrema». El jefe de cocina de una de las carpas más emblemáticas del Oktoberfest, la de Paulaner, afirma que al encarecimiento de los insumos se añade que «la política de energía verde de Múnich es estricta», lo que eleva aún más los costes. Además, en su caso sirven pollo ecológico, también más caro, y en consecuencia, este año, «ha aumentado increíblemente el precio».
Pese a que éste está siendo el Oktoberfest más caro de la historia, la afluencia de visitantes es masiva. Los alemanes, que suponen el 80% del público total, parecen ajenos a la situación macroeconómica de un país que se encuentra en estos momentos en recesión técnica. El 20% restante lo completan extranjeros, sobre todo italianos, americanos y austriacos. En total, se esperan más de seis millones de visitantes entre el 16 de septiembre y el 3 de octubre.
El por qué de esta afluencia masiva está en el clima. El buen tiempo de este año -apenas ha llovido un día en lo que va de festival- ha favorecido el ambiente, sobre todo, en las terrazas. El director financiero de Paulaner, Sebastian Strobl, achaca el flujo de visitas a la buena temperatura, inusual para la región en esta época del año. Adelanta que, gracias a que este factor está pesando más que el alza de precios y animando el consumo, los cerveceros esperan un incremento en las ventas del 10% respecto al año pasado.