overdrive1979
Madmaxista
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Pues eso, voy a contaros la historia y el motivo.
Mi padre fue hijo único, y por tanto no tengo tíos ni por tanto primos hermanos por parte suya.
La otra progenitora sí tiene dos hermanos, por tanto por esa vía tengo dos tíos y cinco primos hermanos, y a su vez todos esos primos han tenido en los últimos dos años al menos un hijo por cada primo. Pues bien, nunca he visto a esos hijos de los primos, hace dieciséis años que no tengo trato con ellos (teniendo yo la edad de 35). En los últimos dieciséis años solo les he visto a todos ellos juntos en los dos entierros de mis abuelos por parte del progenitor que tiene dos hermanos, pero el trato fue frío y por poco tiempo.
Tras pasar los primeros años de mi vida en una provincia distinta a la de la provincia de residencia de los dos hermanos de mi progenitora, debo decir que cuando vivíamos allí durante mi más temprana infancia no se presentaron ni siquiera para mi primera comunión, (la pasamos solo los cuatro).
Resulta que poco después de mi comunión, a principios de los 90, mis padres decidieron mudarse conmigo y con mi hermano a vivir al pueblo de donde proviene mi familia materna. Como dije antes, anteriormente a ese cambio de residencia el trato entre ellos y nosotros era más bien escaso, (los veíamos una vez al año pero siempre con trato frío y distante), por tanto el problema viene de antes de los 90.
Bueno, una vez instalados en ese pueblo rural (que está situado a un poco más de 100 km de donde resido ahora), por ser mis padres humildes solamente pudieron adquirir una pequeña vivienda de dos habitaciones en el barrio más popular y humilde del lugar.
Los otros dos hermanos siempre tuvieron mejor puesto laboral, casas más grandes, etc, vamos que en aquellos años en los que no había burbujismo ellos ya demostraban ser unos pechopalomistas adoradores del barro cocido. :
::abajo:
Ya se sabe que en los pueblos pequeños y entre generaciones mayores casi siempre el que destaca más o al que mejor le ha ido mira por encima del hombro a los demás, destilan prepotencia por creerse mejores, etc.
Pues eso era lo que pasaba: Una vez llegados allí ni siquiera nos hicieron una buena acogida, solo nos permitieron entrar en su casa una vez por muy poco tiempo en los días inmediatos a nuestra llegada. Pasaban los meses y primeros años, nunca nos llamaban para hacer cenas navideñas, casi nunca nadie se acordaba de los cumpleaños de mi hermano ni del mío propio, (solo asistieron algunos de esos primos y tíos a los dos primeros cumpleaños nuestros, y lo único que traían era una bolsa de gusanitos o similares que al final la mayor parte se la comían ellos).
Ni una visita cuando pasábamos las típicas gripes y enfermedades infantiles y de la fase preadolescente, etc. Incluso alguna vez observaba como caminando por la calle si venía cualquiera de ellos se cambiaba de acera o doblaba la esquina y tiraba para otro lado para no verme, y cosas así. Obviamente, mi hermano y yo tampoco mostrábamos interés en saber por como les iba a los primos. Pese a que la distancia entre las casas de todos era menor a un kilómetro, casi nunca me los encontraba en mi parque más cercano, y si raramente les veía por allí jugando, la interacción no iba más allá de darle cuatro patadas a un balón o de tirar un par de veces la peonza. Enseguida ellos se iban, y me hacían sentirme como una fruta cosa a esas edades tempranas.
Total, que a primeros de los 2000 los dos hermanos nos venimos a estudiar a la zona donde resido ahora, a una vivienda propiedad de uno de los abuelos por parte del progenitor que no tiene hermanos, y al año siguiente mis padres buscaron trabajo y vinieron aquí también. Uno de los abuelos por parte materna era realmente una persona con muy mala saña, y estaba siempre diciendo que nosotros no merecíamos nada, que los demás primos eran mejores, etc.
