Seguramente todos, o casi todos, conoceréis al periodista y ensayista segoviano (cosecha de 1956) Enrique de Diego Villagrán, fundador y actual director del diario digital “Rambla Libre”; donde, además, escribe. Hay quien dice que, en realidad, es el único redactor, que se oculta bajo distintos alias para que parezca que son más gente. Pero esto seguro que son infundios.
En su caso sí podemos afirmar que es periodista, puesto que es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Complutense. Otra cosa es que ejerza como tal; o yo me equivoco mucho, o lo que hace actualmente De Diego poco se parece al periodismo.
Pero no empezó mal; comenzó trabajando en “ABC”, luego pasó al “YA”, fue subdirector de “Epoca” y trabajó para la emisora “Intereconomía” y, con la llegada de Internet, en varios diarios digitales. Actualmente está afincado en Elche, desde donde lanza sus rayos y centellas contra... básicamente, todo el mundo mundial.
Como vemos, su andadura se ha centrado en el espectro (nunca mejor dicho) de la derecha; inicialmente de la derecha liberal; llegó a impulsar una “Plataforma de las clases medias” (que publicó un “Manifiesto”, del mismo nombre, contra el intervencionismo estatal), y un partido político (“Regeneración”) que se presentó por Madrid en 2011, con escaso éxito. Pero De Diego fue escorándose cada vez más hacia la ultraderecha "y más allá, como decía Bud Lightyear", de forma que se ha caído del mapa de la política española y no sabríamos dónde ir a buscarlo.
De hecho, lo típico en "Rambla Libre" es defender lo que De Diego llama “libertad individual” y “libertad de expresión”; ambas combinadas, consisten en que cuando un político o medio de comunicación defiende lo que De Diego entiende por una actitud censuradora, tiránica, liberticida o globalista (recientemente, la campaña de banderillación; pero, antes, el Cambio Climático, el Estado del Bienestar, etc) pasa a ser cubierto de insultos, algunos curiosísimos y estrambóticos; y además es incluido en la Lista de los que Preparan el “Apocalipsis” para conseguir un “Nuevo Orden Mundial” y llevan la “Marca de la Bestia” (últimamente, ha descubierto que la Marca de Bestia es la banderilla contra el el bichito-19); también les acusa de estar tras “La Gran Sustitución” que según una popular teoría conspirativa planearía exterminar (con la banderilla, en estos momentos) a la población blanca para sustituirla por pagapensiones del Tercer Mundo.
Por supuesto, fustiga sin piedad (él o los que trabajan con él) a toda la izquierda: entre los políticos actuales, tenemos Pedro Sánchez (a quien llama “chulo fruta, poco agraciado, sicario, mamporrero, menso delincuente”)1 o Pablo Iglesias (“macarra, fascista, fistro, totalitario, fascista“) 2
No se salva el centro, donde Inés Arrimadas es llamada “pozo de cosa, fracasada”3 o, antes, Rivera (“traidor, masón, ridículo” y, por supuesto, “veleta")4
Pero ¿cómo se va a salvar el centro, si este hombre lanza venablos incluso contra toda la derecha política y mediática española? A Pablo Casado le llama “nulidad, fistro, mamporrero de Sánchez, incompetente, cadáver político”; por supuesto, “fraCasado”5 y recientemente, “cómplice del genocidio”6. No crean que Isabel Díaz Ayuso es santo de su devoción: desde que se ha mostrado partidaria de algunas restricciones por la epidemia el bichito es “desquiciada, loca de atar, genocida, cojón del Anticristo” y, recientemente, “cortesana satánica”7
Pero respetará a Santiago Abascal, se dirán ustedes… ¡Craso error! Tras desoír las exhortaciones de "Rambla Libre" para echarse al monte con los antivacunas, es “vago, espantapájaros, chullillo de gimnasio, no llegas a chulo pilinguis, garrulo, patriota de pandereta, mostrenco, cabestro…"8
¡jorobar, si insulta como Federico Jiménez Losantos! –pensaréis. Pues os equivocaréis: es que incluso supera al insultador profesional Federico, al que tiene tirria personal desde los tiempos del 11-M
La verdad es que, en el panorama mediático, Enrique de Diego está ya completamente olvidado, y nadie se ocupa de él. Por lo tanto, los únicos personajes de la Prensa a quienes dedica sus “caricias” es a quienes tiene un repruebo personal, rayano en lo patológico… pero se salen de la raya por la parte de fuera.
