No hubo gaseamientos en Dachau (reconocido por Martin Broszat, director del Instituto de Historia Contemporánea de Munich)

y 2
UN RAPPORT DE LA CRUZ ROJA

El Volumen III del Rapport trata extensamente de la ayuda «prestada a los judíos de la población libre». (10) Se demuestra sin resquicio alguno a la duda razonable que no todos los judíos fueron internados en campos de concentración, sino que muchos miles de ellos, en ciertas zonas, permanecieron mezcladas con la población civil, aún cuando estuvieron sometidos a determinadas restricciones.

En Eslovaquia, por ejemplo, estuvieron casi todos libres, en un régimen parecido al de la «libertad vigilada». En ese país actuaba el adjunto de Eichmann, Dieter Wisliceny, (11) y los judíos que fueron enviados a campos de concentración sólo fueron los participantes en acciones de sabotaje y los afiliados a los partidos marxistas. Esta situación se prolongó hasta Agosto de 1944, en que se produjo un conato de sublevación contra el régimen del Padre Tisso, aliado de Alemania; en esa sublevación los judíos eslovacos tomaron parte casi en masa y entonces, salvo raras excepciones, los judíos fueron internados en campos de concentración. (12) Entre los tres millones o tres millones doscientos mil judíos que, según demostrado en el epígrafe «Los derechos de la aritmética» se hallaban en Europa, en el curso de la guerra, en territorio controlado por Alemania, hubo no sólo muchos que no fueron internados y otros muchos que tomaron parte en los movimientos de partisanos, sino que además una parte de ellos pudo emigrar en el curso de la contienda, generalmente yía Hungría, Rumania y Bulgaria, hacia Turquía Europea. Esta emigración a partir de los territorios ocupados por los alemanes fue facilitada igualmente por el Reich. Es curioso el cáso de los judíos polacos que llegaron a Francia antes de la ocupación de este país. «Los judíos de Polonia que, hallándose en Francia, habían obtenido varias visados de entrada en los Estados Unidos, fueron considerados ciudadanos americanos por las autoridades alemanas de ocupación, que aceptaron ulteriormente reconocer la validez de unos tres mil pasaportes entregados a judíos por determinados consulados de países de América Latina» (13): Como futuros ciudadanos americanos, estos judíos fueron internados en el campo de Vittel reservado a ciudadanos americanos cuya presencia se consideraba «non grata» en la Francia Ocupada. Muchos de estos ciudadanos americanos eran, también, de origen racial judío.

La emigración de los judíos europeos a partir de Hungría, en especial, continuó en el curso de la guerra, sin trabas por parte de las autoridades alemanas. «Hasta Marzo de 1944, los judíos que tenían el privilegio de haber obtenido visados ingleses para ir a Palestina fueron autorizados a abandonar Hungría, en dirección a Estambul». (14)

Incluso después de la caída del régimen de Horthy y su substitución por el de Szallasi la emigración de los judíos continuó. El C.I.C.R. recibió un mensaje personal del Presidente Roosevelt en el que se especificaba:

«El Gobierno de los Estados Unidos reitera expresamente que hará todo lo necesario para ocuparse de todos los judíos que están siendo autorizados a partir en las actuales circunstancias». (15)

Un hecho que ilustra claramente la profundidad del lavado de cerebro colectivo a que se ha llegado en nuestra triste época es que un documento de especialistas, como el Rapport de la Cruz Roja, sea prácticamente ignorado por el gran público, mientras la lacrimógena impostura del Mito de Anna Frank haya alcanzado alguna notoriedad mundial y hasta haya sido impuesto como libro de texto obligatorio en varios «lander» de la muy democrática República Federal Alemana.