Realmente no hubo cambio alguno en la relación de los primos y tíos con nosotros, porque estando allí donde residían ellos el trato era nulo, y así continuó siendo. Ya siendo yo mayor de 18 años, decidí unilateralmente no acudir a las bodas que se iban celebrando, si bien mis padres y mi hermano hicieron el esfuerzo de ir. Tuvieron lugar los entierros de los dos abuelos allí residentes, y ya, no he vuelto a saber de ellos, ni ellos de mi. El daño que ellos he han infligido por desprecio ya no me afecta, me da igual sus vidas y nada quiero saber.
Hoy mi hermano tiene un puesto de trabajo muy cotizado, puesto que es mucho mejor que cualquiera del que los primos ejercen allí, por tanto os podéis imaginar el peloteo que le hacen a mi hermano y a mis padres, quienes ahora están cediendo algo y la relación es ligeramente mejor respecto a todos ellos, pero aún sigue siendo muy fría. Ni que decir tiene que a mi no me llaman porque saben que paso mil.
Total, que mi hermano ha sido padre hace pocos meses. Aunque no se han dignado aún en ir a ver a la criatura ni han regalado nada aún viviendo a algo más de 100 km, y si bien mi hermano no quiere tener mucho trato con ellos, son ellos quienes ahora le dan mucho la matraca por whatsapp pidiendo fotos, etc.
La última trastada que me hicieron tuvo lugar hace pocos meses cuando nació mi sobrino. Estando en el hospital en la habitación reunidos nosotros cuatro con la pareja de mi hermano, éste recibe un mensaje de algún primo indicándole que dentro de unos minutos recibiría la llamada de un tía, y este hecho es dicho en voz alta por mi hermano ante los presentes en la habitación hospitalaria.
Tiene lugar la llamada, habla mi hermano, hablan mis dos progenitores, y acto seguido la tía corta la llamada sin felicitarme por ser yo padrino y a la vez tío. Me la pelaba que en otra circunstancia me hablase o no, (nunca hablamos), pero que haga ese feo delante de mi cuñad@ como que no lo aguanto. Su deber era haberse tragado su orgullo y haberme felicitado en esa situación concreta, le gustase o no, pero ahora ella la ha cagado pero bien.
Según mis padres, esa tía dentro de un mes tendrá una intervención quirúrgica en un hospital situado a menos de 25 km de donde resido, a la que hubiera ido si no me hubiera hecho el feo ese, pero ahora pasaré de ir.
A partir de dos años, cuando mi sobrino empiece a hablar, me temo que en alguna de las visitas que haga mi hermano por allí para presentar la criatura a todos ellos, (mi hermano ha cedido y parece quiere ir a retomar un poco las relaciones pese a todo lo pasado en todos estos años), ellos van a malmeter a mi sobrino en mi contra.
Les veo capaces de que un poco a escondidas de mi hermano, o incluso en su presencia, que alguno de ellos le diga a la criatura una y otra vez "tu tío es muy malo porque no viene a vernos, bla bla bla".
Vamos, que puede que traten de torpedear al máximo la relación tío-sobrino, más aún sabiendo que (como buen burbujista) yo nunca tendré hijos ni pareja estable, (por tanto mi sobrino es especial para mi por partida doble, y seré implacable con quien malmeta la criatura en mi contra).
Yo por de pronto ya he decidido que, a partir de tres años de edad de la criatura, al primer signo que note que a mi sobrino le han hablado mal de mí, o que me quiere menos, pienso montarles un pifostio telefónicamente, e incluso no pienso ir a ninguno de sus entierros.
Ya he terminado y me he quedado muy aliviado tras contar todo esto aquí en esta nuestra querida familia burbujista. 8:
Admito preguntas y consejos sobre que haríais vosotros cuando malmetan e intoxiquen a mi sobrino cuando la criatura tenga tres o cuatro añitos y cierto raciocinio.
