Mitos de al-Ándalus, de antaño y actuales

Ramiro garcia

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Mitos de al-Ándalus, de antaño y actuales (2-2)

Problemas prácticos de convivencia

Los abanderados de la tolerancia en la edad media se encontraban más en tierras fiel a la religión del amoras que cristianas.

-Tony Blair, entonces primer ministro del Reino Unido. A Battle for Global Values, Foregin Affairs, Jan/Feb 2007.



El Cid y Tony Blair. Dos modos diferentes de entender la tolerancia. Los frutos del modelo de Blair se vuelven más evidentes cada día, por ejemplo con la elección de Sadiq Khan como nuevo alcalde de Londres. Wikimedia.

La idea de una separación entre el poder espiritual y el poder secular, como la practicada en la Europa medieval, era totalmente ajena al islam. Lo cierto es que gran parte de la ley islámica se basa en distinguir los conceptos de pureza e impureza. La escuela de jurisprudencia malikí, una de las cuatro dentro del islam sunní, dominó la mayor parte de período andalusí. Su interpretación de las leyes religiosas por los ulama (sabios y autoridades religiosas) fue quizás más importante que el Corán en la vida cotidiana. De acuerdo a los malikíes la comida, el agua y las ropas tocadas por cristianos eran impuras.

Los requisitos de pureza fiel a la religión del amores implicaban que cristianos y judíos debían estar físicamente confinados en sus propios vecindarios. Textos de la época contienen múltiples referencias a tales barrios segregados. Las interacciones estaban mayormente limitadas a tras*acciones comerciales.

Los cristianos debían pararse en presencia de un de la religión del amor. No podían portar armas y cabalgar. En general no tenían permiso de construir nuevas iglesias. Una mezquita no podía devenir iglesia, pero lo opuesto si ocurría a menudo. Las iglesias no podían tocar sus campanas. El uso de cruces estaba prohibido en personas y en la de derechasda de iglesias. Los fiel a la religión del amores podían hacer proselitismo, los cristianos no.

Un de la religión del amor podía no solo tener hasta cuatro esposas sino también varias esclavas sensuales (jariya o djariya). Estas últimas no tenían que ser fiel a la religión del amoras, pero sus hijos tenían que ser criados en la fe islámica. Los hombres cristianos no podían casarse con fiel a la religión del amoras. Esto llevó a una curiosa situación donde los califas andalusíes eran en gran parte de origen europeo ya que sus madres eran esclavas sensuales cristianas a través de varias generaciones. Abderramán III por ejemplo era rubio y de ojos azules, y se teñía su cabello para parecer más “árabe”.

En las palabras de un renombrado jurista iraquí “la relación normal entre fiel a la religión del amores y no-fiel a la religión del amores es un estado de hostilidad” hasta que el islam consigue la hegemonía. ¡Otra que convivencia…!
La aniquilación de los cristianos en al-Ándalus

Este [al-Ándalus] fue un capítulo en la cultura europea donde judíos, cristianos y fiel a la religión del amores vivieron lado a lado, a pesar de sus intratables diferencias y continuas hostilidades, y crearon una compleja cultura de tolerancia.

-María Rosa Menocal, profesora de español y portugués y humanidades, Yale University. The Ornament of the World: How Jovenlandeses, Jews, and Christians Created a Culture of Tolerance in Medieval Spain. Little Brown, 2002.

Los historiadores modernos parecen estar de acuerdo en que la oleada turística [fiel a la religión del amora] no fue particularmente cruel, o destructiva…

-Colin Smith, profesor de literatura española medieval, Cambridge University. Christians and Moors in Spain. Aris & Phillips.1988.

Muchos cristianos, no del todo satisfechos con la tolerancia a ellos otorgada, huyeron (“migraron” de acuerdo a léxico de los académicos modernos) a los reinos del norte. Hacia el 1200 prácticamente ya no quedaba ninguno en al-Ándalus por las persecuciones y deportaciones contra ellos llevadas a cabo por almorávides y almohades.

La escuela malikí enseñaba que un líder de la religión del amor podía en la yihad apiolar o perdonar a cristianos derrotados a su antojo. Las mujeres y niños podrían ser tomados como esclavos o matados si ofrecían resistencia. El guerrero de la religión del amor podía tener relaciones sensuales con mujeres cautivas adjudicadas a él como botín.

