Ya no hay lealtad a la meritocracia sino al Estado, desde la época de Aznar estamos en decadencia meritocrática. Y el sanchismo ha puesto a prueba esto.
Cualquiera puede llegar lejos si se busca bien las habichuelas, antes no había duda. Ya que había más nivel, y el que llegaba lejos lo valía.
Actualmente, hay más preparación pero no más nivel, la gente puede estar más preparada a nivel académico pero no hay fidelidad empresarial ya que se puede cambiar de sector cada dos por tres. Antes, las personas sí representaban su estilo de vida desde el trabajo, tanto como el que era taxista como inspector de Hacienda (caso de Aznar).
A día de hoy se pisa más en el trabajo, las condiciones están encima de la mesa y del ego, la gente no siente determinación por su sector sino por avanzar en sus intereses y condiciones. Se cambia mucho más de sector. Y la carrera sirve de pasaporte para dedicarte a algo de lo que no has estudiado. El trabajo ya no se considera estilo de vida sino sustento que la gente protege con un cuchillo entre los dientes.
Y es que antes se protegía la meritocracia, y ahora hay menos profesionalidad. Tenemos peores profes de uni, y esto hace que la fp coja el rumbo de los años sesenta. Ilusión por no sentirte becario sino para aprender. Y no, los universitarios no son la generación más preparada sino la que más compite entre sí. Preparada es lo que el sanchismo te piropea. Por ejemplo, compiten por un idioma como requisito para seleccionar pero no como cualidad laboral. Y así con todo.
Cada vez hay más gente que no destaca en su trabajo y le da igual, justo lo que hace Sánchez. Y cuando no hay meritocracia explota la competencia interna que puede justificar el acoso como supervivencia. La gente no reconoce su identidad laboral pero el sanchismo te ha hecho reconocerte entre títulos de quita y pega.
Ahora, en las aplicaciones se puede conocer peña pero la mejor aplicación eran los 60. Menor tasa de natalidad y menos profesionalidad así campa el sanchismo. Calidad no es lo mismo que cantidad.
Cualquiera puede llegar lejos si se busca bien las habichuelas, antes no había duda. Ya que había más nivel, y el que llegaba lejos lo valía.
Actualmente, hay más preparación pero no más nivel, la gente puede estar más preparada a nivel académico pero no hay fidelidad empresarial ya que se puede cambiar de sector cada dos por tres. Antes, las personas sí representaban su estilo de vida desde el trabajo, tanto como el que era taxista como inspector de Hacienda (caso de Aznar).
A día de hoy se pisa más en el trabajo, las condiciones están encima de la mesa y del ego, la gente no siente determinación por su sector sino por avanzar en sus intereses y condiciones. Se cambia mucho más de sector. Y la carrera sirve de pasaporte para dedicarte a algo de lo que no has estudiado. El trabajo ya no se considera estilo de vida sino sustento que la gente protege con un cuchillo entre los dientes.
Y es que antes se protegía la meritocracia, y ahora hay menos profesionalidad. Tenemos peores profes de uni, y esto hace que la fp coja el rumbo de los años sesenta. Ilusión por no sentirte becario sino para aprender. Y no, los universitarios no son la generación más preparada sino la que más compite entre sí. Preparada es lo que el sanchismo te piropea. Por ejemplo, compiten por un idioma como requisito para seleccionar pero no como cualidad laboral. Y así con todo.
Cada vez hay más gente que no destaca en su trabajo y le da igual, justo lo que hace Sánchez. Y cuando no hay meritocracia explota la competencia interna que puede justificar el acoso como supervivencia. La gente no reconoce su identidad laboral pero el sanchismo te ha hecho reconocerte entre títulos de quita y pega.
Ahora, en las aplicaciones se puede conocer peña pero la mejor aplicación eran los 60. Menor tasa de natalidad y menos profesionalidad así campa el sanchismo. Calidad no es lo mismo que cantidad.