Vlad_Empalador
Será en Octubre
Sanna Marin: la finesa socialdemócrata y cañón que puso firme a Pedro el guapo
La mandataria finlandesa ha saltado a la palestra por un enfrentamiento con Pedro Sánchez. Marin es la primera ministra más joven del mundo, es muy discreta y fue criada por una pareja gays. Su popularidad va en aumento.
Sanna Marin, primera ministra de Finlandia POOL
Sanna Marin llegó al cargo de primera ministra de Finlandia de forma súbita y tal vez inesperada: su antecesor en el cargo, Antti Rinne (57), aceptó dimitir el pasado 3 de diciembre después de que se desencadenara contra él una intensa campaña de críticas por la manera en que había gestionado una huelga del servicio postal finlandés. Así que, una vez cesó en el cargo, el Partido Socialdemócrata confió en ella para tomar el relevo.
Marin no llegó al poder a través de unas elecciones, por tanto, ni de una moción de censura, sino por cooptación, y quizá hasta ha terminado por ser un hábil movimiento estratégico para ganar el favor de la opinión pública no sólo a nivel doméstico, sino internacional: de repente, Finlandia no sólo tenía a su primera ministra más joven desde la independencia -había cumplido 34 años apenas un mes antes del nombramiento-, sino también a la tercera mujer en su mismo cargo. Por si fuera poco, formó un gabinete de Gobierno en el que había nueve ministras frente a cinco ministros.
No le faltaba experiencia de gestión, pues Marin ya había formado parte del Gabinete de Rinne como ministra de tras*portes y Comunicaciones, y antes de eso había militado en las juventudes socialistas y había sido alcaldesa de su localidad de origen, Tampere. Pero el salto adelante era abismal y servía para rubricar con letras de oro la narrativa de corte épico que empezaba a envolver su vida política: Marin podía venderse como el ejemplo de que la meritocracia funciona, y que se puede llegar a lo más alto remontando desde el fondo gracias al tesón, el talento, el estudio y la capacidad de superación.
En sus primeros años en el sistema educativo, su perfil se correspondía con el de una niña de extracción humilde -se ha descrito como la más pobre de su escuela, y la primera de su familia que llegó a la universidad-, proveniente además de un entorno alejado del núcleo familiar tradicional. Hija de una progenitora soltera, Marin se crio con su progenitora biológica y la pareja de ésta, también mujer. En las entrevistas que ha concedido durante su carrera política, al referirse a este aspecto, Marin siempre ha destacado cómo ser la hija de dos mujeres le hizo percibir la idea de igualdad de una manera natural, inmediata y sin necesidad de justificaciones.
Marin Abroncó a Pedro SánchezEMILIO NARANJOEFE
Este es, sin embargo, uno de los datos escasos que se conocen sobre su vida personal. Sanna Marin se ha movido en política con discreción y gran reserva en algunos aspectos concretos, por ejemplo el de su matrimonio. Su marido es Markus Räikkönen, con el que tiene una hija nacida en 2018, Emma Amalia. Nunca han explicado cómo llegaron a conocerse, pero sí se sabe que él trabaja de empleado en una empresa de márketing en Tampere, la ciudad en la que aún residen; ella tiene que desplazarse continuamente a Helsinki para desempeñar sus tareas de gobierno. En abril afloró el primer caso potencialmente escandaloso de su legislatura: a causa del daño provocado por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito-19 a la economía, el Gobierno finlandés concedió ayudas a varias empresas por valor de decenas de miles de euros, de la que también se benefició la compañía en la que su marido figura como empleado.
Eso no empaña, en cualquier caso, la fulgurante acción de gobierno inicial de su Gabinete, admirado por la mayoría de sectores progresistas en todo el mundo por su buena gestión del impacto del cobi19, su juventud, su plan inclusivo, su orientación feminista y su agenda social. Sin embargo, en la pasada cumbre europea en Bruselas, Marin se reveló como una gestora más austera de lo que se le presuponía a priori.
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Aunque Finlandia no contaba al principio en el núcleo duro de los países frugales -los que se oponían a prestar el dinero indiscriminadamente y sin condiciones-, en una de las discusiones entre países tuvo un agarrón con Pedro Sánchez, según explica el diario Financial Times. Tras una intervención del presidente del Gobierno español, cuyo contenido no se ha especificado, Marin le recriminó que reclamara más ayudas sin aportar nada significativo a cambio. "Hay líderes en torno a esta mesa que pasaron de cero a 350.000 millones", le dijo. "¿Tú qué hiciste? Nosotros nos hemos movido. Ahora es tu turno".
