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Profesores advierten de que en el nuevo currículo hay menos contenidos: faltan los números romanos, la regla de tres o el dictado | España (elmundo.es)
El Gobierno prioriza las habilidades socioemocionales y la perspectiva de género en el nuevo currículo de educación Primaria al tiempo que rebaja los conocimientos concretos. Los profesores denuncian que se enseñarán menos cosas en el desarrollo de la Ley Celaá. Maestros consultados por EL MUNDO han comparado los borradores de Matemáticas y Lengua Castellana con el real decreto actualmente vigente, de 2014, y coinciden en que "se han reducido los contenidos".
En la enumeración de saberes que tienen que aprender los alumnos han desaparecido la regla de tres, los números romanos, el mínimo común denominador, el dictado, los prefijos y los sufijos o las conjugaciones de los verbos.
Que no estén no significa necesariamente que ya no vayan a aprenderse, porque el currículo tiene que ser aún completado por las comunidades autónomas y los colegios. Además, fuentes cercanas a la nueva ministra de Educación, Pilar Alegría, apuntan que éstos son sólo los borradores "para iniciar una negociación". "A final de mes se remitirá a las comunidades autónomas un nuevo envío y se incluirá, si se observa alguna deficiencia, lo que falte", aclaran.
Pero los documentos reflejan la esencia de la nueva filosofía educativa, que busca "aligerar" el temario para no dejar a nadie atrás. El Gobierno quiere reducir las elevadas cifras de abandono y fracaso escolar procurando que el mayor número de estudiantes pase de curso y logre el título. Por eso quiere convertir la repetición en una medida excepcional.
"LA NUMERACIÓN SE CONCRETA MUY POCO"
"Este currículo es bastante más flojo que el actual y reduce muchos contenidos básicos. Da la sensación de que hay menos conceptos. El de 2014 está muy detallado y éste es muy general, no profundiza", sintetiza María Eugenia Martín, maestra en Torrijos (Toledo) y miembro de CSIF.
El responsable de Educación de este sindicato, Mario Gutiérrez, critica que "el Gobierno considere que reducir los contenidos curriculares favorece la educación pública, cuando es todo lo contrario". Nicolás Fernández Guisado, presidente de Anpe, también reclama "centrarse en el aprendizaje de las asignaturas y no quedarse en los elementos superficiales en los que se está poniendo el acento". "Para formar ciudadanos críticos, primero es esencial el conocimiento", destaca.
Martín explica que "la numeración, que es muy importante para tener una buena base, se concreta muy poco, a diferencia del anterior currículo".
"Conceptos como redondear a la decena y centena o la relación y equivalencia entre unidades, decenas y centenas ya no aparecen. También se olvida del dictado de números, que es muy importante para los niños. En cambio, se contemplan mucho las magnitudes, la geometría, los problemas de la vida cotidiana y todo lo manipulativo. Introducen, por ejemplo, el tangram", describe.
"QUIEREN ENSEÑAR LA REGLA DE LAPLACE"
El maestro de Alicante Andrés Rivera también observa "un menoscabo evidente de los contenidos", que "se enmascara dentro de una denominación globalizadora de los saberes". No encuentra ya mención directa a los números romanos -"Ahora que se van a juntar asignaturas, ¿cómo leerán los alumnos los siglos en los temas dedicados a la Historia?"-, al sistema sexagesimal o a conceptos como el mínimo común denominador. Tampoco se cita la regla de tres, "que se ha vuelto muy impopular entre los expertos en Didáctica, que no la consideran útil".
"Pero quieren enseñar la regla de Laplace, que no es contenido de Primaria y que, por su nivel de abstracción, queda fuera del alcance de la comprensión de los alumnos de 12 años", señala. "El currículo constantemente anima a que los niños se conviertan en pequeños investigadores que analicen, elucubren y conjeturen. Esto suena muy bien, pero sólo puede lograrse a partir de un bagaje determinado y con un grado de madurez", recalca.
