Museo Arqueológico Nacional

aminomepilla

Madmaxista
Desde
13 May 2013
Mensajes
3.321
Reputación
3.830
Lugar
Sagitario A
Escueto hilo:

Si teneis la oportunidad, id al Museo Arqueológico Nacional. Se ha abierto hoy al público, he ido y me ha encantado, ha quedado precioso. Es un museo interactivo, que creo que es lo que debe ser un museo hoy en día.

No he pasado de la zona de la prehistoria, porque es muy denso, pero te permiten tocar replicas de herramientas de hueso, bifaces, hachas de bronce. Hay un cronograma en la entrada de la historia de España que es fantástico, se entiende todo de un solo vistazo.

No me extiendo mas.

MAN - Museo Arqueológico Nacional
 
Escueto hilo:

Si teneis la oportunidad, id al Museo Arqueológico Nacional. Se ha abierto hoy al público, he ido y me ha encantado, ha quedado precioso. Es un museo interactivo, que creo que es lo que debe ser un museo hoy en día.

No he pasado de la zona de la prehistoria, porque es muy denso, pero te permiten tocar replicas de herramientas de hueso, bifaces, hachas de bronce. Hay un cronograma en la entrada de la historia de España que es fantástico, se entiende todo de un solo vistazo.

No me extiendo mas.

MAN - Museo Arqueológico Nacional

No hay ingeniera social marxista?

Reivindican a la España Goda y medieval cristiana?
 
No hay ingeniera social marxista?

Reivindican a la España Goda y medieval cristiana?

1) Ja ja, algo hay, en un mural muy subliminal que hay en la entrada, proyectan imágenes en las que se ven pictogramas del hombre recolector, seguido del heteropatriarcado, la posterior teocracia, el capitalismo, una hoz y un martillo ... y luego internet como supuesto ecualizador social. Bueno, esta sujeto a interpretaciones, yo no le he visto ninguna intencionalidad política, pero seguro que alguno la lia parda por ello.

2) Esta todo en su justa medida, como he dicho me he quedado en la prehistoria y protohistoria. He vuelto a ver la dama de Elche y se me saltaban las lágrimas, es impresionante.
 
1) Ja ja, algo hay, en un mural muy subliminal que hay en la entrada, proyectan imágenes en las que se ven pictogramas del hombre recolector, seguido del heteropatriarcado, la posterior teocracia, el capitalismo, una hoz y un martillo ... y luego internet como supuesto ecualizador social. Bueno, esta sujeto a interpretaciones, yo no le he visto ninguna intencionalidad política, pero seguro que alguno la lia parda por ello.

2) Esta todo en su justa medida, como he dicho me he quedado en la prehistoria y protohistoria. He vuelto a ver la dama de Elche y se me saltaban las lágrimas, es impresionante.

¿Hay mucha gente?
 
¿Hay mucha gente?

He llegado a las 9:30 y a las 11 ya se estaba petando. Tened en cuenta que es gratis (solo este mes creo) luego costará 3 euros.

---------- Post added 01-abr-2014 at 17:08 ----------

han abierto tambien la reproduccion de la cueva de altamira?

No lo se. Iré la semana que viene otra vez e informaré.
 
No hay ingeniera social marxista?

Reivindican a la España Goda y medieval cristiana?

No te recomiendo que vayas. Los museos están llenos de cultura. Además el hiperbanderolo de la Plaza de Colón está ahí mismo. Podrías quedarte extasiado mirándolo y provocar un accidente de tráfico, sufrir una eyaculación en público o incluso un ictus.
 
llevo desde el 2004 queriendo ir :rolleye:

En mi próxima visita a Mordor, cae :D
 
Ya les ha costado, ya, la última vez que fui era gratis porque estaba todo a medias por las obras y ya hace unos cuantos años, poco después lo cerraron del todo.

A ver si puedo acercarme por allí pronto y a ver si han solucionado sus problemas de espacio, aunque sea ligeramente.
 
llevaban tiempo con ello casi preparao pa abrir pero sin vigilantes, porque los habían ido deslocalizando en otras funciones en patrimonio. Por lo que tenog entendido ahora el museo de la Casa de América no abre por las tardes, por cubrir el personal del MAN :rolleye:

Tengo ganas de ver los vasos griegos 8:
 
Es una fruta cosa seguro.
Como el drama del museo del ejercito, muchas pantallitas y el 90% de los fondos en el sotano.
Marxismo y cultureta para estultoes, que ardor de estomago.
 