Si los cristianos resistían, una victoria fiel a la religión del amora era seguida por una masacre. Cerca de Orihuela por ejemplo los cristianos derrotados fueron totalmente exterminados. El himno visigodo Tempore belli, la Crónica Mozárabe del 754, la Primera Crónica General de Alfonso X entre otras describen el saqueo de templos y casas, quema de ciudades, captura de mujeres para ser esclavas sensuales, asesinato de hombres y tala de árboles.

Las opciones que los cristianos tenían eran 1) convertirse al islam, 2) aceptar la condición de dhimmis y pagar la yizia, 3) la fin para los hombres o la esclavitud para mujeres y niños.

Algunos cristianos fueron reclutados como burócratas o soldados. Pero esto no es para nada representativo de la mayoría de la comunidad cristiana. Y sucedía a pesar de las enseñanzas islámicas, no debido a ellas, causando resentimiento entre las masas fiel a la religión del amoras.

La institución de la dhimma no les dio a los cristianos autonomía. Más bien limitó sus prácticas religiosas de muchas maneras y mantuvo a los cristianos fuera del poder político. El número de dhimmis disminuyó constantemente.

Los almorávides deportaron a cristianos en masa al norte de África para prevenir su colaboración con los reconquistadores. Los almohades concluyeron que la conversión forzada era lo único que podía resolver los enormes problemas en el “paraíso” multicultural de al-Ándalus.

Esta limpieza étnica abarcó a veces a ciudades enteras como fueron las deportaciones de dhimmis de Málaga en 1106, Granada en 1126 y varios lugares de al-Ándalus entre 1138 y 1170.

Ya por 1085 quedaban muy pocos cristianos al sur de Toledo. Cuando Jaime (el conquistador) de Aragón entró en Valencia en 1238 no encontró cristianos. Cuando Fernando e Isabel conquistaron Granada en 1492 tampoco encontraron a ningún dhimmi.
Los judíos en al-Ándalus

La experiencia andalusí es también reconocida por su tolerancia y sincretismo cultural entre miembros de la fe fiel a la religión del amora, cristiana y judía durante un periodo de ocho siglos (711-1492).

-John W. Fox et al. Ethnography and the Culture of Tolerance in al-Andalus. Harvard Middle Eastern and Islamic Review, 2006, 146-71.

Inicialmente la población judía recibió a los fiel a la religión del amores con los brazos abiertos. Estos últimos formaron una alianza de conveniencia hasta que se sintieron lo suficientemente fuertes como para reducir también a los judíos a status de dhimmi. Así y todo la posición de los hebreos en al-Ándalus antes de que los Almorávides defenestraran a los Omeyas en 1085, fue más favorable que bajo los visigodos.

Los judíos fueron empleados como administradores por los líderes islámicos ya que eran más dependientes y confiables que los fiel a la religión del amores de pura cepa. Uno de los más renombrados fue el rabino talmudista Samuel ibn Nagrella (993-1056) quien llegó a ser visir del gobernante de Granada.

Por estos privilegios eran resentidos por la población fiel a la religión del amora. José, hijo de Samuel ibn Nagrella y también alto oficial del reino, fue muerto en una revuelta anti-judía en Granada en 1066. La Jewish Encyclopedia de 1906 reporta que José ibn Nagrella fue acusado por grupos fiel a la religión del amores de controlar y espiar al rey Badis, y finalmente de traicionarlo invitando a Al-Mutasim de Almería, enemigo de Badis, a tomar el control de Granada.

La llegada de los almorávides en 1085 limitó severamente la influencia judía en las cortes andalusíes. Los líderes judíos tuvieron que maniobrar delicadamente y contribuir a las arcas del emir Yusuf Ibn Tashufin (a quien solo El Cid fue capaz de derrotar). Otros hebreos buscaron asilo en los reinos cristianos del norte.

Los historiadores modernos, incluyendo judíos, enfatizan los logros de poderosos individuos sefardíes en la España fiel a la religión del amora, pero pasa más bien por alto los conflictos generales entre los hebreos y otras comunidades. La usura y el préstamo a tasas de interés ilegales eran prácticas siempre asociadas a los judíos. Fuentes árabes y judías confirman el rol de los judíos en la trata y la castración de esclavos y niños cristianos cautivos en ciudades como Lucena (cerca de Córdoba). Estas prácticas creaban mucho resentimiento entre mahometanos y cristianos. Estos últimos tampoco olvidaban el papel de la comunidad judía ayudando y consolidando la oleada turística jovenlandesa como muchas fuentes fiel a la religión del amoras y cristianas atestiguan[1].

