sabroson
Lonchafinista
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El estigma social rodea a esta práctica sensual que, además de ser completamente saludable, puede proporcionar mucho placer para los amantes. Desterramos falsas creencias sobre el sesso traseril.
El sesso es una de las dimensiones humanas más importantes, interesantes; y también, rodeada de mitos, estigma y tabúes. El sesso traseril es una práctica sensual como otra cualquiera, perfectamente saludable, y cuyo rechazo en ocasiones proviene del desconocimiento.
Desde que empezó a ser socialmente aceptado que la sexualidad humana no tiene por qué centrarse en la reproducción (la caída de locus genitalis, como señalan los antropólogos), comenzaron a normalizarse otras prácticas diferentes del coito. De hecho, para muchos amantes, las prácticas que no implican la penetración, como el sesso oral, resultan incluso más satisfactorias.
Por ejemplo, para las mujeres, es fundamental la estimulación del clítoris para la consecución del orgasmo (que, por otro lado, no tiene por qué ser el objetivo de toda relación sensual; también se puede practicar sesso por el mero placer de practicarlo); por otro lado, los hombres suelen centrar el placer sensual en el miembro viril, lo cual es normal, dado que es la zona erógena principal de cuerpo masculino.
Pero otra zona de la anatomía muy estigmatizada, e intencionadamente olvidada por muchos hombres heterosexuales es la denominada ‘punto G masculino’ (mal llamada así, por otra parte, como veremos a lo largo de la galería). Esta zona erógena es un punto cuya estimulación proporciona mucho placer, debido a la localización de la próstata. Es por eso que es una zona exclusiva de la anatomía masculina, si bien el ano como tal es una zona erógena en ambos sexos. Todas las personas pueden disfrutar de la estimulación traseril, también las mujeres.
Eso sí; hay que tener en cuenta que el ano no se dilata igual que una vagina. Son dos orificios completamente distintos, con unas funciones vitales concretas, y la estimulación difiere en ambos casos. Por lo general, la estimulación traseril suele requerir de más tiempo y suavidad, además de necesitar casi siempre algún tipo de lubricación extra. Como toda práctica sensual, el sesso traseril conlleva sus riesgos; pero éstos deberían ser salvables siguiendo algunas recomendaciones básicas.
Es importante eliminar el estigma de las prácticas sensuales, en especial del sesso traseril, siempre que se realicen de manera sana (respetando la integridad física y psicológica). Sea cual sea tu identidad u orientación sensual, tienes derecho a disfrutar del sesso con libertad. Pero todo derecho conlleva una responsabilidad, así que a continuación vamos a informarte de las falsas creencias más extendidas sobre el sesso traseril, y las claves para disfrutarlo con salud. Contaremos con la ayuda del sexólogo Carlos Horrillo.
VER 16 FOTOS
Laura Marcos
Los mitos más extendidos sobre el sesso traseril
https://estaticos.muyinteresante.es/media/cache/1000x_thumb/uploads/images/gallery/5a1711e55bafe862bc3c9869/solo-gayses.jpg
Es una práctica exclusiva de parejas gayses
Un error muy común es asociar esta práctica exclusivamente a las parejas de hombres.
No tiene por qué. El sesso traseril es una práctica sensual que puede ser muy satisfactoria para ambos sexos.
Es más placentero para ellos que el sesso vaginal
No necesariamente.
Según el sexólogo y antropólogo Carlos Horrillo, el interés masculino por esta práctica puede provenir de un impulso ancestral de "conquistar nuevos territorios" y considera de poca importancia el argumento extendido de que el conducto traseril es más estrecho, con lo que proporcionaría una sensación más intensa del placer al varón.
No obstante, la percepción del placer es muy subjetiva.
https://estaticos.muyinteresante.es/media/cache/1000x_thumb/uploads/images/gallery/5a1711e55bafe862bc3c9869/soy-gays.jpg
“Si lo pruebo y me gusta, ¿soy gays?”
En absoluto. El disfrute sensual de las prácticas relacionadas con el sesso traseril no tiene por qué ir relacionado con la orientación sensual.
Si bien es cierto que los hombres heterosexuales suelen mostrar mucho interés por realizar esta práctica con sus parejas femeninas, esta intención suele manifestarse únicamente cuando el varón es quien penetra a la mujer.
Tal como detalla Horrillo, "existe una creencia o miedo generalizado en muchos hombres heterosexuales, que consiste en: "si lo pruebo y me gusta, significa que soy gays". Nada más lejos de la realidad.