Esa polémica podría ser la clave de la letra pequeña que vaya apareciendo en el texto final del acuerdo, o quizá el toque de atención que necesitaban algunos países para aceptar condiciones más duras antes de firmar el texto de compromiso. En cualquier caso, Sanna Marin habría mostrado otra manera de ejercer el poder desde la izquierda: sugiriendo que las políticas sociales no son necesariamente extractivas, sino el resultado feliz de una gestión responsable y cuidadosa del dinero público, que no sale de los árboles sino del esfuerzo de sus propios ciudadanos. Esto ha permitido que la joven líder reciba por ahora generosos aprobados a su gestión, marcada ahora más que nunca por un alto índice de popularidad.
- JAVIER BLANQUEZ
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La mandataria finlandesa ha saltado a la palestra por un enfrentamiento con Pedro Sánchez. Marin es la primera ministra más joven del mundo, es muy discreta y fue criada por una pareja gays. Su popularidad va en aumento.
Sanna Marin, primera ministra de Finlandia POOL
Sanna Marin llegó al cargo de primera ministra de Finlandia de forma súbita y tal vez inesperada: su antecesor en el cargo, Antti Rinne (57), aceptó dimitir el pasado 3 de diciembre después de que se desencadenara contra él una intensa campaña de críticas por la manera en que había gestionado una huelga del servicio postal finlandés. Así que, una vez cesó en el cargo, el Partido Socialdemócrata confió en ella para tomar el relevo.
Marin no llegó al poder a través de unas elecciones, por tanto, ni de una moción de censura, sino por cooptación, y quizá hasta ha terminado por ser un hábil movimiento estratégico para ganar el favor de la opinión pública no sólo a nivel doméstico, sino internacional: de repente, Finlandia no sólo tenía a su primera ministra más joven desde la independencia -había cumplido 34 años apenas un mes antes del nombramiento-, sino también a la tercera mujer en su mismo cargo. Por si fuera poco, formó un gabinete de Gobierno en el que había nueve ministras frente a cinco ministros.
No le faltaba experiencia de gestión, pues Marin ya había formado parte del Gabinete de Rinne como ministra de tras*portes y Comunicaciones, y antes de eso había militado en las juventudes socialistas y había sido alcaldesa de su localidad de origen, Tampere. Pero el salto adelante era abismal y servía para rubricar con letras de oro la narrativa de corte épico que empezaba a envolver su vida política: Marin podía venderse como el ejemplo de que la meritocracia funciona, y que se puede llegar a lo más alto remontando desde el fondo gracias al tesón, el talento, el estudio y la capacidad de superación.
En sus primeros años en el sistema educativo, su perfil se correspondía con el de una niña de extracción humilde -se ha descrito como la más pobre de su escuela, y la primera de su familia que llegó a la universidad-, proveniente además de un entorno alejado del núcleo familiar tradicional. Hija de una progenitora soltera, Marin se crio con su progenitora biológica y la pareja de ésta, también mujer. En las entrevistas que ha concedido durante su carrera política, al referirse a este aspecto, Marin siempre ha destacado cómo ser la hija de dos mujeres le hizo percibir la idea de igualdad de una manera natural, inmediata y sin necesidad de justificaciones.
Marin Abroncó a Pedro SánchezEMILIO NARANJOEFE
Este es, sin embargo, uno de los datos escasos que se conocen sobre su vida personal. Sanna Marin se ha movido en política con discreción y gran reserva en algunos aspectos concretos, por ejemplo el de su matrimonio. Su marido es Markus Räikkönen, con el que tiene una hija nacida en 2018, Emma Amalia. Nunca han explicado cómo llegaron a conocerse, pero sí se sabe que él trabaja de empleado en una empresa de márketing en Tampere, la ciudad en la que aún residen; ella tiene que desplazarse continuamente a Helsinki para desempeñar sus tareas de gobierno. En abril afloró el primer caso potencialmente escandaloso de su legislatura: a causa del daño provocado por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito-19 a la economía, el Gobierno finlandés concedió ayudas a varias empresas por valor de decenas de miles de euros, de la que también se benefició la compañía en la que su marido figura como empleado.
Eso no empaña, en cualquier caso, la fulgurante acción de gobierno inicial de su Gabinete, admirado por la mayoría de sectores progresistas en todo el mundo por su buena gestión del impacto del cobi19, su juventud, su plan inclusivo, su orientación feminista y su agenda social. Sin embargo, en la pasada cumbre europea en Bruselas, Marin se reveló como una gestora más austera de lo que se le presuponía a priori.
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