Los judíos mismos no eran más tolerantes que el resto y sus leyes tenían el propósito de separar a la ****ría de las otras comunidades. La vida giraba en torno a la sinagoga y no había distinción entre ley civil y ley religiosa (igual al islam, pero diferente del cristianismo). Los consejos de rabinos (kahal) concentraban el poder en las aljamas y tenían capacidad para sentenciar a fin a informantes (moser), asesinos y adúlteros.

Los escritos judíos de la época contienen furiosas denuncias no solo contra el cristianismo y el islam sino también contra sectas judías como los caraítas (quienes rechazan la autoridad del Talmud). Maimonides, celebrada figura de al-Ándalus, consideraba al cristianismo como una herejía y uno de los riesgos del caraísmo era que podía conducir al cristianismo. Matrimonios fuera de la comunidad judía estaban prácticamente prohibidos. La usura estaba prohibida entre judíos, pero permitida con el resto[2].

El judaísmo caraíta representó el peligro más grave a la cohesión interna de la ****ría. Es por eso que fue perseguido salvajemente por el judaísmo rabínico. Rechazar el Talmud y, a veces, considerar a Cristo un profeta más no iban a ser tomados a la ligera por el kahal. Al final tanto los rabinos de al-Ándalus como los de los reinos cristianos lograron erradicar a los caraítas.
Los fiel a la religión del amores en al-Ándalus

En la Europa cristiana el 95% de la gente era iletrada, e incluso reyes no podían leer y escribir. [Mientras que en la España islámica] había mujeres jovenlandesas que eran doctoras, abogadas y profesoras.

-John G. Jackson. The Empire of the Moors. In Golden Age of the Moor. tras*action Publishers. 1991.

Como la estricta escuela de jurisprudencia malikí dominó al-Ándalus los seguidores de otras escuelas fueron a menudo marginados o expulsados. Los clérigos fiel a la religión del amores se encargaban de que fieles se portaran de acuerdo con las enseñanzas islámicas. Éstas incluían detallados rituales diarios como las precisas abluciones de manos, nariz, rostro, brazos y pies antes de cada una de los cinco rezos diarios.

La música estaba prohibida por la escuela malikí. Los instrumentos podían ser confiscados y destruidos. El ajedrez, backgammon y dados tampoco estaban permitidos. La comida cristiana estaba prohibida (haram). Los espacios públicos eran patrullados por funcionarios religiosos, los muhtasib, con poder para aplicar la sharia en cualquier aspecto de la vida cotidiana.

La blasfemia y la apostasía estaban penadas con la fin. Reconocidas figuras como Ibn Rushd (Averroes) así lo aconsejaban. Los sodomitas eran apedreados a fin. La aplicación de la pena capital por estas ofensas está confirmada por los textos de entonces.

Las mujeres fiel a la religión del amoras estaban alejadas de la esfera pública y sujetas a la ablación y al velo. No podían hablar por cuenta propia, un agente las representaba en tras*acciones legales. Su testimonio no era aceptado en juicios involucrando derramamiento de sangre y en otros su palabra valía la mitad de la de un hombre. El látigo era el castigo para las fornicarias mientras que las adúlteras eran apedreadas a fin. La esclavitud sensual era moneda corriente, especialmente con las mujeres cristianas. Las mujeres referidas en la cita al comienzo, una minoría, eran en general esclavas o hijas de algún juez de la religión del amor (qadis).
¿Cómo sobrevivieron los clásicos griegos?

Fueron eruditos fiel a la religión del amores quienes preservaron la ciencia y filosofía greco-romana durante la prolongada Edad Oscura de la Europa medieval. Una era donde… los gobernantes árabes se familiarizaban con tecnología griega y persa “mientras Carlomagno y sus señores intentaban escribir sus propios nombres.”

-Gene W. Heck, When Worlds Collide: Exploring he Ideological and Political Foundations of the Clash of Civilizations. Rowman & Littlefield, 2007.

En la edad media había dos Europas –una fiel a la religión del amora, segura de si misma, con tolerancia religiosa, y madurando en sofisticación cultural y ciencia; la otra cristiana, una zona de constante guerra en la cual la superstición se confundía con la religión y la llama del conocimiento subsistía a duras penas.

-David Levering Lewis, profesor de historia, New York Universit. God’s Crucible: Islam and the Making of Europe, 570-1215. Norton. 2008.

El islam supuestamente cumplió el rol al preservar los textos clásicos tras*mitidos luego a Europa occidental, o así nos dicen.