Esta creencia, según el experto, responde a un estereotipo cultural.
La estimulación traseril debería considerarse una práctica normal para todos los hombres, sea cual sea su orientación sensual.
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El punto G masculino
Para Carlos Horrillo, esta zona de la anatomía masculina está "mal llamada" punto G, dado que el placer sensual que se produce durante esta práctica viene dado por la estimulación de la próstata.
Aunque sí que es cierto que este tipo de estimulación es muy placentera para un hombre.
No se puede tener un orgasmo solo con la estimulación de la próstata
No es cierto. Aunque el porcentaje es muy pequeño, sí existe un número considerable de hombres que es capaz de tener un orgasmo, la culminación del placer sensual, solo mediante la estimulación de esta zona.
Sería comparable al porcentaje de mujeres capaces de tener un orgasmo mediante la única estimulación de una zona erógena como los galletaes.
No obstante, el orgasmo y la manera de obtenerlo, recuerda Horrillo, son muy subjetivos.
Las mujeres no lo disfrutan
Otro falso mito del sesso traseril es considerar que no es una práctica que pueda resultar placentera para la mujer.
Si bien es cierto que la mujer no comparte la anatomía masculina, y no posee una próstata que estimular, no olvidemos que el ano es una zona erógena muy importante en el cuerpo de la mujer, y puede proporcionar sensaciones muy placenteras.
Eso sí, el experto apunta que, en muchas ocasiones, el hombre "olvida" estimular otras zonas erógenas de su compañera, algo que resulta imprescindible para aumentar su excitación y relajación.
Es una práctica 'sucia'
Evidentemente, se trata de otro mito ligado al estigma cultural del sesso traseril. Curiosamente, son las mujeres heterosexuales las que, en muchos casos, se aplican este argumento, evitando así realizar una práctica que puede ser muy satisfactoria para ellas. La clave es, como apunta el experto, "disponer de información suficiente".
En cualquier caso, cada vez son más las mujeres que lo practican sin complejos. Horrillo calcula que la cifra se sitúa en torno al 30% de las mujeres heterosexuales.
Si un hombre heterosexual lo practica 'pierde su virilidad'
De nuevo, este es un concepto cultural arcaico que nada tiene que ver con la realidad del sesso traseril.
Está ligada a la falsa creencia de que es una práctica exclusiva de hombres gayses. Por ello, muchos hombres se niegan a atreverse a que sus parejas femeninas les penetren, utilizando el propio dedo o bien juguetes sensuales, evitando explotar así una parte importante de su sexualidad.
Para el sexólogo Carlos Horrillo, "ser penetrado tiene un componente psicológico, emocional y cultural".
Los hombres no pueden estimularse solos
Falso. De hecho, la autoexploración traseril puede ser una práctica muy saludable en una rutina de masturbación masculina. Ya sea manualmente o a través de aparatos preparados para este tipo de estimulación, es beneficiosa por dos razones:
La primera y más obvia, porque es una fuente de placer. Y, la segunda, porque puede incluso proteger la salud.
El sesso traseril puede prevenir enfermedades
La práctica de cualquier tipo de acto sensual es, de por sí, beneficiosa para la salud. Muchos estudios científicos han demostrado que eyacular a menudo puede proteger frente al cáncer de próstata.
Por otro lado, la autoexploración frecuente permite que los hombres sean conscientes de su anatomía, y ayuda a percibir anomalías y lograr prevenirlas; por ejemplo, una prostatitis.
El experto Carlos Horrillo lamenta que no se difunda la autoexploración masculina para prevenir enfermedades prostáticas igual que se hace con el sesso femenino, por ejemplo, con la autoexploración de los senos.
La primera vez siempre duele
Efectivamente, suele ser así. El ano es un esfínter que, a priori, no está habituado a ser penetrado, por lo que es normal que la primera vez que se realiza sesso traseril resulte dolorosa, y es así para la mayoría de las personas, según el sexólogo Carlos Horrillo.
Para disfrutar del sesso traseril, la relajación y la excitación sensual son imprescindibles.
"El dolor disminuye y el placer aumenta con la práctica, especialmente si existe un componente emocional en la relación sensual", apunta.
Requiere mucha higiene
Cierto. El recto es un canal de desecho del cuerpo humano, por lo que, lógicamente, es recomendable procurar una correcta higiene del mismo antes del sesso para garantizar una experiencia satisfactoria.
