MUJERAS QUE LO DEJAN TODO Y SE EMBARCAN CON UN MARINERO QUE CONOCEN EN INTERNET PARA VER MUNDO JIJIJI SE QUEJAN DE QUE LUEGO LES PIDEN sesso

PERO EN QUÉ MUNDO VIVEN LAS MUJERAS. O SEA, LO DEJAN TODO PARA VIVIR AVENTURAS JIJIJI SE EMBARCAN CON UN DESCONOCIDO QUE CONOCEN EN HINTERNET Y SE QUEJAN DE QUE SE LAS QUIERAN amaR EN ALTA MAR. NO HE CONOCIDO SER MÁS ESTUPIDO Y da repelúsNTE.

Varadas en el mar: marineras aficionadas hablan de abusos sensuales por parte de capitanes que conocieron en Internet

Se insta a los sitios web de tripulaciones a hacer más para proteger a las víctimas, que partieron en busca de aventuras sólo para verse atrapadas a bordo con un depredador.


Chloe Russell* tenía unos 40 años cuando decidió dejar su trabajo de oficina y embarcarse en un viaje en velero por la Polinesia Francesa.

Sin barco y con poca experiencia, se unió a Crewbay, un sitio web que pone en contacto a tripulantes aficionados con trabajo. Incluyó su perfil en LinkedIn, donde pronto recibió un mensaje de un capitán de barco.

Tras intercambiar mensajes en línea durante dos meses, aceptó embarcar con él para un viaje de un mes.


Pero en su primera noche a bordo, no tardó en sentirse incómoda cuando el capitán parecía demasiado ansioso por rellenar su copa de vino.

"Cuando empezó a acariciarme la pierna y la espalda... me aterroricé", cuenta. "Le dije que soy víctima de pedofilia e incesto y que no podía tener relaciones íntimas con alguien que no conozco".

Russell dice que se excusó para darse un baño pero el capitán entró tras ella, quitándose la ropa. Cuando intentó marcharse subiendo por la escalerilla, el capitán se acercó por detrás y la inmovilizó contra el costado del barco, haciendo caso omiso de sus súplicas para que se detuviera.

Y fue allí, sola en medio del océano, donde dice que fue amada sin consentimiento.


En los últimos seis meses, Guardian Australia ha hablado con más de una docena de mujeres que afirman haber tenido experiencias negativas -a veces aterradoras- tras conocer a patrones a través de populares sitios web de navegación como Crewbay. Entre sus quejas figuran agresiones sensuales y acoso, mientras que a otras les hicieron sentirse inseguras.

A todas ellas se les había ofrecido lo que consideraban la oportunidad de sus vidas: alojamiento barato y viajes internacionales a cambio de trabajo voluntario en veleros. En lugar de ello, algunas afirman que se encontraron en una situación de pesadilla junto a patrones volátiles o depredadores en alta mar, sin ningún lugar del que escapar.


Tanto Crewbay como Find A Crew, con sede en Australia, presumen de contar con amplias redes mundiales de tripulaciones y capitanes, que permiten emparejar a navegantes experimentados y aficionados con barcos de todo el mundo. Los testimonios in situ relatan gloriosas aventuras y la alegría de encontrar nuevos amigos para toda la vida.

Los sitios insisten en que la gran mayoría de los usuarios tienen una experiencia positiva y que cuentan con procesos para evaluar las quejas y sistemas de verificación para los clientes que pagan.

Pero las mujeres afirman que hay que hacer más para proteger a los usuarios y alzan la voz para advertir a los demás de los peligros potenciales.

Capitanes con pasado delictivo
Kirsty Molloy* utilizó Crewbay para contactar el pasado julio con Craig Naylor*, un surfista y capitán de "38 años" que navegaba por Fiyi con una tripulación internacional.

Llegó a su barco, entusiasmada con el viaje que le esperaba, pero descubrió que Naylor aparentaba más edad de la que claramente aparentaba en una foto falsa de su perfil.

Días después, en alta mar, Naylor se emborrachó y le gritó delante de otros miembros de la tripulación, amenazándola con dejarla en la tierra más cercana, estuviera habitada o no.


Naylor, que en realidad tiene unos 40 años, fue detenido más tarde por las autoridades de Fiyi y acusado de un delito de lesiones corporales a otra tripulante con la que Molloy había trabajado.

La edad y el aspecto del capitán no eran lo único que ocultaba.

Molloy se enteró más tarde de que Naylor era un delincuente sensual convicto que había pasado 18 meses en la guandoca tras irrumpir en la casa de una mujer y agredirla sexualmente.

Historias como ésta han hecho que miles de mujeres frustradas acudan al grupo privado de Facebook "Sailing Safely for Women", que comparte información sobre seguridad y las experiencias que han tenido las mujeres.

Fue allí donde tres mujeres con las que habló Guardian Australia se dieron cuenta de que habían sido acosadas sexualmente -y una de ellas agredida sexualmente- por el mismo hombre: un capitán suizo que estaba contratando a través de Crewbay el año pasado. También se enteraron de que el capitán había sido condenado a seis años de guandoca por violación a finales de la década de 1990, y pasó una década en alta mar evitando a la policía antes de ser finalmente capturado.

Asqueada y confusa
Jessie Brown* afirma que el capitán la acosó insistentemente para mantener relaciones sensuales y la manoseó mientras estaba a bordo de su barco en el Caribe el año pasado.


"Al final, me dijo que me dejaría ir si me tumbaba a su lado durante 15 minutos", cuenta. "Empezó a tocarme el cuerpo... y me manoseó los pechos, el estómago, luego las caderas, el trastero".

La joven de 24 años dice que le dijo al capitán que parara y se quedó dormida. A la mañana siguiente se despertó al oír una respiración agitada y al capitán de pie sobre ella.

"Sentí los genitales en mi mano y él me dijo: 'tienes que satisfacerme, si no, no podré trabajar'", cuenta Brown. "Estaba realmente asqueada y confusa".


Otra marinera, Katy Read*, afirma que el mismo capitán la llamó "sexy", le pidió que le tocara los pechos y le mostró imágenes de varias jóvenes desnudas en su teléfono.

La joven de 21 años estaba sola en el barco con el capitán el pasado agosto y dice que le aterrorizaba que entrara en su camarote por la noche.

"Cuando me llevó con su barquita a tierra, justo cuando me dejó empecé a llorar", cuenta.

Entiendo que esos viajes son de pago, no? Es como si coges un taxi y se te intenta f***** el taxista.
Normal que se quejen.

Otra cosa seria si quisieran viajar por el mundo de gratis y el capitán se lo quisiera cobrar en carnes, que tampoco estaría bien sin haberlo acordado previamente pero igual debería haberle resultado sospechosa tanta amabilidad.