Lo cierto es que los viejos textos griegos nunca estuvieron perdidos, ni fueron redescubiertos y preservados por sabios fiel a la religión del amores. Estos textos siempre estuvieron presentes, mantenidos y estudiados por monjes y laicos el imperio griego romano de oriente, conocido como Bizancio. De los clásicos griegos al menos 75% son conocidos gracias a copias bizantinas.

El medievalista francés Sylvain Gouguenheim[3] ha mostrado la importancia del monte Saint-Michel como centro de traducción de Aristóteles y clásicos de la antigüedad en occidente bien antes que las traducciones al árabe (hechas por cristianos orientales) aparecieran en al-Ándalus. Naturalmente Gouguenheim fue acusado de islamófobo y demonizado[4]. El libro de Gouguenheim fue considerado tal amenaza por el establishment educativo que un “equipo internacional de 56 investigadores de historia y filosofía” tuvo la necesidad de firmar una carta abierta en el periódico marxista Libération atacando su trabajo. La Sorbonne organizó un coloquio para denunciar el libro. Los ataques son basados en “argumentos de autoridad” ya que Gouguenheim no es un “arabista”.[5]

7

Sylvain Gouguenheim, su obra no ha sido bien recibida por los “expertos”. Wikimedia.

En general los eruditos árabes accedieron a textos científicos y filosóficos traducidos primero del griego al siríaco y luego al árabe por cristianos de Bizancio. Muchos regentes árabes no apreciaban tales libros y motivados por celo religioso los mandaban quemar. La filosofía griega era vista como un paso preliminar a la heterodoxia, y luego a la herejía.

En todo caso la continuidad entre la civilización griega y la europea fue principalmente a través del imperio romano de oriente (Bizancio), y no necesitó del surgimiento del islam en absoluto. Lo que logró la expansión fiel a la religión del amora fue dificultar las comunicaciones entre el occidente latino y el oriente griego.
De iglesia a mezquita

Bajo circunstancias normales las prácticas cristianas [bajo los Omeyas] fueron permitidas con alto grado de tolerancia. Muestras públicas y pomposas de fe no eran favorecidas… pero ni iglesias ni monasterios estuvieron directamente amenazados.

-Hugh Kennedy, profesor de historia, University of London. Muslim Spain and Portugal: A Political History of al-Andalus. Routledge. 1996.

Los fiel a la religión del amores construyeron mezquitas fagocitando columnas y otros materiales de iglesias romanas y visigodas. De acuerdo a las mismas fuentes árabes la mezquita de Córdoba fue construida sobre las ruinas de la basílica de San Vicente “con materiales demolidos de iglesias y traídos a Córdoba sobre la cabeza de cristianos cautivos”.[6] Éstos también tuvieron que arrastrar las campanas de la catedral de Santiago a Córdoba, donde fueron fundidas para las lámparas de la mezquita.

La tras*formación de iglesia a mezquita ocurría rápidamente si los cristianos presentaban batalla. Una vez privados de sus templos en el mejor de los casos les era permitido construir pequeñas iglesias fuera de los muros de la ciudad.

Los emires y califas omeyas favorecieron esta política de apropiación y destrucción de los símbolos de los mushriks (“politeístas”) como eran llamados los cristianos debido a las estatuas e íconos de Jesús, Maria, santos y ángeles.

En nuestros días no se puede hallar en el sur de España ninguna iglesia construida antes de la Reconquista católica.
Conclusiones

En suma la oleada turística, conquista y colonización de la España cristiana por los fiel a la religión del amores fue un desastre para la naciente civilización hispano-romano-goda. Esta promisoria civilización, que no tenía ninguna necesidad de ser “ilustrada” por las enseñanzas de Mahoma, fue arrancada de cuajo por el islam.

Los cristianos dhimmis, por definición un grupo subalterno en el fondo de en una sociedad jerarquizada, eran víctimas de un sistema de extorsión mafioso, la dhimma, que los confinaba a pagar o a sufrir las consecuencias.

Será siempre controversial hablar de quienes “merecen” ser conquistados, pero es curioso que los argumentos usados contra los visigodos como su supuesta rusticidad y la necesidad de ser “ilustrados” por los invasores no se aplica a incas y aztecas, inclusive si este último grupo tenía la sana costumbre de practicar asesinatos rituales en masa de tribus vecinas.