Os dejo un artículo sobre el MAN que me ha sorprendido, gratamente por el punto que expone, muy ingratamente por lo que denuncia

MAN, el museo sin gente

El nuevo Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid es un espectáculo, un museo-joyero de reliquias hermosas al que le falta sentido de la historia y del paso del tiempo y, sobre todo, protagonistas

Hay dos tipos de museos fallidos. Está el museo del viejo estilo, como lo fuera el viejo Museo de Ciencias Naturales de Madrid, como algunas salas del Muséum National d'Histoire Naturelle en París o como el glorioso Museo Egipcio en la Plaza Tahrir de El Cairo. Descendientes directos de los Gabinetes de maravillas ( Wunderkammer) renacentistas, son un batiburrillo de restos en las exhibiciones, un desmadre de piezas con aire de almacén con cristaleras. En el Museo Egipcio, por ejemplo, no encuentras un arco: hay cincuenta, de diferentes épocas, amontonados en inmensas vitrinas sin apenas etiquetas, sin ninguna explicación. Una habitación lateral puede estar repleta de las herramientas con las que se construyeron las pirámides pero no aparece ningún esquema de cómo se usaban o fabricaban.

Este tipo de museo es fantástico, si sabes de lo que se habla, porque puedes ver piezas poco comunes, analizar la variación a lo largo del tiempo, disfrutar de las diferencias y de los detalles. Pero si no sabes distinguir un cartucho de la VI dinastía de un grafito helenístico, estás muerto: es imposible abarcar la variedad o descubrir una guía.

El otro tipo de museo está mucho más de moda, y el ejemplo más llamativo quizá sea el joven Museo Inhotep de Saqqara, en Egipto. Se trata de un museo-joyero en el que se sacrifica la variedad por la excepcionalidad de las piezas: en un edificio ultramoderno y con una iluminación y montaje expositivo preciosistas y mínimos se exhiben apenas un puñado de piezas de carácter absolutamente excepcional. Es el museo como exposición de unos pocos tesoros de incalculable valor a los que se saca el máximo partido estético: la renuncia a cualquier intención didáctica en favor de la contemplación de maravillas sin contexto, sin explicación, sin apenas respaldo histórico. El museo como atracción turística exclusiva, estéticamente espectacular, vacía.
Museo Arqueológico Nacional: prehistoria/origenes

Museo Arqueológico Nacional: prehistoria/origenes

MAN, el palacio de las maravillas

La nueva exposición del Museo Arqueológico Nacional (MAN) en Madrid pertenece a este segundo tipo: es un espectáculo, una exhibición de tesoros, un despliegue de hermosas maravillas. Es una forma de mostrarle al mundo los tesoros que ha dejado el pasado en nuestro país. Es una fardada que encantará a los turistas. Pero si acude a él queriendo aprender sobre la historia de la península y los pueblos que la habitaron, anda usted listo. Porque hay maravillas de la antigüedad, pero no hay gente.

Lo que sí que hay, y soy consciente de que me repito, son tesoros. Pero es que son muchos: el de Jávea, el de la Aliseda, el de la Puebla de los Infantes, el de Salvacañete, los varios de Palencia, el de Cangas de Onís-Vegadeo, el de la Torre de Juan Abad, la Vajilla de Abengibre, el Visigodo de Guarrazar, el de Recópolis, el de Mogón, el de Bentarique, el de Priego, el de Pamplona... Acumulaciones de monedas o joyas, típicas de momentos de inestabilidad y miedo social; almacenes de riqueza para cuando vengan tiempos de bonanza que nos hablan de familias y clanes en crisis, atemorizados por el futuro, queriendo garantizar la pervivencia de su posición y su estirpe.

Y el hecho de que haya tantos, y de que quedaran abandonados para que pudiésemos encontrarlos hoy, nos habla de las muchas eras del miedo que acumulan las tierras de España, y sus muchas víctimas. Porque encontrar hoy un tesoro demuestra que alguien quiso poner a salvo su riqueza, y que después no pudo volver a recogerla. Nos habla de personas, de gente individual aterrorizada, y después muerta. Nos habla de sentimientos.

En las hermosas y elegantes vitrinas del nuevo MAN no veremos a esa gente, ni sus temores, ni sus fallos, ni su desaparición. Veremos monedas primorosamente restauradas, espléndidamente iluminadas, estéticamente irreprochables. Veremos armas y aperos preciosos, joyas, hermosos vasos de cerámica, o de metal. Veremos objetos de estética arrebatadora a los que se ha sacado el máximo partido estético. Lo que no veremos es gente. Ni historia.

Veremos, sí, maravillas. La Dama de Elche y su severa elegancia antigua, con sus escoltas la Dama de Baza, la de Galera y las estatuas del Cerro de los Santos. Remontajes de núcleos de los talleres de sílex de las terrazas del Manzanares en Vicálvaro, de cuando Madrid era el centro del paleolítico mundial. Los toros de bronce del Santuario de Costitx, en Mallorca, modernos en su severidad y elegancia. Mosaicos romanos con caras que parecen retratos a base de teselas irregulares, como el de Medusa y las Estaciones encontrado en Palencia. Sarcófagos como el de la Orestiada, de Husillos, que prefiguran los capiteles de Frómista. La estatua de Livia, de hermosa factura clásica. El Estandarte de Pollentia, emblema de un colegio juvenil hispanorromano.