Es imprescindible lubricar la zona
Así es. Tal como recuerda Carlos Horrillo, el ano es un esfínter que "no se dilata igual que una vagina", una creencia errónea muy común a la hora de mantener este tipo de relación sensual.
Para disfrutar de una relación sensual traseril satisfactoria, y evitar provocar dolor y daños innecesarios, es importante disponer de un buen lubricante, y, como describe Carlos Horrillo, "paciencia y cariño".
El sesso traseril tras*mite más infecciones
No necesariamente. En cualquier tipo de práctica sensual es vital una protección adecuada frente a Infecciones de tras*misión sensual (ITS). El preservativo es imprescindible.
Cuando se practica sesso traseril sin preservativo, se corre el riesgo de contraer infecciones del tracto urinario; en los hombres, porque el conducto rectal está plagado de bacterias de tipo E. coli, que son las que provocan esta infección.
Las mujeres también corren riesgo de contraer una infección de orina cuando se da un tipo de situación muy frecuente: penetrar la vagina después de haber realizado sesso traseril.
Como describe Horrillo, de manera muy coloquial, "cuando se utiliza la puerta de atrás no se vuelva a la puerta principal"; al menos, no sin antes haber lavado correctamente el miembro viril, o bien haber colocado un nuevo preservativo.
Por su parte, el bichito del Papiloma Humano y otras enfermedades como la sífilis o la gonorrea presentan el mismo riesgo de contario en el sesso traseril que en cualquier otra práctica sensual, siempre que se realice correctamente.
El SIDA se contagia más a través del sesso traseril
No es bueno señalar esta práctica como única vía de contagio, dado que esto contribuye a estigmatizarla y, aún más importante, a las personas que la practican.
Lo que sí es cierto es que el VIH se tras*mite normalmente a través de la sangre, o la sangre con otros fluidos (aunque también puede contraerse mediante mucosas).
Durante el sesso traseril puede darse la situación de que se produzca un desgarro o leves microfisuras, debido a que el ano debe hacer un "esfuerzo". Si esto se produce, puede haber un contacto del miembro viril con la sangre de la pareja y, de existir la infección, tras*mitirse más fácilmente.
Es importante recordar aquí que poseer en el organismo el bichito de Inmunodeficiencia Humana (VIH) no significa necesariamente desarrollar la enfermedad del SIDA.
sesso traseril: mitos y verdades
Ya saben chichos. No por practicar sesso traseril te hace menos hombre. Lo pueden practicar con vuestras novias.
El sesso es una de las dimensiones humanas más importantes, interesantes; y también, rodeada de mitos, estigma y tabúes. El sesso traseril es una práctica sensual como otra cualquiera, perfectamente saludable, y cuyo rechazo en ocasiones proviene del desconocimiento.
Desde que empezó a ser socialmente aceptado que la sexualidad humana no tiene por qué centrarse en la reproducción (la caída de locus genitalis, como señalan los antropólogos), comenzaron a normalizarse otras prácticas diferentes del coito. De hecho, para muchos amantes, las prácticas que no implican la penetración, como el sesso oral, resultan incluso más satisfactorias.
Por ejemplo, para las mujeres, es fundamental la estimulación del clítoris para la consecución del orgasmo (que, por otro lado, no tiene por qué ser el objetivo de toda relación sensual; también se puede practicar sesso por el mero placer de practicarlo); por otro lado, los hombres suelen centrar el placer sensual en el miembro viril, lo cual es normal, dado que es la zona erógena principal de cuerpo masculino.
Pero otra zona de la anatomía muy estigmatizada, e intencionadamente olvidada por muchos hombres heterosexuales es la denominada ‘punto G masculino’ (mal llamada así, por otra parte, como veremos a lo largo de la galería). Esta zona erógena es un punto cuya estimulación proporciona mucho placer, debido a la localización de la próstata. Es por eso que es una zona exclusiva de la anatomía masculina, si bien el ano como tal es una zona erógena en ambos sexos. Todas las personas pueden disfrutar de la estimulación traseril, también las mujeres.
Eso sí; hay que tener en cuenta que el ano no se dilata igual que una vagina. Son dos orificios completamente distintos, con unas funciones vitales concretas, y la estimulación difiere en ambos casos. Por lo general, la estimulación traseril suele requerir de más tiempo y suavidad, además de necesitar casi siempre algún tipo de lubricación extra. Como toda práctica sensual, el sesso traseril conlleva sus riesgos; pero éstos deberían ser salvables siguiendo algunas recomendaciones básicas.