La maraña étnica, social y religiosa de al-Ándalus fue su talón de Aquiles. Esta fragilidad intrínseca fue aprovechada por los estrategas cristianos para consumar la Reconquista. Hoy en día escuchamos otra vez las campanas a favor de la diversidad, la tolerancia y la inclusión, no solo de nuevas olas inmigratorias fiel a la religión del amoras en España y Europa sino también de prácticas contra natura que los mismos fiel a la religión del amores rechazan. La Biblia y el calefón; el Corán y el prostíbulo, la usura, el aborto y la teoría de género. No puede terminar bien.

Hay un riesgo, en la opinión de quien escribe, con la aparición de trabajos revisionistas como los de Fernández-Morera y Sánchez Saus. A saber, que sean usados por grupos “neoconservadores” enquistados en altas esferas políticas de EEUU y algunos países europeos para promover su agenda del “choque de las civilizaciones”. Según la cual se debe imponer la “democracia liberal” en Medio Oriente, cueste lo que cueste. Esto ya ha tenido resultados desastrosos tanto para cristianos como para fiel a la religión del amores, como puede verse hoy en Irak, Libia y Siria atestigua. ¿Cui bono?

Sin embargo una cosa no quita la otra. Si no hubiera habido resistencia y reconquista, España, Europa y América serían muy diferentes de lo que son. No hay muchas buenas razones para cantar alabanzas a una supuesta época dorada que nunca existió.

Los propagandistas del paraíso andalusí subrayan lo que supuestamente deberíamos aprender de la España jovenlandesa, pero si prestamos atención éstas no son sino conceptos que tales escritores ya tienen en sus cabezas e intentan imponer a la sociedad hoy en día: tolerancia mal entendida, feminismo, multiculturalismo e inmi gración masiva. Todos factores disolventes de cualquier sociedad, especialmente las europeas de baja natalidad.

Algunos de estos “historiadores” proclaman abiertamente su parcialidad por el proyecto multicultural global. Proyectan sus preconceptos contemporáneos al al-Ándalus sin real interés por entender el pasado en su contexto, sino para bajar línea y manufacturar consenso de políticas futuras. Precisamente lo que George Orwell nos advirtió “Quien controla el presente controla el pasado. Quien controla el pasado controla el futuro.”

Que no te la cuenten…

Enrique de Zwart



[1] Fuentes fiel a la religión del amoras : Akhbar Majmua, al-Qutiyya, Ibn al-Athir, al-Khatib, al-Razi, Ibn Idhari al-Marrakushi, and al-Maqqari. Fuentes cristianas: Rodrigo Jiménez de Rada entre otras.

[2] Shulchan Aruch, 4:clxviii, clxvii, clxvii, y clxvii; 2:lxv; cf. Maimonides, Mishneh Torah. Sefer Mishpatim. Hilchot Malveh Vloveh 5:1, 9, y 11.

[3] Aristote au mont Saint-Michel, éditions du Seuil, 2008.

[4] Este caso nos recuerda el del historiador español Francisco Javier Simonet (1829-1897), quien sí era arabista. Pero eso no le alcanzó para encontrar en vida una editorial que le publique su obra sobre los mozárabes debido a la oposición de arabistas liberales contra la visión “católica” de Simonet sobre al-Ándalus.

[5] Para interiorizarse del enorme ataque contra Sylvain Gouguenheim ver el articulo de Paul-François Paoli, “L’historien à abattre,” Le Figaro, 15 de julio 2008, L'historien à abattre

[6] La técnica de alternar piedra roja y blanca fue adoptada de la técnica romana opus vittatum mixtum. Los mosaicos de la mezquita son de manufactura griega.
 
En nuestros días no se puede hallar en el sur de España ninguna iglesia construida antes de la Reconquista católica.

Precisamente ésta es la mejor evidencia material del nulo respeto que tuvieron por otras culturas y religiones los gobernantes del Al-Andalus moruno y taifas posteriores. Al los que hablan de "tolerancia" fiel a la religión del amora en la España medieval este es el mejor argumento para cerrarles las bocas.

Y otro es la ausencia de cristianos en los territorios que se reconquistaron en el siglo XIII gracias no sólo a las limpiezas étnicas de los almoravides y almohades, bajo el "tolerante" Califato de Córdoba tambien hubo rebeliones de mozárabes que se solucionaron con represiones despiadadas a base de exterminios y huidas masivas.
 
Otro mito a derribar es el de "Los 800 años de presencia islamica en Hispania" con que nos machacan,dando erroneamente a entender que su presencia en toda la peninsula fue casi milenaria (Quiza para dar asi una presunta legitimidad a la invasion sarracena...