El bote de Zamora, un intrincado trabajo de labrado de marfil de la era andalusí. Portadas de arco en yeso de Al Andalus. Bosques de capiteles románicos de excepcional belleza. Los 'Dessert' de Carlos IV, miniaturas de ruinas romanas en materiales originales. El Ábaco Neperiano con el escudo de los Jerónimos de Madrid, en realidad dos calculadoras mecánicas para grandes números del siglo XVII. Bosques de capiteles románicos con sus danzas de santos y monstruos tallados por artesanos de toda la Península.
Museo Arqueológico Nacional: Protohistoria

Museo Arqueológico Nacional: Protohistoria
El laberinto de las audioguías

Lo que falta son otras cosas. Como un sentido de la historia y del paso del tiempo; la única escala temporal visible está a la entrada, codificada en hermosos colores que después no sirven para nada; es complicado saber cuál de las elegantes vitrinas corresponde a la época posterior, o seguir un orden cronológico a no ser que uno se guíe por los números para las audioguías, que tampoco son fáciles de ver. La gente que intenta aprender historia con la visita con frecuencia se pierde. Tampoco hay una interconexión de los diversos departamentos que ayude a entender el contexto de cada momento en el tiempo. No se explora el fenómeno de los verracos y las bichas, tan ampliamente extendidas por toda la Península, y su más que probable influencia oriental.

La espléndida colección de vasos áticos del departamento de antigüedades clásicas no se relaciona con las tumbas de la época ibera en las que ese tipo de cerámicas se usaba como urnas de enterramiento. Las diversas épocas egipcias no se conectan con las influencias norteafricanas y orientales de la era de colonización cartaginesa. En la Edad Media la exposición de objetos cristianos está separada de la de los islámicos, aunque ambos fueran coetáneos y se influenciaran. A menudo las mejores explicaciones están en las abundantes exhibiciones especiales para ciegos, que se pueden tocar. No hay un sentido de momento histórico, ni un recorrido claro.

Pero la ausencia más clamorosa es la de la gente; las personas que había detrás de los objetos. Los que tallaron aquellas estatuas; los que manejaron aquellos arados o cazaron con aquellas puntas de sílex. Los herreros que templaron los hierros, los tejedores que usaban los telares cuyas pesas abundan, los niños que jugaron con las canicas y las muñecas. No hay signos de la arrogancia que sin duda lució el portador de la espada con pomo de oro de la Edad del Bronce medio hallada en Guadalajara, o de la temible Jineta árabe del siglo XIV.

Apenas aparece un destello personal en las colecciones de urnas funerarias, o de vasos cerámicos, o las vajillas de plata iberas. Ni siquiera se nos cuenta gran cosa sobre el reyezuelo que fue enterrado en el monumento de Pozo jovenlandés que preside uno de los patios del museo. Hasta las reconstrucciones de pueblos, ciudades y construcciones en 3D carecen de siluetas humanas; es como si los monumentos hubiesen brotado del suelo espontáneamente.
Museo Arqueológico Nacional: contrarreforma

Museo Arqueológico Nacional: contrarreforma
Fantasmas del pasado

Hay personas en el MAN, pero están ocultas en los pequeños detalles, en los rincones de las vitrinas. En las pinzas de depilar iberas y en los estrigilos, rascadores que griegos y romanos usaban en los baños para limpiarse. En los delicadísimos cestillos tejidos con esparto de la Cueva de los Murciélagos en los que la gente del Neolítico se colgaba talismanes al cuello. En los colgantes Bullae que marcaban la infancia de los niños romanos. En la inmensa atención al detalle de quien talló el ídolo oculado de Extremadura, del Calcolítico.

En las inscripciones de las lápidas romanas, con frecuencia llenas de cariño y genuino dolor. En las placas de maldición (Tabellae defixiorum) que los hispanorromanos usaban para vengarse de enemigos. En las vainas de espada de importación con las anillas para colgarlas modificadas para adaptarse a la moda local. En las herramientas de labranza y oficio. En los tarros de perfume y las hebillas de la ropa. En las cerámicas sigiladas utilizadas para comer en el entorno doméstico. En los elaborados enterramientos de todas las eras, eje de uno de los recorridos temáticos ('Arqueología de la fin').
Apariencia por encima de la esencia

Incluso hay, si no errores, sí peculiaridades de etiquetado. Como el colador neolítico de cerámica de El Sabinar, que no se dice se usaba para hacer queso. O como las 'cadenas' en la vitrina de minería romana que son, en realidad, grilletes para esclavos. Se dejan pasar oportunidades para enlazar la vida de los antiguos con la actual, como en los mosaicos que celebran la victoria del equipo Rojo de cuádrigas, que podrían anunciar una victoria de Ferrari con cuatro caballos. O como la Tabla Gladiatoria hallada en Itálica que reproduce un discurso del Emperador Marco Aurelio quejándose de los elevados precios y los desmesurados ingresos de los organizadores de espectáculos y deportes, que además no pagan al fisco; cuanto más cambian las cosas, más siguen igual.