Es importante eliminar el estigma de las prácticas sensuales, en especial del sesso traseril, siempre que se realicen de manera sana (respetando la integridad física y psicológica). Sea cual sea tu identidad u orientación sensual, tienes derecho a disfrutar del sesso con libertad. Pero todo derecho conlleva una responsabilidad, así que a continuación vamos a informarte de las falsas creencias más extendidas sobre el sesso traseril, y las claves para disfrutarlo con salud. Contaremos con la ayuda del sexólogo Carlos Horrillo.
VER 16 FOTOS
Laura Marcos
Los mitos más extendidos sobre el sesso traseril
https://estaticos.muyinteresante.es/media/cache/1000x_thumb/uploads/images/gallery/5a1711e55bafe862bc3c9869/solo-gayses.jpg
Es una práctica exclusiva de parejas gayses
Un error muy común es asociar esta práctica exclusivamente a las parejas de hombres.
No tiene por qué. El sesso traseril es una práctica sensual que puede ser muy satisfactoria para ambos sexos.
Es más placentero para ellos que el sesso vaginal
No necesariamente.
Según el sexólogo y antropólogo Carlos Horrillo, el interés masculino por esta práctica puede provenir de un impulso ancestral de "conquistar nuevos territorios" y considera de poca importancia el argumento extendido de que el conducto traseril es más estrecho, con lo que proporcionaría una sensación más intensa del placer al varón.
No obstante, la percepción del placer es muy subjetiva.
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“Si lo pruebo y me gusta, ¿soy gays?”
En absoluto. El disfrute sensual de las prácticas relacionadas con el sesso traseril no tiene por qué ir relacionado con la orientación sensual.
Si bien es cierto que los hombres heterosexuales suelen mostrar mucho interés por realizar esta práctica con sus parejas femeninas, esta intención suele manifestarse únicamente cuando el varón es quien penetra a la mujer.
Tal como detalla Horrillo, "existe una creencia o miedo generalizado en muchos hombres heterosexuales, que consiste en: "si lo pruebo y me gusta, significa que soy gays". Nada más lejos de la realidad.
Esta creencia, según el experto, responde a un estereotipo cultural.
La estimulación traseril debería considerarse una práctica normal para todos los hombres, sea cual sea su orientación sensual.
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El punto G masculino
Para Carlos Horrillo, esta zona de la anatomía masculina está "mal llamada" punto G, dado que el placer sensual que se produce durante esta práctica viene dado por la estimulación de la próstata.
Aunque sí que es cierto que este tipo de estimulación es muy placentera para un hombre.
No se puede tener un orgasmo solo con la estimulación de la próstata
No es cierto. Aunque el porcentaje es muy pequeño, sí existe un número considerable de hombres que es capaz de tener un orgasmo, la culminación del placer sensual, solo mediante la estimulación de esta zona.
Sería comparable al porcentaje de mujeres capaces de tener un orgasmo mediante la única estimulación de una zona erógena como los galletaes.
No obstante, el orgasmo y la manera de obtenerlo, recuerda Horrillo, son muy subjetivos.
Las mujeres no lo disfrutan
Otro falso mito del sesso traseril es considerar que no es una práctica que pueda resultar placentera para la mujer.
Si bien es cierto que la mujer no comparte la anatomía masculina, y no posee una próstata que estimular, no olvidemos que el ano es una zona erógena muy importante en el cuerpo de la mujer, y puede proporcionar sensaciones muy placenteras.
Eso sí, el experto apunta que, en muchas ocasiones, el hombre "olvida" estimular otras zonas erógenas de su compañera, algo que resulta imprescindible para aumentar su excitación y relajación.
Es una práctica 'sucia'
Evidentemente, se trata de otro mito ligado al estigma cultural del sesso traseril. Curiosamente, son las mujeres heterosexuales las que, en muchos casos, se aplican este argumento, evitando así realizar una práctica que puede ser muy satisfactoria para ellas. La clave es, como apunta el experto, "disponer de información suficiente".
En cualquier caso, cada vez son más las mujeres que lo practican sin complejos. Horrillo calcula que la cifra se sitúa en torno al 30% de las mujeres heterosexuales.
Si un hombre heterosexual lo practica 'pierde su virilidad'
De nuevo, este es un concepto cultural arcaico que nada tiene que ver con la realidad del sesso traseril.
Está ligada a la falsa creencia de que es una práctica exclusiva de hombres gayses. Por ello, muchos hombres se niegan a atreverse a que sus parejas femeninas les penetren, utilizando el propio dedo o bien juguetes sensuales, evitando explotar así una parte importante de su sexualidad.