En opinión de Andrés Rivera, "los criterios de evaluación están redactados de una forma deliberadamente vaga". "Esta indefinición no ayuda en la tarea de los maestros que busquen dotar de rigor científico al área, sino que añade dificultad. Parece más una declaración de intenciones que una disposición legal", interpreta Rivera.
Y pone, a modo de ejemplo, la parte que habla de tener "respeto por las emociones y experiencias de los demás ante las Matemáticas". "¿Cómo se mide esto? ¿Con qué herramientas objetivas se evaluará?", se pregunta.
"COMUNICACIÓN ORAL PERO NO ORTOGRAFÍA"
Pedro Esteban, maestro de Madrid, advierte de que en el nuevo currículo se habla de saber contar hasta el 199 en el primer ciclo, cuando ahora, en la práctica, los alumnos llegan hasta 999. "No se concretan figuras básicas como el círculo y se baja sustancialmente en contenidos, fomentando más metodologías basadas en debatir ideología y menos conocimientos de cálculo mental, estrategias de memoria, modelos matemáticos concretos, teoría de conjuntos, sistemas de igualdades...", opina.
En Lengua Castellana y Literatura también pasa algo parecido. María Eugenia Martín hace notar que han desaparecido el dictado, los diptongos e hiatos, los prefijos y sufijos o la conjugación de los verbos, así como los adjetivos, las conjunciones o los adverbios.
"Se aborda mucho la comunicación oral, la comprensión lectora y la expresión escrita, pero no se desarrollan con claridad la ortografía, el vocabulario o la gramática. Un alumno puede saber expresarse muy bien, pero si pone una falta de ortografía no le sirve de nada, y ése es el problema que tenemos ahora. Si falla la base, falla todo".
Literatura para la "sostenibilidad interétnica"
El currículo de Primaria en la asignatura de Lengua Castellana persigue que la literatura se convierta "en el punto de partida para la reflexión, también desde una perspectiva de género, sobre actitudes relacionadas con la ciudadanía global, la prevención de la violencia o la sostenibilidad interétnica e intercultural".
Según el borrador, al que ha tenido acceso EL MUNDO, ya no se trata sólo de aprender a leer y disfrutar leyendo, sino de que los alumnos sean personas "comprometidas con el desarrollo sostenible, la defensa de los derechos humanos y la convivencia igualitaria, inclusiva, pacífica y democrática".
El texto también propone educar a los alumnos en una "alfabetización audiovisual y mediática" para hacer frente a los "riesgos de manipulación y desinformación" y a las fake news de los medios de comunicación y redes sociales.
La ex ministra de Educación Isabel Celaá siempre insistía en la importancia de estas enseñanzas, que en la Comunidad Valenciana se han planteado con la nueva asignatura de Cultura Digital. Sus unidades didácticas han generado polémica porque hablan de "reconocer discursos de repruebo, estereotipos y discriminaciones" o "identificar casos de racismo y sexismo en la sociedad", algo que Vox considera susceptible de usarse para "manipular", a su vez, a los alumnos.
Por otro lado, el currículo de Lengua Castellana promueve "la diversidad lingüística y etno-cultural como valor". Uno de sus objetivos es "familiarizarse con la diversidad lingüística del mundo a partir del reconocimiento de las lenguas del alumnado y la realidad plurilingüe y multicultural de España" con el fin de "rechazar estereotipos y prejuicios lingüísticos".
Por primera vez, se reconoce que el castellano es una lengua "universal y policéntrica, con una enorme diversidad dialectal". Policéntrico es un término asumido por la RAE que significa que se iguala en valor a todas las variedades del idioma español.
"El aula constituye un entorno privilegiado para aproximarse a una visión global del castellano en el mundo, con la finalidad última de promover el ejercicio de una ciudadanía mundial sensibilizada, informada y comprometida con los derechos lingüísticos individuales y colectivos, en un marco de interculturalidad".