La arqueología huele a tierra, y a sudor. Recuperar restos del pasado es una tarea bastante física que, como en cualquier trabajo, se compone sobre todo de rutina recompensada muy de vez en cuando con un hallazgo excepcional, con un destello de belleza o verdad. La gente que excava, a veces con pincel, a veces con pico y pala e incluso con taladros neumáticos, lo que buscan es a otra gente. Los tesoros, como los fragmentos de cerámica basta, los cimientos de edificios o las esquirlas de hueso que forman el día a día de una excavación no son fines en sí mismos, sino pistas, datos, herramientas para conocer y comprender a la gente del pasado.

La arqueología pretende conocer la historia, que es la vida de millones de seres humanos que vivieron antes que nosotros; como nosotros y diferentes de nosotros. En el nuevo Museo Arqueológico Nacional no hay olores, ni personas, ni casi historia. Es como un regreso a la idea de las películas de Indiana Jones, una arqueología entendida como caza de tesoros con nombre y apellidos. Hay joyas, y tesoros, en un entorno aséptico y con una estudiada iluminación. Allí podrá usted fardar de historia, pero no aprenderla, porque la apariencia está por encima de la esencia. A lo mejor porque el problema no es del museo; quizá porque la nueva exposición del MAN es justo la exposición que nos merecemos.
 
Os dejo un artículo sobre el MAN que me ha sorprendido, gratamente por el punto que expone, muy ingratamente por lo que denuncia

Pues no estoy de acuerdo. Lo que el pide está en los libros. Los audivisuales y demás no muestran a la gente si no lo que el "listo" de turno piensa.

Los museos cuanto más fríos mejor. Las interpretaciones a los libros, en el museo son propaganda sin contraste.

Y el hecho que insista tanto en el tema de los tesoros es ya propaganda en si misma como si los tesoros fueran consecuencia de un fatalismo que acosa a España y en este fatalismo se debe guiar al visitante.

Este es otro buscando su chiringuito. Si tan importante es lo que sostiene es fácil. Le doy el titulo para el libro.

Guía a la comprensión histórica de las colecciones del MAN.

En la libería del MAN se lo venden sin problemas. En incluso yo se lo compraría.
 
Última edición:
Pues no estoy de acuerdo. Lo que el pide está en los libros. Los audivisuales y demás no muestran a la gente si no lo que el "listo" de turno piensa.

Los museos cuanto más fríos mejor. Las interpretaciones a los libros, en el museo son propaganda sin contraste.

Y el hecho que insista tanto en el tema de los tesoros es ya propaganda en si misma como si los tesoros fueran consecuencia de un fatalismo que acosa a España y en este fatalismo se debe guiar al visitante.

Este es otro buscando su chiringuito. Si tan importante es lo que sostiene es fácil. Le doy el titulo para el libro.

Guía a la comprensión histórica de las colecciones del MAN.

En la libería del MAN se lo venden sin problemas. En incluso yo se lo compraría.

Opino lo mismo, a un museo como el MAN se supone que uno va leído, o bien lo que ve le mueve a buscar información.

Sobre los tesoros numismáticos en concreto, tema que conozco algo por ser coleccionista, en otros países incluso se han encontrado mas que aquí, por ejemplo en el volumen X del RIC (Roman Imperial Coins, que es el principal catálogo de moneda romana) hay un apartado con los tesoros mas importantes de monedas de oro y plata del siglo V y los de España son los menos, o sea que en otros lugares tenían mas "miedo" que aquí.

Aparte que tambien ocultaban las monedas por otras razones, no siempre se hacía por amenaza de guerras y saqueos.
 
No se crean que servidora apuesta por tanto audiovisual y gilimoñadas tecnológicas "sensoriales" que ahora están de moda en el mundo museístico, pero los museos no están ahí sólo para gente informada, también para escolares y gente que conoce sólo superficialmente lo que se van a encontrar. Lamentablemente después de dar muuchas jornadas sobre arqueología a escolares y jubilados es un tanto triste que sólo se queden con los tesoros, el oro, y les importe un pito en qué condiciones vivían la gente que los producía. Tendré que esperar a pasarme por allí para ver si ratifico lo que comenta el artículo, entre otras cosas repruebo las audioguías
 
Volver