Mi padre fue hijo único, y por tanto no tengo tíos ni por tanto primos hermanos por parte suya.
La otra progenitora sí tiene dos hermanos, por tanto por esa vía tengo dos tíos y cinco primos hermanos, y a su vez todos esos primos han tenido en los últimos dos años al menos un hijo por cada primo. Pues bien, nunca he visto a esos hijos de los primos, hace dieciséis años que no tengo trato con ellos (teniendo yo la edad de 35). En los últimos dieciséis años solo les he visto a todos ellos juntos en los dos entierros de mis abuelos por parte del progenitor que tiene dos hermanos, pero el trato fue frío y por poco tiempo.
Tras pasar los primeros años de mi vida en una provincia distinta a la de la provincia de residencia de los dos hermanos de mi progenitora, debo decir que cuando vivíamos allí durante mi más temprana infancia no se presentaron ni siquiera para mi primera comunión, (la pasamos solo los cuatro).
Resulta que poco después de mi comunión, a principios de los 90, mis padres decidieron mudarse conmigo y con mi hermano a vivir al pueblo de donde proviene mi familia materna. Como dije antes, anteriormente a ese cambio de residencia el trato entre ellos y nosotros era más bien escaso, (los veíamos una vez al año pero siempre con trato frío y distante), por tanto el problema viene de antes de los 90.
Bueno, una vez instalados en ese pueblo rural (que está situado a un poco más de 100 km de donde resido ahora), por ser mis padres humildes solamente pudieron adquirir una pequeña vivienda de dos habitaciones en el barrio más popular y humilde del lugar.
Los otros dos hermanos siempre tuvieron mejor puesto laboral, casas más grandes, etc, vamos que en aquellos años en los que no había burbujismo ellos ya demostraban ser unos pechopalomistas adoradores del barro cocido. :
::abajo:Ya se sabe que en los pueblos pequeños y entre generaciones mayores casi siempre el que destaca más o al que mejor le ha ido mira por encima del hombro a los demás, destilan prepotencia por creerse mejores, etc.
Pues eso era lo que pasaba: Una vez llegados allí ni siquiera nos hicieron una buena acogida, solo nos permitieron entrar en su casa una vez por muy poco tiempo en los días inmediatos a nuestra llegada. Pasaban los meses y primeros años, nunca nos llamaban para hacer cenas navideñas, casi nunca nadie se acordaba de los cumpleaños de mi hermano ni del mío propio, (solo asistieron algunos de esos primos y tíos a los dos primeros cumpleaños nuestros, y lo único que traían era una bolsa de gusanitos o similares que al final la mayor parte se la comían ellos).
Ni una visita cuando pasábamos las típicas gripes y enfermedades infantiles y de la fase preadolescente, etc. Incluso alguna vez observaba como caminando por la calle si venía cualquiera de ellos se cambiaba de acera o doblaba la esquina y tiraba para otro lado para no verme, y cosas así. Obviamente, mi hermano y yo tampoco mostrábamos interés en saber por como les iba a los primos. Pese a que la distancia entre las casas de todos era menor a un kilómetro, casi nunca me los encontraba en mi parque más cercano, y si raramente les veía por allí jugando, la interacción no iba más allá de darle cuatro patadas a un balón o de tirar un par de veces la peonza. Enseguida ellos se iban, y me hacían sentirme como una fruta cosa a esas edades tempranas.
Total, que a primeros de los 2000 los dos hermanos nos venimos a estudiar a la zona donde resido ahora, a una vivienda propiedad de uno de los abuelos por parte del progenitor que no tiene hermanos, y al año siguiente mis padres buscaron trabajo y vinieron aquí también. Uno de los abuelos por parte materna era realmente una persona con muy mala saña, y estaba siempre diciendo que nosotros no merecíamos nada, que los demás primos eran mejores, etc.