Pues bien,con datos en la mano y contando a partir de 711 (En realidad,715-20 si contamos la invasion entera de la peninsula),podemos decir que en la cordillera cantabrica y Galicia,el "dominio islamico" no llego ni al medio siglo de presencia real.Para el año 1000,toda la mitad norte de la peninsula (Salvo el estrategico Valle del Ebro),estaba ya en manos cristianas.

En el sur de la peninsula,los sarracenos estuvieron algo mas de tiempo,pero aqui el salto reconquistador fue espectacular : En apenas medio siglo,se libero del islam casi toda la mitad sur de Hispania.Este espectacular avance,comenzo con la derrota de las Navas en 1212(El "Stalingrado" fiel a la religión del amor,si se me permite la comparativa..) y acaba sobre 1270,en el que la presencia del islam peninsular se reduce al pequeño reino de Granada.

Asi,se puede afirmar que para mediados del S. XIII,la reconquista estaba casi practicamente finalizada,permitiendo subsistir dos siglos mas al reino de Granada por su condicion "inofensiva" y tributaria de los reinos cristianos.Este seria el unico lugar donde los fiel a la religión del amores estuvieron ocho siglos,ya que en la mitad norte,apenas aguantaron de uno a tres siglos y en la mitad sur algo mas (cuatro a cinco siglos).

Y sin los rifirafes habidos entre los reinos cristianos,mas la condicion tributaria de muchas taifas fiel a la religión del amoras,estoy seguro de que este periodo de tiempo se habria acortado aun mas.Porque si algo acelero la reconquista,fue la reaccion de las divididas taifas peninsulares al pedir ayuda al integrismo islamico extranjero (Almoravides y almohades) para frenar el constante avance cristiano que a mediados del S. XI,ya habia liberado toda la mitad norte y habia llegado ya hasta la capital (Toma cristiana de Toledo en 1085).
Porque basto ver a un poder extranjero radical intentar invadir de nuevo la peninsula,para que todos los reinos hispanos dejaran sus diferencias,se unieran y derrotaran al integrismo,liberando toda la mitad sur de Hispania en apenas unas decadas (Y lo mas importante,sentando las bases de algo que oficialmente se llamara "España",dos siglos mas tarde...).Asi somos...(O eramos...)

Asi que la falacia esa de los "800 años",es otro mito mas para justificar la invasion islamica de Hispania (Y aunque la presencia islamica habria durado 2000 años,esto no habria dado mayor legitimizacion historica,etica y jovenlandesal a esta invasion...)

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En la España fiel a la religión del amora en la época del califato de Córdoba los cristianos y los judíos estaban marginados. En el reino de Granada la minoría cristiana vivió mejor, cuando Granada era un vasallo de Castilla.
En la época del califato de Córdoba las guerras contra los cristianos y las expediciones fiel a la religión del amoras de saqueo y destrucción contra los reinos cristianos fueron muy frecuentes. Las relaciones entre fiel a la religión del amores y cristianos fueron pésimas durante gran parte del tiempo. Lo de la buena convivencia entre cristianos y fiel a la religión del amores durante la Edad Media en España es un mito, aunque hubo periodos de convivencia pacífica, sobre todo entre los reinos cristianos y el reino de Granada.
 
Hay otro mito sobre la rápida conquista de la Peninsula Ibérica, la cosa que comparativamente, tardaron más tiempo en conquistar Hispania que Egipto, Libia, Persia, Siria,..etc. Hay ciudades que dieron resistencia a la conquista árabe, cómo Merida, y la conquista está llena de saqueos y destrucción. Lo digo porque siempre se ha dicho que a los hispanorromanos estuvieron pasivos en cuanto la elite goda, fue derrotada en la batalla del Guadalete,... curiosamente los godos (duques, señores y gobernadores) casi corrieron para convertirse al islam , mientras que el pueblo llano hispanorromano fue el que presentó resistencia.

Otra cosa que para el gran público es casi desconocido las sucesivas revueltas y levantamientos de los hispanorromanos (ahora mozárabes) contra sus dominadores. Durante los dos primeros siglos fueron casi constantes. Toda la Bética era una sucesión de revoluciones de los cristianos, además de que los árabes se peleaban entre si debido a su estructura tribal, además de contar con bereberes recién islamizados (muchos ni lo serían) también divididos entribus, sirios,..etc. Es la única explicación de como un reino tan diminuto como Asturias no fuese aplastado.

