Extractos del articulo:
Aquí daremos a conocer las visiones que tuvo la gran mística María Julia Jahenny sobre cuáles son las causas de esta tribulación, cómo escalaría hasta hacerse una gran tribulación, que cosas sucederán en este proceso y cómo saldremos de la tribulación, con un mundo y una Iglesia purificados.
Desde el 28 de diciembre de 1875 sobrevivió por cinco años comiendo solo la leche consagrada cada día y durante el período no tuvo ninguna excreción líquida o sólida.
Y hacia el fin de sus días quedó ciega, sorda, muda y tullida, y subsistió milagrosamente consumiendo el Santísimo Sacramento.
Algunos de sus éxtasis estuvieron acompañados de levitación y en ese momento su cuerpo no pesaba nada.
Predijo con exactitud las dos Guerras mundiales, la elección de San Pío X, varias persecuciones de la Iglesia, y los castigos que vendrían a Francia por su apostasía.
María Julia Jahenny predijo que vendría un tiempo de gran sufrimiento y persecución en el mundo, conocido como una Gran Tribulación.
Dijo que sería un tiempo de guerra, hambruna y enfermedad, y que la Iglesia estaría en declive.
Describió la Gran Tribulación como un tiempo de gran oscuridad y confusión, cuando las personas serían engañadas por falsos profetas y el mundo sería un lugar de caos y violencia.
Pero también predijo que la Gran Tribulación sería un tiempo de gran esperanza, porque luego Cristo intervendría para salvar a los justos y el mundo sería renovado.
Profetizó que habría una guerra mundial que devastaría el mundo y que esta guerra sería una guerra de religión.
Y también predijo que habría una gran epidemia que mataría a millones de personas.
Dijo que la Iglesia estaría en declive durante la Gran Tribulación.
Y que este declive sería un signo de los tiempos finales, y un signo de la Gran Tribulación.
La Iglesia se volvería corrupta y las personas se alejarían de Dios.
Describió el declive de la Iglesia como un proceso gradual, que comenzaría con la apostasía de los líderes eclesiásticos.
Ella dijo que muchos obispos y sacerdotes se convertirían en falsos profetas y engañarían a muchas personas.
Dijo que la apostasía, como un rechazo de la fe en Dios, sucedería por una variedad de razones, incluyendo el materialismo, el egoísmo y la falta de educación religiosa.
Profetizó que la apostasía sería precedida por un aumento de la herejía y la blasfemia.
Las personas comenzarían a rechazar la doctrina católica y a blasfemar contra Dios.
Y cuando esto empiece, sería un signo de que el mundo está preparándose para la Gran Tribulación.
La herejía sería promovida por falsos profetas, que engañarían a las personas con falsas doctrinas.
Y los verdaderos cristianos serían perseguidos durante la Gran Tribulación.
Y estaríamos en un momento en el que las personas serían puestas a prueba para ver si están dispuestas a seguir a Dios.
Le fue revelado que los responsables principales de la crisis que vendrá en la Iglesia, son los que gobiernan el rebaño.
Y que el mal uso de la libertad por los sacerdotes y obispos, será parte del problema.
Es por ello que una religión pervertida usurpará la verdadera religión católica, y los obispos abrazarán este sacrilegio.
Habrá una nueva liturgia, y hará que muchos sean perseguidos y declarados enemigos de la fe por no adaptarse a ella.
Los nuevos sacerdotes que se formen serán instruidos por el malo.
Y los pocos que se mantengan firmes en la verdad tendrán que huir y estar dispersos.
Pero predijo que aparecería un nuevo líder religioso durante la Gran Tribulación.
Ella lo llamó el «Gran Profeta» o el «Hombre de la Cruz».
Sería un hombre humilde y piadoso que sería enviado por Dios para guiar a la humanidad a través de la Gran Tribulación.
Por lo tanto, la apostasía culminará en los 3 días de oscuridad, que han sido profetizados también por varios santos más.
Según María Julia será un jueves, viernes y sábado. Habrá truenos y centellas.
Las personas deberán quedarse en casa, no abrir las ventanas, ni asomarse afuera.
En ese tiempo deberán tener las velas bendecidas. Ninguna otra luz brillará más que las de estas velas.
Recomienda además tener bendecidos la cruz y la imagen de Nuestra Señora.
De modo que después de la Gran Tribulación, habrá un tiempo de paz y prosperidad.
Será un tiempo en el que la humanidad vivirá en armonía con Dios y el mundo será un lugar mejor.
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