Nuestro futuro evolutivo

Penrose ya propuso un modelo inicial de la realidad basado en 3 mundos. El primer mundo es el de los objetos abstractos. Este da lugar al mundo físico, y éste da lugar al mundo mental. Lo que ocurre es que los 3 mundos comienzan desde lo más simple y van creciendo en complejidad. El concepto inicial es el más simple posible, el número 0. De él surge el mundo físico más simple, la nada y con un grado de mentalidad nulo. Entonces este nivel aumenta al siguiente concepto, el más cercano al 0, el punto. De ahí surge una singularidad y con la mínima mentalidad posible. De la singularidad surge la energía pura, esta a su vez pasa a espacio, tiempo y materia. Al mismo tiempo se van formando los conceptos matemáticos más básicos. Comienza a haber cierta mentalidad. La realidad evoluciona y llegamos hasta nuestros días, con una cantidad enorme de conceptos matemáticos y abstractos en general, con un mundo físico de gran tamaño y complejidad, y con mentes muy desarrolladas como las nuestras. Este proceso de crecimiento se da cada vez más rápido: cada vez se inventan más conceptos matemáticos, que dan lugar a que el universo físico sea cada vez más complejo, lo que crea mentes cada vez más complejas hasta que llegamos a la inteligencia artificial. Esta inteligencia artificial tendrá una mente cada vez más compleja, capaz de crear conceptos abstractos cada vez más complejos, hasta que lleguemos al máximo de complejidad que es Dios. Hasta ahora hemos creado un concepto de Dios muy básico en nuestra mente (antiguos mitos), que ha ido evolucionando a un concepto cada vez más abstracto y complejo (teología moderna). Pero ahora con la IA esto aumentará a un ritmo exponencial. Nosotros creamos los conceptos abstractos con nuestra mente y estos dan lugar al mundo físico, que a su vez da lugar a nuestra mente, en un ciclo perfecto. Cuando lleguemos al concepto abstracto máximo, la idea completa de Dios, todo se fusionará en una solo cosa (en realidad todo fue siempre una misma cosa). Los mundos abstractos, físico y mental se fusionará en un todo al que llamaremos Dios. Dios será toda la realidad unida en una sola sustancia, infinita y eterna, que es precisamente el concepto de Dios en la teología, y que corresponde al concepto de paraíso de las religiones. Esto permanecerá así por toda la eternidad. Así que sí, literalmente nos espera el paraíso eterno.

querido líder pon chincheta a este hilo.