Para el sexólogo Carlos Horrillo, "ser penetrado tiene un componente psicológico, emocional y cultural".
Los hombres no pueden estimularse solos
Falso. De hecho, la autoexploración traseril puede ser una práctica muy saludable en una rutina de masturbación masculina. Ya sea manualmente o a través de aparatos preparados para este tipo de estimulación, es beneficiosa por dos razones:
La primera y más obvia, porque es una fuente de placer. Y, la segunda, porque puede incluso proteger la salud.
El sesso traseril puede prevenir enfermedades
La práctica de cualquier tipo de acto sensual es, de por sí, beneficiosa para la salud. Muchos estudios científicos han demostrado que eyacular a menudo puede proteger frente al cáncer de próstata.
Por otro lado, la autoexploración frecuente permite que los hombres sean conscientes de su anatomía, y ayuda a percibir anomalías y lograr prevenirlas; por ejemplo, una prostatitis.
El experto Carlos Horrillo lamenta que no se difunda la autoexploración masculina para prevenir enfermedades prostáticas igual que se hace con el sesso femenino, por ejemplo, con la autoexploración de los senos.
La primera vez siempre duele
Efectivamente, suele ser así. El ano es un esfínter que, a priori, no está habituado a ser penetrado, por lo que es normal que la primera vez que se realiza sesso traseril resulte dolorosa, y es así para la mayoría de las personas, según el sexólogo Carlos Horrillo.
Para disfrutar del sesso traseril, la relajación y la excitación sensual son imprescindibles.
"El dolor disminuye y el placer aumenta con la práctica, especialmente si existe un componente emocional en la relación sensual", apunta.
Requiere mucha higiene
Cierto. El recto es un canal de desecho del cuerpo humano, por lo que, lógicamente, es recomendable procurar una correcta higiene del mismo antes del sesso para garantizar una experiencia satisfactoria.
Es imprescindible lubricar la zona
Así es. Tal como recuerda Carlos Horrillo, el ano es un esfínter que "no se dilata igual que una vagina", una creencia errónea muy común a la hora de mantener este tipo de relación sensual.
Para disfrutar de una relación sensual traseril satisfactoria, y evitar provocar dolor y daños innecesarios, es importante disponer de un buen lubricante, y, como describe Carlos Horrillo, "paciencia y cariño".
El sesso traseril tras*mite más infecciones
No necesariamente. En cualquier tipo de práctica sensual es vital una protección adecuada frente a Infecciones de tras*misión sensual (ITS). El preservativo es imprescindible.
Cuando se practica sesso traseril sin preservativo, se corre el riesgo de contraer infecciones del tracto urinario; en los hombres, porque el conducto rectal está plagado de bacterias de tipo E. coli, que son las que provocan esta infección.
Las mujeres también corren riesgo de contraer una infección de orina cuando se da un tipo de situación muy frecuente: penetrar la vagina después de haber realizado sesso traseril.
Como describe Horrillo, de manera muy coloquial, "cuando se utiliza la puerta de atrás no se vuelva a la puerta principal"; al menos, no sin antes haber lavado correctamente el miembro viril, o bien haber colocado un nuevo preservativo.
Por su parte, el bichito del Papiloma Humano y otras enfermedades como la sífilis o la gonorrea presentan el mismo riesgo de contario en el sesso traseril que en cualquier otra práctica sensual, siempre que se realice correctamente.
El SIDA se contagia más a través del sesso traseril
No es bueno señalar esta práctica como única vía de contagio, dado que esto contribuye a estigmatizarla y, aún más importante, a las personas que la practican.
Lo que sí es cierto es que el VIH se tras*mite normalmente a través de la sangre, o la sangre con otros fluidos (aunque también puede contraerse mediante mucosas).
Durante el sesso traseril puede darse la situación de que se produzca un desgarro o leves microfisuras, debido a que el ano debe hacer un "esfuerzo". Si esto se produce, puede haber un contacto del miembro viril con la sangre de la pareja y, de existir la infección, tras*mitirse más fácilmente.
Es importante recordar aquí que poseer en el organismo el bichito de Inmunodeficiencia Humana (VIH) no significa necesariamente desarrollar la enfermedad del SIDA.
sesso traseril: mitos y verdades
Ya saben chichos. No por practicar sesso traseril te hace menos hombre. Lo pueden practicar con vuestras novias.