¿Quiénes son éstos que merecen sus “atenciones”? Pues, sobre todo, no soporta a Jiménez Losantos (“acondroplásico saltarín, acondroplásico globalista, iluso, trincón, menso, garrapata, engañabobos, pigmeo, orate del pueblo, hominido, mentecato…”),9 Pedro José Ramírez (“petulante, servil, lacayo, mangoneador, adulado, gafe" y, por supuesto, "poco equilibrado”, )10 y Luis del Pino (“superpringado, fabulador atorrante, cencerro, ridículo, patético, proislamista, cabestro, perversos… ”).11 Su repruebo contra este trío proviene de que, para él, fueron una especie de “Caballo de Troya” con la Conspiranoia del 11-M, que destruyó a la derecha española y facilitó la reelección de Rodríguez Zapatero.
El repruebo a la empresa de Losantos (a la que ha declarado en quiebra inminente en docenas de artículos) le ha llevado a forjar una curiosa alianza con César Vidal, en su tiempo uno de los “Tres Grandes” de "Libertad Digital", con Luis Herrero y el propio Federico. Luego fue expulsado de la empresa por desavenencias con Losantos y, según de Diego, Vidal palmó un pastón al irse 12 y casi le da un infarto cerebral en un Consejo de Administración.13
La “extraña pareja” que forman De Diego y Vidal se cimentó sobre el repruebo a Losantos (llegaron a escribir un libro juntos; “La gran traición. Federico Jiménez Losantos apuñala a César Vidal”) y ambos han estrechado lazos con el apoyo de Vidal al último dislate de De Diego: el “Manifiesto contra el Genocidio de los Niños españoles”.14,15 [Nota: lo de llamarle “El Gran César Vidal” no parece ir de chufla]
Incluso en el aspecto espiritual la unidad de acción entre ambos “pesos pesados” [Nota: me la rezuma si creen que va con mala leche o no] del periodismo parece rara. Vidal es protestante, y lógicamente muy crítico con el Papado y la creencia en milagros y apariciones marianas. De Diego evolucionó desde un catolicismo “duro” que le hacía próximo al Opus Dei, hasta un integrismo casi ultramontanista (que defiende que la autoridad civil debe estar subordinada a la eclesiástica); pero actualmente tiene un problema. Considera al actual Papa Francisco un “vanidoso, cojón del Anticristo, globalista, impresentable, vanidoso, menso, espantapájaros, menso…")16 y dice que hubo una conjura de los partidarios del Nuevo Orden Mundial para derrocar a Benedicto XVI y entronizar a Jorge Bergoglio… 17 De Diego cree, además de en el integrismo católico más empecinado y montaraz, en todas las apariciones marianas habidas y por haber. Una parte destacada de “Rambla Libre” está dedicada a las apariciones de la Virgen en Medjugorje. 18 [Nota: no sé lo que le parecería a la pudibunda Virgen la lectura de “Ramba Libre” y lo de “Cojón del Anticristo” dedicado a Bergoglio]
Bueno, pues ¿de dónde habrá salido este energúmeno? – Se preguntarán ustedes. Pues aquí vengo yo, con mi trabajo de investigación, para descubrirles sus inicios, su origen; lo que nos traslada al Castillo de Moulinsart, en Bélgica. Allí, recordarán, vivía el simpático Capitán Archibald Haddock, compañero de Tintin, después de haberse retirado de sus aventuras.
Recordarán que el capitán Haddock se caracterizaba por dos cosas: su amor por la bebida, que lo convertía en un borrachín ocasional; y su mal genio, que le hacía proferir insultos absolutamente sorprendentes para quienes los recibían, que muchas veces huían despavoridos, no sólo por los gritos del capitán, sino por no entender ni media palabra de los apóstrofes que les dedicaba el marino.
Yo creo que Enrique De Diego no es otro que Haddock, aburrido de vivir como un noble, que se ha trasladado a Elche y desde allí da rienda suelta a su mal genio, que es lo que le mola. Con el tiempo, gracias a la benéfica influencia de Tintin, Haddock se hizo abstemio, así que, aunque Enrique De Diego no beba, esto no es un argumento en contra.
En lo jovenlandesal son iguales: mal genio, berrinches, inmoderación en el lenguaje… Lean una lista de los insultos de Haddock en los comics de Tintin, y compárenlos con los que hemos visto de Enrique De Diego.
Pero, vamos, si hubiese alguna duda… sólo tienen que fijarse en la [imagen 1]. Pese al poco trabajado disfraz del Capitán (ponerse gafas y quitarse la gorra) ¿quién puede dudar de que nos encontramos ante la misma persona?