Israel Gracia
Madmaxista
A lo largo de los milenios, como una fuente, Libia continuó ejerciendo una hechizante influencia sobre Egipto. Desde la antigüedad, los libios tenían fama de ser un pueblo de blancos rubios o pelirrojos, y a menudo con ojos verdes. Esto fue reseñado por numerosos autores, como el navegante y geógrafo griego Escílax. Los libios tehennu son representados históricamente como blancos morenos, mientras que los libios mashausha, de más al Oeste, eran rubios. El historiador griego Heródoto habla de los "maxyces" de Libia occidental, obviamente los mashausha. Este nombre ha pervivido en mazuza, una sub-tribu rifeña, y en la palabra imazighen, con la que muchas tribus bereberes se identifican, así como el amazigh, su idioma. Tenemos aquí a toda una serie de tribus norafricanas como los badarios, naqadas, guanches, bereberes (rifeños, chenoua, kabiles-amazigh), etc., que son considerados herederos de esta presencia atlántica.
Bereberes
En esta misma línea, se debe mencionar a los antiguos guanches, que puede que sean el caso más notable por su pureza. Los guanches se consideran los pobladores originarios de las Islas Canarias, y de origen bereber. Se han encontrado restos de varones de entorno a los dos metros y de mujeres cercanas al metro ochenta, así como cráneos con 1900 centímetros cúbicos de capacidad. Los guanches se consideran un vestigio de la raza que vivió bajo el clima europeo de frío extremo durante las glaciaciones, pasando al norte de África. En Canarias, construyeron curiosas pirámides escalonadas de modelo similar a las encontradas en Mesopotamia, Egipto y América. Momificaban a sus muertos de una forma parecida a en Egipto y, a día de hoy, las investigaciones y las ayudas para investigar sobre los guanches o analizar sus momias siguen siendo prácticamente inexistentes. Al parecer, los guanches tenían un besugo predominio del grupo sanguíneo 0 Rh Negativo. Esta proporción, que en la isla de Gran Canaria superaba el 90%, es desconocida en ningún pueblo europeo del mundo, acercándose algunos grupos bereberes del Atlas, o zonas como Escocia y el País Vasco.
Los guanches vieron muy reducido su número tras la llegada de los conquistadores europeos en el Siglo XV, que se quedaron maravillados por la belleza y bravura de este pueblo. Muchas veces infligieron increíbles derrotas a destacamentos militares fuertemente armados, y en otras ocasiones luchaban hasta la fin. Los supervivientes, que en algunos casos eran extrañas tribus primitivas, y además, no guanches puros, se mezclaron con la nueva población europea, pero ha quedado en la memoria histórica y popular el recuerdo de aquellos aborígenes altos, blancos, rubios y de ojos azules.
Existe una vaga idea, expresada en ciertos restos arqueológicos y en los mitos egipcios, que recuerda a dioses-líderes del pueblo (como Toth) que provenían de un país "más allá de donde se pone el Sol", es decir, del Oeste. Sin embargo, el objetivo aquí no es demostrar que los fundadores y constructores de Egipto eran una especie de "atlantes"
La momia del faraón Ramsés II como ejemplo de investigación antropológico-racial
Artículo traducido. El texto original se encontraba en March of the Titans - The Complete History of the White Race
El faraón Ramsés II (XIX Dinastía) generalmente es considerado el faraón más poderoso e influyente que gobernó Egipto. De hecho, es uno de los pocos soberanos egipcios que se ganó el epíteto de "El Grande". Consecuentemente, sus orígenes raciales son de gran interés.
En 1975, el gobierno egipcio permitió a los franceses llevar la momia de Ramsés a París para ser sometida a procesos de conservación. Se hicieron muchos otros tests para precisar las afinidades raciales, en gran parte porque el estudioso senegalés Cheikh Anta Diop, sin ninguna base, estaba proclamando en aquella época que Ramsés era neցro. Cuando el trabajo se completó, la momia fue devuelta a un ataúd herméticamente sellado, y ha permanecido fuera de la vista pública desde entonces, escondida en las entrañas del Museo de El Cairo. Los resultados del estudio fueron publicados en un trabajo magníficamente ilustrado, que fue editado por L. Balout, C. Roubert y C. Desroches-Noblecourt, y titulado "La Momie de Ramsés II: Contribution Scientifique à l’Égyptologie" (1985).
