Nuevos datos científicos apuntan otra vez al móvil como factor cancerígeno

david53

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En 2011, la Organización Mundial de la Salud incluyó las radiaciones electromagnéticas emitidas por los teléfonos móviles en el llamado grupo 2B, dónde se incluyen los agentes “posiblemente cancerígenos”. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre la asociación entre el uso del móvil y el riesgo tumoral? La revista GACETA SANITARIA acaba de publicar en su avance online un artículo de revisión elaborado por la Facultad de Terapia Ocupacional, Logopedia y Enfermería y el Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha en el que se han revisado 1.034 artículos internacionales que han estudiado esta posible relación a lo largo de los últimos diez años.
Tras analizar con detenimiento 14 de estos trabajos, las autoras de esta revisión han podido concluir que, aunque la literatura científica no ha determinado la relación a corto plazo, sí que apunta a una posible asociación entre la radiofrecuencia emitida por los móviles y los tumores cuando la exposición supera los diez años en coexistencia con otros factores, como la exposición homolateral o el tiempo acumulado de llamadas telefónicas. Además, existe un mayor riesgo si se superan las 1.640 horas o unas 5 horas diarias de uso del teléfono móvil. Por ello, sugieren estudios más rigurosos, con mayores tamaños muestrales y periodos de seguimiento más largos para confirmar esta posible asociación.

Con esta revisión, las investigadoras han constatado que la mayor parte de los estudios se centran en los tumores cerebrales (ocho de los catorce artículos analizados). Los trabajos señalan el cerebro como el principal órgano diana de las radiaciones procedentes de los móviles por su proximidad a la zona de colocación del dispositivo. Así, existe cierta controversia entre las diferentes investigaciones en relación a la colocación prolongada del teléfono móvil en una misma zona de la cabeza. Mientras ciertos estudios consideran la exposición homolateral como un factor de riesgo, otro trabajo no reporta hallazgos concluyentes.

Pero la revisión también incluye investigaciones que han estudiado la asociación entre las ondas de radiofrecuencia de baja potencia de los móviles y otros tumores. En el caso de los tumores de las glándulas salivales, los estudios analizados no aportan datos concluyentes que confirmen dicha asociación a corto plazo. Y, aunque ciertos trabajos reportan un posible aumento del riesgo tras una media de tiempo acumulado de llamadas de 1.348 horas o con la exposición homolateral, otros no apoyan tal hipótesis. Algo parecido sucede con los tumores testiculares. Algunos artículos apuntan la posibilidad de un mayor riesgo con la proximidad del móvil a la zona testicular pero sin hallar una asociación clara.

En el caso de los melanomas, los estudios analizados señalan la zona temporal de la cabeza, la mejilla, la oreja y el cuello como las áreas corporales con mayor exposición a las radiaciones no ionizantes de los móviles y con mayor riesgo de melanoma. Además, estos trabajos apuntan la existencia de un riesgo dos veces mayor en las personas con un uso acumulativo de llamadas telefónicas mayor de 365 horas (aproximadamente doce minutos al día) y con un periodo de latencia mayor de cinco años.

Por último, la relación entre las radiaciones de los móviles y las leucemias se considera relevante, aunque no ha sido muy estudiada. En este sentido, uno de los estudios analizados reportó resultados incongruentes, aunque sí se halló un mayor riesgo de leucemia tras una exposición prolongada de más de quince años. Con respecto a los linfomas de Hodgkin, algunos estudios apuntan la ausencia de relación a corto plazo entre el número de horas de uso del móvil y el desarrollo de este linfoma. Destaca asimismo la posibilidad de un mayor riesgo de aparición de este tipo de tumor tras 5 ó 6 años de manejo del dispositivo y con un tiempo acumulado de llamadas de 1.640 horas.


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