El propio testigo estrella en el juicio reconoció que Trump no sabía nada sobre cómo se habían anotado esos gastos en la contabilidad. Así que la causa es una completa farsa.
En primer lugar, en condiciones normales, (igual que en España con Hacienda) hubiera prescrito, pues ocurrió en 2017. No lo ha hecho porque el truhán del fiscal de Soros, ha argumentado que esto era un intento de alterar el resultado electoral, y eso le da otra categoría penal. Pero resulta que las elecciones fueron en 2016 y las anotaciones fueron en 2017. Todo muy coherente, como se ve.
Aquí no hay más que una burda persecución política propia de Venezuela, porque ven que va a barrer frente a la momia y están desesperados. Lo han intentado con todo, y todo ha fracasado. Esta farsa también fracasará. Mejor que empiecen a preparar otro robo de elecciones como la última vez, porque van a necesitar falsificar muchos millones de votos para alterar el resultado, y esta vez no tienen la excusa del el bichito y el "voto por correo" llegando un mes después para alterar el resultado.