El profesor italiano P. F. Ceccaldi, con un equipo de investigación apoyándolo, estudió algunos cabellos que fueron extraídos del cuero cabelludo de la momia. Ramsés II tenía 90 años cuando murió (no está nada mal considerando la época y la inmensa cantidad de hijos que padreó, sin duda debía tener una constitución fuerte y hábitos sanos) y su pelo se había tornado blanco. Ceccaldi determinó que el tonalidad amarillo-rojizo del cabello de la momia se debía atribuir a un tinte con una solución de henna; eso demostró ser un ejemplo de las atenciones cosméticas de los embalsamadores. Sin embargo, los restos del tonalidad original juvenil del cabello permanecen en las raíces, incluso hasta una edad muy avanzada. Los exámenes microscópicos demostraron que las raíces del cabello contenían restos de pigmentos gente de izquierdas naturales y que, por lo tanto, durante su juventud, Ramsés II había sido pelirrojo. Se concluyó que estos pigmentos gente de izquierdas no procedían de un posible oscurecimiento o alteración post-mortem, sino que realmente representaba el tonalidad de cabello natural de Ramsés. Ceccaldi también estudió una sección de los cabellos, y determinó por su forma ovalada que Ramsés había sido de cabello ondulado. Finalmente, estableció que tal combinación de facciones probaba que Ramsés había sido un leucodermo (persona de piel blanca).
Balout y Roubet no se dejaban engañar en cuanto a la importancia de este descubrimiento, y concluyeron como sigue:
Tras haber llevado al cabo su inmenso trabajo, aun resta por extraer una importante conclusión científica: el estudio antropológico y el análisis microscópico del cabello, llevado al cabo por cuatro laboratorios: Medicina Judicial (profesor Ceccaldi), Societé L’Oreal, Comisión de Energía Atómica e Instituto Textil de Francia, mostraban que Ramsés II había sido un "leucodermo", es decir, un hombre de piel clara, cercano a los mediterráneos prehistóricos y antiguos, o brevemente, de los bereberes.
Es interesante notar la afinidad con los bereberes norafricanos: algunas tribus bereberes, como los rifeños de los montes Atlas, tienen incidencias de rubios de hasta el 60%, y tienen un porcentaje de pelirrojos comparable al de los irlandeses.
Estos hechos, sin embargo, no sólo tienen un interés antropológico, sino una gran importancia simbólica. En el antiguo Egipto, el Dios Set (o Seth, de donde se piensa que proceden los nombres de Saturno y Satán) se decía pelirrojo, y al parecer los pelirrojos adoraban al dios con devoción. En el estudio de Ramsés citado más arriba, la egiptóloga Desroches-Noblecourt escribió un ensayo, en el que discutía la importancia de la condición de pelirrojo de Ramsés. Notó que los ramesidas (la familia del faraón) eran devotos de Set, con muchos de ellos ostentando el nombre de Seti, que significa "amado Set". Concluyó que los ramesidas se creían descendientes divinos de Set,, con su pelo rojo como prueba de su linaje [4]; incluso es posible que hayan utilizado esta facción física peculiar para salir de la oscuridad y ascender al trono de los Faraones. Desroches-Noblecourt también especuló que Ramsés II bien podría haber descendido de un largo linaje de pelirrojos.
Sus especulaciones se han demostrado correctas: la doctora Joann Fletcher, consultante de la Fundación Británica de Bioantropología, ha demostrado que Seti I (el padre de Ramsés II), era pelirrojo. También se ha demostrado que la momia del Faraón Siptah (un bisnieto de Ramsés II), tenía pelo rojo.
También podemos notar la descripción antropológica de la momia de Ramsés, escrita por el historiador bíblico Archibald H. Sayce (The Races of the Old Testament):
La XIX Dinastía, a la que Ramsés II, el opresor de los israelitas, pertenecía, se distingue por su marcada dolicocefalia. Su momia muestra un índice de 74, mientras que la cara es un óvalo con un índice de 103. La nariz es prominente, pero leptorrina y aguileña, y las mandíbulas son ortognatas. La barbilla es ancha, el cuello largo, como los dedos y uñas. El gran rey, al parecer, era pelirrojo.