Animo a los foreros a investigar sobre los movimientos y levantamientos mozárabes, tanto en Toledo como en Andalucía. Incluso los de mozárabes y muladíes juntos (hispanos) contra los árabes y bereberes.
 
Los arabes en los primeros años de la oleada turística, a partir del 711 encontraron poca resistencia. La población hispana estaba dividida entre los visigodos ricos y los campesinos pobres y éstos últimos no resistieron. Casi todos los visigodos se convirtieron al islam. Los alubio*s apoyaron a los invasores.
Los invasores no ocuparon nunca del todo las regiones montañosas del norte y allí empezó la resistencia cristiana, primero en Asturias, luego en otros lugares. El Pais Vasco, por ejemplo, no lo ocuparon nunca. Tampoco ocuparon Cantabria. Desde estas regiones comenzó en el S X la repoblación de Castilla. En Cataluña, los francos ocuparon en el S IX parte del territorio, creando los primeros condados catalanes.
Los enfrentamientos entre los habitantes del Califato originaron su destrucción. Había varios sectores enfrentados:
-Los árabes. Formaban la minoría dirigente en Córdoba.
-Los bereberes, enemigos de los anteriores.
-Cristianos y muladíes (conversos al islam), que se llevaban mal con los anteriores.
-Los eslavos, conversos al islam que habían sido esclavizados en los paises cristianos y que eran muy numerosos en el ejército. Aunque teoricamente eran esclavos, de hecho los soldados eslavos eran muy poderosos.
 
Enlazo un vídeo y una entrevista al catedrático y arabista Serafín Fanjul, autor de "Al-Andalus contra España".

[youtube]v4CwdEGiUSc[/youtube]

Entrevista con Serafín Fanjul en el País:

'Los fiel a la religión del amores de Al-Ándalus no eran españoles, su proyecto político era árabe'

Serafín Fanjul ha hecho añicos en Al-Ándalus contra España la idea de una sociedad fiel a la religión del amora refinada, pacífica y culta que fue doblegada por unos cristianos caracterizados por el salvajismo y la barbarie. Su libro, publicado en Madrid por Siglo XXI de España Editores, ha supuesto un mazazo para el escenario mítico -un paraíso perdido en el que el buen salvaje se despereza rodeado de placeres y tolerancia- en que, a su juicio, muchos han convertido Al-Ándalus.

Fanjul tenía un primer objetivo con su obra. 'Quiero clarificar desde el punto de vista sociocultural la situación. España vive ahora un momento histórico grave. Se están fomentando de manera irresponsable localismos basados muchas veces en invenciones pseudohistóricas: en Cataluña se inventan pasados míticos, las ideas de Sabino Arana en el País Vasco, el celtismo en Galicia...', relata el experto, que ha publicado otros estudios, como Canciones populares árabes y Literatura popular árabe.

Esta promoción de los localismos más variados ha llegado tambíen a la comunidad, en opinión del catedrático. 'En Andalucía, que es un territorio sin lengua diferencial, sin burguesía nacionalista, se han agarrado al clavo ardiendo de la historia. Blas Infante promovió un movimiento de tipo nacionalista irredentista muy semejante al de los vascos. Se agarró al argumento histórico', dice Fanjul. 'Pero la realidad histórica de Andalucía y la realidad desde hace tres, cuatro o cinco siglos no es ésa. Desde la expulsión de los moriscos, a principios del siglo XVII, hemos vivido sin más minorías que los etnianos. Esto ha creado una sensación de tranquilidad, de seguridad, de grupo homogéneo. Yo no digo que esto sea bueno, pero es que es así', puntualiza.

Esta situación ha propiciado, a juicio de Fanjul, que España no se haya visto envuelta en guerras como las que viven o han vivido recientemente otros países. 'Nos hemos evitado los conflictos que sufren países multiétnicos y multirreligiosos. Yo sé que esto es tocar una brasa. Los resultados sobre lo que ha sucedido en países con multiplicidad de etnias o religiones son lo que son: Yugoslavia, India, Pakistán, Líbano, Israel, Irlanda del Norte, Indonesia, Filipinas... Es un rosario de desgracias provocadas por esas multiplicidades en teoría tan bonitas', señala.

'El mestizaje absoluto es la solución para todos estos problemas, pero es que generalmente el mestizaje no se da en términos de equidad. Nunca hay un mestizaje respetuoso. Se habla de las tres culturas exquisitas y respetuosas de nuestra Edad Media; pero, en realidad, la Edad Media española fue una época muy dura, llena de barbaridades', asevera el catedrático de Literatura Árabe.

