Heteropatriarca
Madmaxista
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Continuamos. El pobre yihadista empieza a darme pena hasta a mí. Mañana quedará todo olvidado y solo recordaremos un caso aislado de un loco por Algeciras.
La investigación apunta a que el atacante de Algeciras actuó solo, de forma errática y que consumía propaganda yihadista
Yassine Kanjaa colgaba en Facebook vídeos de imanes radicales si bien la actuación improvisada y atropellada y el testimonio a la Policía de sus compañeros de vivienda hacen sospechar de algún trastorno psiquiátrico
Las evidencias halladas en el registro de la infravivienda en Algeciras donde residía Kanjaa no permiten resolver por ahora los interrogantes planteados si bien el trabajo de la Comisaría General de Información ya ha permitido encontrar actividad radical en redes sociales por parte del detenido.
En jovenlandia, de donde habría salido con 22 años, no tiene antecedentes médicos en ese sentido. Kanjaa residía en España de forma irregular. Fue detenido el 16 de junio de 2022 y se le abrió un proceso administrativo de expulsión que seguía en curso en el momento de los hechos. “El desarrollo del registro podrá determinar la naturaleza terrorista o de cualquier otro tipo de los hechos”, ha dicho desde Estocolmo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Los compañeros de la vivienda de Kanjaa han declarado durante horas a la Policía que en las últimas semanas el detenido cambió radicalmente su actitud: de beber y fumar hachís había pasado a obsesionarse con la religión y a decir incoherencias, a comportarse de forma extraña, aseguran las fuentes consultadas.
Del yihadista de Niza también decían que era un mal de la religión del amor. Pero la Umma recompensó a su familia. Es como si hubiese un manual para crear un relato que hace ajenos estos comportamientos al islam. Su comportamiento no fue extraño, fue el correcto en el islam.
“Una vez que se encuentra [la víctima] en el centro de esa plaza es alcanzado por el atacante, quien, una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y, alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Allah [Alá]’, le asesta una última estocada mortal”, relata el magistrado, según el escrito judicial adelantado por El País y Abc.
Pero no tiene nada que ver con el islam.
La investigación apunta a que el atacante de Algeciras actuó solo, de forma errática y que consumía propaganda yihadista
Yassine Kanjaa colgaba en Facebook vídeos de imanes radicales si bien la actuación improvisada y atropellada y el testimonio a la Policía de sus compañeros de vivienda hacen sospechar de algún trastorno psiquiátrico
Las evidencias halladas en el registro de la infravivienda en Algeciras donde residía Kanjaa no permiten resolver por ahora los interrogantes planteados si bien el trabajo de la Comisaría General de Información ya ha permitido encontrar actividad radical en redes sociales por parte del detenido.
En jovenlandia, de donde habría salido con 22 años, no tiene antecedentes médicos en ese sentido. Kanjaa residía en España de forma irregular. Fue detenido el 16 de junio de 2022 y se le abrió un proceso administrativo de expulsión que seguía en curso en el momento de los hechos. “El desarrollo del registro podrá determinar la naturaleza terrorista o de cualquier otro tipo de los hechos”, ha dicho desde Estocolmo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Los compañeros de la vivienda de Kanjaa han declarado durante horas a la Policía que en las últimas semanas el detenido cambió radicalmente su actitud: de beber y fumar hachís había pasado a obsesionarse con la religión y a decir incoherencias, a comportarse de forma extraña, aseguran las fuentes consultadas.
Del yihadista de Niza también decían que era un mal de la religión del amor. Pero la Umma recompensó a su familia. Es como si hubiese un manual para crear un relato que hace ajenos estos comportamientos al islam. Su comportamiento no fue extraño, fue el correcto en el islam.
“Una vez que se encuentra [la víctima] en el centro de esa plaza es alcanzado por el atacante, quien, una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y, alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Allah [Alá]’, le asesta una última estocada mortal”, relata el magistrado, según el escrito judicial adelantado por El País y Abc.
Pero no tiene nada que ver con el islam.