Todas estas facciones son características de la raza nórdica. Finalmente, deberíamos notar que el profesor Raymond Dart declaró que la raza nórdica era "el tipo faraónico egipcio". Después estableció específicamente que la cabeza de Ramsés II es de tipo "pelásgico elipsoidal o nórdico". (Population Fluctuation over 7,000 Years in Egypt, tras*actions of the Royal Society of South Africa, XXVII).
El linaje de Tutankamón
Bereberes
En esta misma línea, se debe mencionar a los antiguos guanches, que puede que sean el caso más notable por su pureza. Los guanches se consideran los pobladores originarios de las Islas Canarias, y de origen bereber. Se han encontrado restos de varones de entorno a los dos metros y de mujeres cercanas al metro ochenta, así como cráneos con 1900 centímetros cúbicos de capacidad. Los guanches se consideran un vestigio de la raza que vivió bajo el clima europeo de frío extremo durante las glaciaciones, pasando al norte de África. En Canarias, construyeron curiosas pirámides escalonadas de modelo similar a las encontradas en Mesopotamia, Egipto y América. Momificaban a sus muertos de una forma parecida a en Egipto y, a día de hoy, las investigaciones y las ayudas para investigar sobre los guanches o analizar sus momias siguen siendo prácticamente inexistentes. Al parecer, los guanches tenían un besugo predominio del grupo sanguíneo 0 Rh Negativo. Esta proporción, que en la isla de Gran Canaria superaba el 90%, es desconocida en ningún pueblo europeo del mundo, acercándose algunos grupos bereberes del Atlas, o zonas como Escocia y el País Vasco.
Los guanches vieron muy reducido su número tras la llegada de los conquistadores europeos en el Siglo XV, que se quedaron maravillados por la belleza y bravura de este pueblo. Muchas veces infligieron increíbles derrotas a destacamentos militares fuertemente armados, y en otras ocasiones luchaban hasta la fin. Los supervivientes, que en algunos casos eran extrañas tribus primitivas, y además, no guanches puros, se mezclaron con la nueva población europea, pero ha quedado en la memoria histórica y popular el recuerdo de aquellos aborígenes altos, blancos, rubios y de ojos azules.
Existe una vaga idea, expresada en ciertos restos arqueológicos y en los mitos egipcios, que recuerda a dioses-líderes del pueblo (como Toth) que provenían de un país "más allá de donde se pone el Sol", es decir, del Oeste. Sin embargo, el objetivo aquí no es demostrar que los fundadores y constructores de Egipto eran una especie de "atlantes"
La momia del faraón Ramsés II como ejemplo de investigación antropológico-racial
Artículo traducido. El texto original se encontraba en March of the Titans - The Complete History of the White Race
El faraón Ramsés II (XIX Dinastía) generalmente es considerado el faraón más poderoso e influyente que gobernó Egipto. De hecho, es uno de los pocos soberanos egipcios que se ganó el epíteto de "El Grande". Consecuentemente, sus orígenes raciales son de gran interés.
En 1975, el gobierno egipcio permitió a los franceses llevar la momia de Ramsés a París para ser sometida a procesos de conservación. Se hicieron muchos otros tests para precisar las afinidades raciales, en gran parte porque el estudioso senegalés Cheikh Anta Diop, sin ninguna base, estaba proclamando en aquella época que Ramsés era neցro. Cuando el trabajo se completó, la momia fue devuelta a un ataúd herméticamente sellado, y ha permanecido fuera de la vista pública desde entonces, escondida en las entrañas del Museo de El Cairo. Los resultados del estudio fueron publicados en un trabajo magníficamente ilustrado, que fue editado por L. Balout, C. Roubert y C. Desroches-Noblecourt, y titulado "La Momie de Ramsés II: Contribution Scientifique à l’Égyptologie" (1985).