Fanjul echa por tierra cualquier visión edulcorada de Al-Ándalus. 'Hubo discriminaciones contra las minorías en Al-Ándalus: persecución de judíos y cristianos por parte de los fiel a la religión del amores, deportaciones masivas de cristianos y judíos hacia el norte de África, grandes matanzas de judíos en Granada en el siglo XI... Los cristianos hicieron exactamente lo mismo con los fiel a la religión del amores. Hubo vejaciones y discriminaciones durísimas', recuerda. 'Al-Ándalus -y la Edad Media española en general- fue una yuxtaposición de comunidades mucho más parecida al apartheid surafricano que a una idea de tolerancia y amor', recalca Fanjul. 'La inmensísima mayoría de la población de Andalucía desciende de gente del norte que empezó a llegar desde el siglo XIII hasta hoy. Quiero evitar que se sustituyan unos mitos fundacionales por otros más rechazables', agrega el autor de Al-Ándalus contra España.

La facilidad con que los árabes conquistaron la Península en el año 711 no fue acompañada, según Fanjul, de una asimilación tan evidente. 'Los árabes no esperaban esa facilidad de conquista. Había la debilidad de un sistema en el que una casta minoritaria de germanos dominaba a una población mayoritaria de hispanorromanos que no debían de sentirse muy dispuestos a luchar por ellos. La masa de la población era de cuatro o cinco millones. Las minorías dominantes germánicas empezaban a integrarse en el país tras 200 años. Cayó el aparato visigótico; pero, ojo, quedó el componente ideológico', dice.

'La onomástica de los cristianos en los siglos X y XI siguió siendo mayoritariamente cristiana, lo que indica un prestigio. Lo mismo que hoy en día se pone a las niñas Vanessa o Samantha de nombre porque hay un prestigio anglosajón. Estos cristianos se iban al norte siempre que podían. Entre los siglos VIII y XI hubo fugas masivas de cristianos que se instalaron en el norte', agrega el catedrático.

Fanjul cuestiona también una de las ideas más asentadas entre muchos estudiosos: que los fiel a la religión del amores de Ál-Ándalus eran españoles. 'Dudo que desde hace cuatro siglos la gran civilización de Al-Ándalus tenga presencia en la vida de España. Al-Ándalus es una parte de la historia de España; pero otra cosa es que eso sea España y que los fiel a la religión del amores fueran españoles. Hasta el siglo XV no se puede decir que hubiera españoles. Los fiel a la religión del amores de Al-Ándalus en modo alguno eran españoles porque no tenían ni las características culturales ni la intención de pertenecer a un proyecto cultural y político que no era el suyo. Su proyecto era árabe', explica.

'Incluso los moriscos en el siglo XVI sentían un repruebo permanente hacia la sociedad que les rodeaba. No se sentían españoles. Ese repruebo se puede justificar por lo mal que los trataban. Pero lo cierto es que colaboraban con los piratas, se rebelaron en más de una ocasión y eran una quinta columna permanente. Los moriscos no querían ser españoles', recalca. Fanjul resume sus palabras de forma taxativa: 'El islam entró en España y salió de España por la fuerza. Es la realidad de la historia'.

La convivencia que muchos han elogiado de jovenlandeses, judíos y cristianos no fue tal, según Fanjul. 'Esa supuesta convivencia se da por sabida y por hecha. Y no fue así. Hubo realmente problemas de fondo. Las religiones son un factor de conflicto permanente entre los seres humanos. Los problemas raciales se acabarán cuando haya un mestizaje absoluto. El tema de las religiones es distinto. No es sólo que unos rezan de una manera y otros de otra. El conflicto se produce cuando eso pasa al terreno social. En Indonesia ocurre, por ejemplo, cuando se obliga a las mujeres cristianas a ponerse el velo', arguye.

Fanjul tiene una dura opinión para los escritores que idealizan el pasado de la religión del amor de la Península. 'Quienes intentan esta resurrección forzada de Al-Ándalus contribuyen a alimentar un irredentismo andaluz que va a beneficiar poco a Andalucía y España. Hemos alcanzado niveles de libertad gracias al hecho de pertenecer a la cultura europea y a la latinidad. Los derechos humanos, la convivencia y el lugar de la mujer son cuestiones a las que no estoy dispuesto a renunciar', concluye.

'Los fiel a la religión del amores de Al-Ándalus no eran españoles, su proyecto político era árabe' | Edición impresa | EL PAÍS
 
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