Realmente no hubo cambio alguno en la relación de los primos y tíos con nosotros, porque estando allí donde residían ellos el trato era nulo, y así continuó siendo. Ya siendo yo mayor de 18 años, decidí unilateralmente no acudir a las bodas que se iban celebrando, si bien mis padres y mi hermano hicieron el esfuerzo de ir. Tuvieron lugar los entierros de los dos abuelos allí residentes, y ya, no he vuelto a saber de ellos, ni ellos de mi. El daño que ellos he han infligido por desprecio ya no me afecta, me da igual sus vidas y nada quiero saber.
Hoy mi hermano tiene un puesto de trabajo muy cotizado, puesto que es mucho mejor que cualquiera del que los primos ejercen allí, por tanto os podéis imaginar el peloteo que le hacen a mi hermano y a mis padres, quienes ahora están cediendo algo y la relación es ligeramente mejor respecto a todos ellos, pero aún sigue siendo muy fría. Ni que decir tiene que a mi no me llaman porque saben que paso mil.
Total, que mi hermano ha sido padre hace pocos meses. Aunque no se han dignado aún en ir a ver a la criatura ni han regalado nada aún viviendo a algo más de 100 km, y si bien mi hermano no quiere tener mucho trato con ellos, son ellos quienes ahora le dan mucho la matraca por whatsapp pidiendo fotos, etc.
La última trastada que me hicieron tuvo lugar hace pocos meses cuando nació mi sobrino. Estando en el hospital en la habitación reunidos nosotros cuatro con la pareja de mi hermano, éste recibe un mensaje de algún primo indicándole que dentro de unos minutos recibiría la llamada de un tía, y este hecho es dicho en voz alta por mi hermano ante los presentes en la habitación hospitalaria.
Tiene lugar la llamada, habla mi hermano, hablan mis dos progenitores, y acto seguido la tía corta la llamada sin felicitarme por ser yo padrino y a la vez tío. Me la pelaba que en otra circunstancia me hablase o no, (nunca hablamos), pero que haga ese feo delante de mi cuñad@ como que no lo aguanto. Su deber era haberse tragado su orgullo y haberme felicitado en esa situación concreta, le gustase o no, pero ahora ella la ha cagado pero bien.
Según mis padres, esa tía dentro de un mes tendrá una intervención quirúrgica en un hospital situado a menos de 25 km de donde resido, a la que hubiera ido si no me hubiera hecho el feo ese, pero ahora pasaré de ir.
A partir de dos años, cuando mi sobrino empiece a hablar, me temo que en alguna de las visitas que haga mi hermano por allí para presentar la criatura a todos ellos, (mi hermano ha cedido y parece quiere ir a retomar un poco las relaciones pese a todo lo pasado en todos estos años), ellos van a malmeter a mi sobrino en mi contra.
Les veo capaces de que un poco a escondidas de mi hermano, o incluso en su presencia, que alguno de ellos le diga a la criatura una y otra vez "tu tío es muy malo porque no viene a vernos, bla bla bla".
Vamos, que puede que traten de torpedear al máximo la relación tío-sobrino, más aún sabiendo que (como buen burbujista) yo nunca tendré hijos ni pareja estable, (por tanto mi sobrino es especial para mi por partida doble, y seré implacable con quien malmeta la criatura en mi contra).
Yo por de pronto ya he decidido que, a partir de tres años de edad de la criatura, al primer signo que note que a mi sobrino le han hablado mal de mí, o que me quiere menos, pienso montarles un pifostio telefónicamente, e incluso no pienso ir a ninguno de sus entierros.
Ya he terminado y me he quedado muy aliviado tras contar todo esto aquí en esta nuestra querida familia burbujista. 8:
Admito preguntas y consejos sobre que haríais vosotros cuando malmetan e intoxiquen a mi sobrino cuando la criatura tenga tres o cuatro añitos y cierto raciocinio.
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