Meanwhile in Colombia respetan al descuartizado y piden justicia. Aquí blanqueando al guapito castuzo

Piden la repatriación del cuepo y solo quedan los genitales, las nalgas y trozos de intestinos...



A Edwin Arrieta lo recuerdan en Lorica por trabajador y servicial
Entre tanto, su familia pide al Gobierno que los ayude con la repatriación del cuerpo y que se haga justicia.




Los adjetivos benevolentes y generosos les sobran a los familiares, amigos y conocidos del doctor Edwin Arrieta Arteaga, el cirujano cordobés que fue asesinado la semana pasada en Tailandia, al parecer, por Daniel Sancho Bronchalo, ciudadano español que confesó ante las autoridades del país asiático el crimen.

Cada detalle que sale a la luz pública sobre las circunstancias que rodearon el asesinato de Arrieta, parece sacado del capítulo más estrafalario de Investigation Discovery, pero igual de inverosímil para toda persona que supo algo de él en Lorica, municipio de Córdoba en el que nació y se crió.

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Por eso, Darling Arrieta, su hermana mayor, niega como si fuera su pellejo los señalamientos que Sancho hace contra su hermano, pues dijo de Edwin supuestamente lo tenía “en una jaula de cristal” y lo acosaba para que fuera su pareja. “Me tenía como rehén, era una jaula de cristal”, dijo.

“Ni mi hermano ni nosotros somos una familia peligrosa. Pueden venir a Lorica y vean dónde vivimos. Somos una familia de bien, nuestros padres han trabajado duro para darnos una educación”, cuenta a EL COLOMBIANO Darling. Y remata diciendo que esos señalamientos los hace Sancho cuando su hermano no puede defenderse.


Y es que a Darling no le cuadraban las horas que se demoró en dar aviso a las autoridades. Cuenta que, en medio del desespero por no saber de su hermano –quien viajó a Tailandia el martes 1 de agosto–, revisó la cuenta de Instagram de Edwin y vio una historia con Sancho, a quien le escribió para conocer el paradero de su hermano. “Yo a él le escribo no porque lo conociera ni supiera que existía, sino que por estar en esa situación tuve un momento de desespero. Si estás buscando a alguien perdido tú le hablas a todo el mundo”, recuerda la mujer.
El fallecido cirujano vivió en Lorica hasta que fue a hacer sus estudios universitarios en Barranquilla, en donde se graduó como médico. Posteriormente, se radicó en Buenos Aires (Argentina) para especializarse en cirugía plástica y reconstructiva. Después volvió al país y se estableció en la capital de Córdoba (Montería).

“Más adelante comenzó a trabajar en Chile, adonde viajaba constantemente desde Colombia”, narra a este diario Karen Corrales, hermana de una de las mejores amigas de Edwin, a quien conoció desde niña y quien mantiene cercanía con Darling Arrieta.

“Generoso, servicial, amable”

Corrales agrega que “Edwin era muy conocido en Lorica porque es un pueblo pequeño y todos crecimos como en familia”. Y por eso, se refiere a él como un “hombre amable, noble, tras*parente, servicial, humanitario, trabajador y excelente hombre de familia. Era el sostén de su hogar”, asevera.


A 54 kilómetros de Montería, Santa Cruz de Lorica está ubicada en la subregión del Bajo Sinú –que la conforman otros cuatro municipios del norte de Córdoba– de la que es considerada su capital por su ubicación en el río Sinú y su cercanía al mar Caribe. A pesar de tener un área urbana de solo 7,3 kilómetros cuadrados (poco menos del área de la comuna Laureles en Medellín), es un municipio cuna de personajes de talla nacional en distintas experticias.

La futbolista mundialista con Colombia Leicy Santos, la cantante Adriana Lucía y el empresario Fuad Char son algunos de los oriundos de esa población.




Pues bien, el doctor Edwin Arrieta podría contarse en esa lista de reconocimientos, empezando por su trayectoria de vida que empezó “desde abajo” y que le valió, incluso, para mantener amistad con el senador cordobés Fabio Amín Saleme. Como lo relata Ana Valdés, loriquera que lo conoció desde adolescente cuando estudió el bachillerato con uno de sus dos hijos.

“Su familia es muy sencilla, de estrato medio y de barrio popular de Lorica. Era reconocido por ser muy exitoso en su carrera. Era una gran persona y fue muy solidario con mi hijo cuando coincidieron en Argentina. Lorica está muy consternada con este drama. Esa familia está destrozada”, anota Ana en diálogo con EL COLOMBIANO.

Su mamá, Marcela Arteaga, fue profesora del municipio; su papá, Leovaldo Arrieta, técnico que se la rebuscaba arreglando artilugios. Ambos hoy hacen uso de su buen retiro, que de ahora en adelante no será igual sin Edwin.


Darling asegura que su hermano era una persona “apasionada por viajar” y no acepta que ahora Daniel Sancho señale como victimario a Edwin. “Le he pedido al Gobierno que por favor nos ayude con un abogado allá que defienda a mi hermano, que es la víctima, la persona que está muerta, la persona que desmembraron y a la que le arrancaron sus sueños y sus proyectos”.

Entre tanto, su familia espera la repatriación de su cuerpo y que la justicia de Tailandia –en donde el homicidio es uno de los delitos con mayor castigo– condene al español de 29 años. “Eso le daría un poquito de consuelo a mi mamá después de tanta tortura, pero no volverá a ser la misma”, admite.

Las penas a las que se atiene sancho

Daniel Sancho será procesado judicialmente en Tailandia por el delito de homicidio premeditado tras haber confesado el crimen de Arrieta. Ese país tiene reputación de ser estricto en cuanto a penas por crímenes graves. El homicidio es castigado con una condena a prisión de entre 15 y 20 años, o, dependiendo los casos, a cadena perpetua o a pena de fin –aunque poco se ha usado en los últimos años–.

Por eso, si es hallado culpable y si no es extraditado a su país, el español de 29 años tendría que enfrentarse a uno de estos tres castigos por el asesinato, que ya confesó. Entre tanto, en Colombia el alcalde de Lorica, Jorge Negrete, declaró tres días de duelo en el municipio por el asesinato del cirujano.