El profesor italiano P. F. Ceccaldi, con un equipo de investigación apoyándolo, estudió algunos cabellos que fueron extraídos del cuero cabelludo de la momia. Ramsés II tenía 90 años cuando murió (no está nada mal considerando la época y la inmensa cantidad de hijos que padreó, sin duda debía tener una constitución fuerte y hábitos sanos) y su pelo se había tornado blanco. Ceccaldi determinó que el tonalidad amarillo-rojizo del cabello de la momia se debía atribuir a un tinte con una solución de henna; eso demostró ser un ejemplo de las atenciones cosméticas de los embalsamadores. Sin embargo, los restos del tonalidad original juvenil del cabello permanecen en las raíces, incluso hasta una edad muy avanzada. Los exámenes microscópicos demostraron que las raíces del cabello contenían restos de pigmentos gente de izquierdas naturales y que, por lo tanto, durante su juventud, Ramsés II había sido pelirrojo. Se concluyó que estos pigmentos gente de izquierdas no procedían de un posible oscurecimiento o alteración post-mortem, sino que realmente representaba el tonalidad de cabello natural de Ramsés. Ceccaldi también estudió una sección de los cabellos, y determinó por su forma ovalada que Ramsés había sido de cabello ondulado. Finalmente, estableció que tal combinación de facciones probaba que Ramsés había sido un leucodermo (persona de piel blanca).
Balout y Roubet no se dejaban engañar en cuanto a la importancia de este descubrimiento, y concluyeron como sigue:
Tras haber llevado al cabo su inmenso trabajo, aun resta por extraer una importante conclusión científica: el estudio antropológico y el análisis microscópico del cabello, llevado al cabo por cuatro laboratorios: Medicina Judicial (profesor Ceccaldi), Societé L’Oreal, Comisión de Energía Atómica e Instituto Textil de Francia, mostraban que Ramsés II había sido un "leucodermo", es decir, un hombre de piel clara, cercano a los mediterráneos prehistóricos y antiguos, o brevemente, de los bereberes.
Es interesante notar la afinidad con los bereberes norafricanos: algunas tribus bereberes, como los rifeños de los montes Atlas, tienen incidencias de rubios de hasta el 60%, y tienen un porcentaje de pelirrojos comparable al de los irlandeses.
Estos hechos, sin embargo, no sólo tienen un interés antropológico, sino una gran importancia simbólica. En el antiguo Egipto, el Dios Set (o Seth, de donde se piensa que proceden los nombres de Saturno y Satán) se decía pelirrojo, y al parecer los pelirrojos adoraban al dios con devoción. En el estudio de Ramsés citado más arriba, la egiptóloga Desroches-Noblecourt escribió un ensayo, en el que discutía la importancia de la condición de pelirrojo de Ramsés. Notó que los ramesidas (la familia del faraón) eran devotos de Set, con muchos de ellos ostentando el nombre de Seti, que significa "amado Set". Concluyó que los ramesidas se creían descendientes divinos de Set,, con su pelo rojo como prueba de su linaje [4]; incluso es posible que hayan utilizado esta facción física peculiar para salir de la oscuridad y ascender al trono de los Faraones. Desroches-Noblecourt también especuló que Ramsés II bien podría haber descendido de un largo linaje de pelirrojos.
Sus especulaciones se han demostrado correctas: la doctora Joann Fletcher, consultante de la Fundación Británica de Bioantropología, ha demostrado que Seti I (el padre de Ramsés II), era pelirrojo. También se ha demostrado que la momia del Faraón Siptah (un bisnieto de Ramsés II), tenía pelo rojo.
También podemos notar la descripción antropológica de la momia de Ramsés, escrita por el historiador bíblico Archibald H. Sayce (The Races of the Old Testament):
La XIX Dinastía, a la que Ramsés II, el opresor de los israelitas, pertenecía, se distingue por su marcada dolicocefalia. Su momia muestra un índice de 74, mientras que la cara es un óvalo con un índice de 103. La nariz es prominente, pero leptorrina y aguileña, y las mandíbulas son ortognatas. La barbilla es ancha, el cuello largo, como los dedos y uñas. El gran rey, al parecer, era pelirrojo.
Todas estas facciones son características de la raza nórdica. Finalmente, deberíamos notar que el profesor Raymond Dart declaró que la raza nórdica era "el tipo faraónico egipcio". Después estableció específicamente que la cabeza de Ramsés II es de tipo "pelásgico elipsoidal o nórdico". (Population Fluctuation over 7,000 Years in Egypt, tras*actions of the Royal Society of South Africa, XXVII).
El linaje de Tutankamón