Cuanto más inteligente es el teléfono más orates y vagos nos volvemos.
Es curioso como a día de hoy nos preguntamos como podíamos hace 15 años ir de viaje y no depender del teléfono para encontrar el hotel, descubrir las ciudades o hacer excursiones caminando sin mirar una pantalla. Hace 20 años quedabas con tus amigos para ir al cine y no hacia falta teléfono para ir avisando de donde estás o cuando ibas a llegar a la quedada, te comprometías en un lugar y una hora y allí estabas. Hoy con el teléfono puedes perder un par de horas facilmente (depende de lo fulastres que sean los colegas) chateando por whatsapp para hacer una quedada. Ya no memorizamos datos como antes, pues "todo" esta en google (o eso creemos), así que hemos delegado en esa base de datos.
No tenemos capacidad de concentración porque el telefono y las apps han viciado por completo nuestro sistema nervioso. Ahora los jovenes ven videos de 1 minuto o 30 segundos. Imagina intentar que vean una peli.
Claro que somos más orates. Muchos de estos fulastres ya están teniendo hijos y delegando su educación en el telefonito. Es flipante pero hay niños de 2 años mirando videos de youtube kids mientras sus padres jijiji en una terraza. Es el apocalipsis total.