El judío americano William L. Shirer, que pasa por un historiador serio, asegura que en el Verano de 1944, unos 300.000 judíos húngaros fueron exterminados, en un lapso de 46 días. (16)

Esto hubiera constituido aproximadamente el 80 por ciento de la población judía de Hungría, cuyo total era 380.000 pts. Pero de acuerdo con la Oficina Central de Estadística de Budapest, en 1945, es decir, bajo control comunista, habían, entonces, en Hungría, 260.000 judíos. Esta cifra se aproxima mucho a la de 240.000 que, según la entidad judía Joint Distribution Committee, de Nueva York, era el número de judíos que se encontraban en Hungría al final de la guerra.
Si tomamos como cierta la cifra de la Oficina Central de Estadística, sólo quedaban unos 120.000 judíos clasificados como «no residentes» en el país. De estos 120.000, una cifra no inferior a 35.000 eran emigrantes que al instalarse el régimen comunista prefirieron pasar a Austria, y otros 25.000 continuaban, de momento, retenidos en Rusia, como integrantes de batallones de trabajo al servicio de los alemanes. Estos 25.000 judíos tardarían todavía unos seis meses en volver a Hungría. De las anteriores cifras se deduce que faltaban, en la cuenta, unos 60.000 judíos, si tomamos como ciertos los datos de la Oficina Central de Estadística, y 80.000 si hacemos caso de los datos de la «Joint». Pero Reitlinger cita al demógrafo judío M.E. Namenyi que afirma que unos 60.000 judíos regresaron de su deportación en Alemania. (17) Reitlinger encuentra esa cifra algo excesiva. Tal vez lo sea, pero si tenemos en cuenta que, según el citado Rapport del Comité Internacional de la Cruz Roja hubo una emigración substancial de judíos húngaros en en curso de la contienda, el número de bajas de la ****ría Húngara debe haber sido muy bajo. En efecto, si Namenyi tiene razón, y si partimos de la base que las cifras correctas son las de la Oficina Central de Estadística, las tajas de la ****ría Húngara fueron prácticamente inexistentes. Si quien tiene tazón es el «Joint», las bajas fueron 20.000. Personalmente nos inclinamos por esa segunda alternativa, que supondría una mortalidad del 5 por ciento aproximadamente. Ese 5 por ciento, naturalmente, se refiere a judíos muertos por todos los conceptos, incluyendo acciones armadas y sabotaje. Debe tenerse bien presente, por ejemplo, que los judíos abundaban en el titulado «Ejercito de Liberación» que, bajo auspicio soviético, invadió Hungría a finales de 1944. La cifra parece relativamente moderada, dadas las circunstancias, y, por supuesto, no guarda relación alguna con las cifras dadas por publicistas e historiadores judíos mantenedores del Mito, como Hilberg, Poliakov, Davidowicz, Kogon et alía. Es curioso que la ****ría Húngara esté en vanguardia de las quejas contra Alemania y los gobiernos húngaros que con ella se aliaron, por la sencilla razón de que, cuantitativamente, es de las que menos sufrió, si tenemos en cuenta que, según los datos más arriba estudiados, sus pérdidas se cifraron entre un 0 y un 5%, mientras que el total de las bajas de la ****ría Europea debe ser considerado, como ya hemos estudiado anteriormente, entre 5 y el 9%, como máximo.

