Nacho Escolar da voz a una mujer moderna que ha tenido que soportar todo tipo de micromachismos por parte de unos curritos que trabajaron en su casa

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La frase que más he escuchado mientras organizaba una obra en mi casa: 'Pregúntale a tu marido'
Cuando fui a una tienda de cocinas con todas las medidas que me dijeron que tenía que tomar, el señor me preguntó hasta en tres ocasiones quién había tomado las medidas, se conoce que las mujeres no sabemos usar un metro

Susana Hernández





Foco
IGUALDAD
Una vivienda en obras.
Una vivienda en obras. Junta de Andalucía - Archivo
20 de marzo de 2023 21:51h

Actualizado el 21/03/2023 05:30h
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Soy una mujer trabajadora, divorciada, progenitora de dos hijas, independiente económicamente, que recientemente he tenido la desfachatez de proponerme la realización de una obra en mi vivienda habitual y he pedido los oportunos presupuestos a los diferentes profesionales de oficios: albañiles, electricistas, carpinteros, carpinteros metálicos y profesionales en diseño de cocinas. En este periplo me ha pasado de todo.

Cuando fui a una tienda de cocinas con todas las medidas que me dijeron que tenía que tomar, el señor me preguntó hasta en tres ocasiones quién había tomado las medidas, se conoce que las mujeres no sabemos usar un metro.

La altura de la encimera fue otro conflicto sin solución: soy alta y quiero una encimera alta, he cocinado con encimeras de una medida concreta y me siento más cómoda, soy la que va a pagar la cocina y si quiero cocinar subida a una escalera es mi problema. Esto no parecía estar tan claro para los diseñadores de cocinas, que me insistían en que era demasiado alta y que mejor le diera una vuelta a esa idea. También me preguntaron si mi marido sabía de mis propósitos y me sugirieron que lo reconsiderase y lo hablase con él.

El cerramiento metálico del salón ha sido otro problema; cuando el carpintero metálico vino a tomar medidas le expliqué lo que quería, pero él me presupuestó lo que quería él. Cuando recibo el presupuesto al que tengo que dar el visto bueno primero me quiere hacer creer que lo que me manda es lo que quiero y cuando le insisto en que no es lo que le pedí, me insiste en que lo que me ha mandado es lo que necesito. Finalmente me manda el presupuesto de lo que pedí en un principio, que ha subido de precio de forma inexplicable… seguramente para convencerme de que lo que él propone es definitivamente lo que necesito y deje ya de llevar la contraria. Me advierte, además, de que si finalmente opto por la opción que yo quiero lo hago bajo mi responsabilidad, como si pudiese ser de otra manera.

El contratista que coordina todos los oficios ha insistido varias veces en hablar con mi marido, dice que para conocerlo pero yo creo que no me considera una interlocutora válida. Cuando pregunta por él siempre le cambio de tema porque me gusta ver la cara de desesperación que pone, seguramente creerá que entre hombres esto se solucionaría mejor.

En resumidas cuentas, no sé si hacer la obra con tal de no volver a pedir presupuestos o si cambiarme de piso... Pero no me quiero ni acordar de cuando fui a informarme sobre hipotecas para comprarme el piso que ahora quiero reformar. Fue allá por 2021, cuando me divorcié, y al insistirles en que quería una hipoteca con interés a tipo fijo me dijeron, cómo no, que lo consultara…con mi marido.

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Faltan aliens y detalles de la charo.
 
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