En los estudios con animales, los efectos de la ivermectina sobre la fertilidad han sido observados principalmente con dosis mucho más altas de las que se utilizan en humanos. Estos efectos sobre la fertilidad, cuando se presentaron, tendieron a ser reversibles una vez que se interrumpió el tratamiento o se redujo la exposición a dosis más seguras.
En humanos, no hay evidencia sólida que sugiera que la ivermectina en dosis terapéuticas tenga un efecto permanente sobre la fertilidad. En cuanto a si el impacto sería temporal o permanente, la falta de estudios concluyentes en humanos hace difícil dar una respuesta definitiva. Sin embargo, dado que los efectos adversos observados en animales tienden a ser reversibles cuando la exposición a la ivermectina es reducida, se podría inferir que si hubiera algún impacto sobre la fertilidad humana, sería más probable que fuera temporal.