Este énfasis sobre los sufrimientos y las pérdidas de la ****ría Húngara parece arrancar desde el perjuro affidavit de Höss y ha persistido hasta hoy. En el caso de Hungría, en efecto, los nazis parecen haber batido sus propios récords de maligna y gratuita crueldad y su desprecio por los valores humanos, si hacemos caso de los cargos de la literatura concentracionaria. Un ejemplo revelador lo constituye la llamada «tras*acción Brand», de la que vamos a ocuparnos brevemente.
Se afirma que el 5 de Mayo de 1944, Eichmann propuso, a través del intermediario Joel Brand, el intercambio de 400.000 judíos, que se encontraban en Hungría y Eslovaquia, por 10.000 camiones. La propuesta se hizo, a través de Brand, de la Oficina de inmi gración Israelita a Palestina, al Gobierno Británico. Los alemanes se comprometían a utilizar dichos camiones exclusivamente en el Frente del Este. Insistimo: se afirma. No ha podido verificarse. Lo único cierto es que la tras*acción no se llevó a efecto. Según se ha asegurado oficialmente, los ingleses creyeron que Brand aunque judío era agente nancy, y lo arrestaron en Gaza.
A nuestro juicio, son necesarios unos comentarios a este caso. La política alemana, desde 1933 hasta el comienzo de la guerra, consistió en promover la emigración judía por todos los medios a su alcance. Ya hemos hablado del «Plan Madagascar» y, posteriormente, una vez desatado el conflicto bélico, del plan Himmler Rosenberg, consistente en instalar a los judíos europeos, lo más al Este que las conquistas militares permitieran. No obstante, conforme la inicial contienda germano-polaca, con la intervención anglofrancesa, se fué extendiendo, tanto en el espacio como en el tiempo, las circunstancias obligaron a un cambio de política, y la emigración de los judíos ubicados en zonas de influencia alemana fué haciéndose cada vez más problemática. La razón principal para ello era que, naturalmente tales judíos representaban un potencial que podía ser utilizado contra ellos. Añade el norteamericano Butz alguna otra razón, tal como el deseo alemán de crear problemas en las relaciones anglo-árabes, tomándose, en la Wilhelmstrasse, el punto de vista árabe, opuesto al inglés, en lo referente a la emigración de judíos hacia Palestina. De manera que la política alemana en relación a este problema fué evolucionando en el tras*curso de la guerra, hasta adoptarse la política del «intercambio». Se propuso, por ejemplo, el intercambio de prisioneros alemanes por civiles judíos, a lo que se opusieron los anglo americanos. Igualmente se propuso el intercambio de civiles judíos por civiles alemanes internados en los paises aliados, oferta igualmente rechazada. (18)
La única variante que ofrecía la tras*acción Brand consistía en un cambio en el quid pro quo. En vez de judíos por alemanes se proponían judíos por camiones. Exactamente, un camión por cuarenta judíos. Condiciones adicionales eran que los judíos no serian enviados a Palestina y que los camiones sólo se utilizarían en el frente soviético. Quede bien claro que la vida de los judíos húngaros y eslovacos no se ponía en juego. Para los alemanes la tras*acción caso de ser auténtica y no uno de tantos inventos de la propaganda bélica y post-bélica representaba diez mil camiones y una reducción de los efectivos de vigilancia a cuatrocientos mil internados, es decir, unos ocho mil soldados, más sus servicios de intendencia, en otras palabras, una división. Para los Aliados, representaba poner fin al cautiverio de cuatrocientos mil judíos, a cambio de un aumento del potencia alemán en el Frente del Este. No cabe duda de que desde el tradicional punto de vista inglés representaba una buena proposición: «a good deal». De la tras*acción Brand si que cabe decir aquello de «Si non é vero, é ben trovato». Si los Aliados estaban tan convencidos de que los judíos bajo control alemán estaban destinados al matadero, es inconcebible que, ya que ellos se decían portaestandartes de la Civilización y el Derecho, no movieran un dedo para salvarles, máxime partiendo la iniciativa si la tras*acción Brand no es un invento propagandístico que se volvió luego contra sus inventores del campo alemán. Al fin y al cabo. si la Wehrmarcht recuperaba una división y se equipaba con diez mil camiones, los Aliados, sobre una masa de 400.000 judíos podían esperar, razonablemente, tras un tiempo prudencial de recuperación y adiestramiento, reclutar no menos de tres divisiones más un importante número de personas a ser empleadas en los servicios auxiliares.
De la tras*acción Brand, caso de ser verdadera y no un invento propagandístico más, podemos sacar las siguientes deducciones:
a) Tanto los alemanes como los ingleses estaban convencidos de que una división alemana, valía más de tres divisiones judías acompañadas de una masa no inferior a cien mil personas de servicios auxiliares.
b) Para los ingleses y también para los alemanes valía más un camión que cuarenta judíos.
c) O los ingleses estaban convencidos de que sus afirmaciones de que los judíos continentales estaban destinados a ser gaseados eran ciertas. O bien estaban convencidos de que no eran más que burda propaganda. En el primero de los casos resulta inconcebible además de inhumano que la poderosa Albión, con un riquísimo y más influyente «lobby» israelita, no pudiera financiar una operación para ella militarmente rentable. (19)
En el segundo de los casos, está claro que lo que interesaba a Inglaterra y a su prepotente «lobby» israelita era crearle dificultades a los alemanes con la custodia y la alimentación de una masa de internados, que, si bien podía ser utilizada como «manpower», los hechos demostraban a diario que era proclive a los sabotajes.
En todo caso, la tras*acción Brand ha sido presentada al mundo como un ejemplo más del salvajismo nancy. Sólo a los nazis podía, según parece, ocurrírseles proponer el cambio de seres humanos por camiones. Y, no obstante...
Cuando al régimen marxista de Castro se le ocurrió proponer el cambio de presos políticos anticomunistas por camiones norteamericanos, no recordamos haber leído un lacrimógeno editorial de los grandes rotativos mundiales, que literalmente, inventan la llamada Opinión pública, desde el «New York Times» hasta «Le Monde», pasando por el «Times» londinense. Es más, la propuesta se presentó, insólitamente, como una apertura, como la voluntad del régimen marxista de entablar relaciones con el bloque «Capitalista». El hipotético y no confirmado canje de hombres por camiones propuestos por los alemanes era una inmoralidad, en 1944. El mismo canje, propuesto veinte años después por Fidel Castro canje, esta vez real y oficial era algo positivo, para emplear la terminología de nuestro inefables «progresistas». Pero aún queremos llamar la atención sobre otro tipo de canje, practicado en nuestra década de los setenta: el canje de hombres por dinero; concretamente por marcos alemanes. La titulada República Democrática Alemana (es decir, el satélite comunista alemán) vendía literalmente, a Alemania Occidental a presos políticos. El gobierno de Bonn no tenía derecho a escoger la «mercancía»; debía, buenamente, aceptar los ex-detenidos políticos que le mandaba su colega de Pankow. El lucrativo negocio debió ser abandonado por que las autoridades de Pankow no mandaban a Alemania Occidental más que anarquistas, trotzkystas y delincuentes comunes, cuando no agentes saboteadores y espías.
Dará idea de la jovenlandesalidad de los germanófobos profesionales que tanto criticaban el (supuesto) cambio hombres-camiones propuesto por el Teniente Coronel Eichmann el constatar que cuando el Gobierno de Bonn dejó de comprar delincuentes y espías a Pankow, los desgraciados mini-estadistas de Bonn fueron tratados, por aquellos, neo-nazis.
Para terminar con este extraño caso, una pequeña observación: Para ocuparse nada menos que de una operación en la que estaban involucrados diez mil camiones y cuatrocientas mil personas, con todos los problemas que tal canje llevaba aparejados, los nazis no consideraron oportuno acreditar ni siquiera a un Coronel. Bastó con un Teniente Coronel. El Teniente Coronel Eichmann, un obscuro y desconocido subordinado. Sorprendente. ¿No?

El mito de los 6 millones, Joaquín Bochaca.
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Nadie se puede creer que un país en guerra gaste recursos en apiolar mano de obra esclava, matarían a los débiles y enfermos cuando no pudieran trabajar , como se ha hecho siempre en los campos de trabajo , pero apiolar a gente en masa solo por matarlos no tiene sentido, además, no sólo había judíos.
Es una historia que se inventaron los vencedores para tapar el genocidio de las 2 bombas atómicas y quedar como los buenos.
Y de paso nos quedamos con zión

Enviado desde mi SM-N975F mediante Tapatalk
no solo recursos a secas
sino el mas importante

COMBUSTIBLE

si tuviera que hacer una masacre en esa circunstancia lo haria a disparos.
 
Volver