Mandela: como convertir a un terrorista en héroe.

PROBLANCO

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Nelson Mandela en 1937

Que el cine es un instrumento de opresión ideológica y de lavado de cerebro no es un secreto para nadie. Y si no que se lo digan al cine español, que viene haciendo exactamente eso. En España, fechorías como la de la “memoria histórica” jamás hubieran sido posibles sin la manipulación de masas que ha supuesto el cine español en los últimos años. Eso sucede también a nivel internacional y un buen ejemplo de ello es la película Invictus, que da una imagen completamente distorsionada de uno de los iconos de la progresía -y también de los liberales- de todo el mundo: Nelson Mandela. La película supone un serio intento de consolidar al antiguo líder del Congreso Nacional Africano (CNA) como un ídolo moderno.

Clint Eastwood relata en Invictus el triunfo del equipo sudafricano de rugby liderado por François Pienaar en la Copa del Mundo de rugby. El triunfo queda asociado a la figura de Nelson Mandela, que da a los miembros del equipo los uniformes verdes y amarillos, símbolo de la “Nueva Sudáfrica” post-apartheid. El hábil gesto de Mandela le ganó el apoyo de muchos sudafricanos blancos y consiguió que buena parte de la población le identificara con los colores nacionales. Sin embargo esto no es todo, ya que tan solo se trataba de un mero gesto en el océano de la violencia marxista que asolaba la Sudáfrica de entonces.

La película edifica toda su estrategia de manipulación sobre los estereotipos raciales políticamente correctos de los blancos fanáticos y crueles y los neցros oprimidos y bondadosos. Se trata de un estereotipo ya recurrente en el cine y en los medios en general, muy empleado en la guerra de propaganda que ciertas fuerzas -especialmente interesadas en la progresión del Nuevo Orden Mundial- emplean contra Occidente. En estas coordenadas, pronto resulta evidente que detrás de Invictus, una película magistralmente llevada y de enorme belleza cinematográfica, hay una clara intencionalidad política.

Primero, lo más sorprendente es la manera en que el triunfo se vincula a la figura de Nelson Mandela, por entonces solo un astuto político más al servicio del imperialismo soviético. Su estrategia de apoyo al equipo de rugby, en contra de las intenciones de su propio partido, constituyó un movimiento genial que, si bien aparece en la película, ignora deliberadamente el contexto complejísimo de la Sudáfrica de entonces. Eastwood no puede -no puede honestamente- separar la figura de Mandela de los treinta años de terrorismo y violencia por parte su CNA. En este sentido, la película recurre a reiterados flashbacks del encarcelamiento de Mandela en la isla de Robben, un lugar donde, según la película, parece que Mandela fue a parar por oponerse al apartheid. De manera subrepticia, se oculta que otros personajes de la Sudáfrica de entonces, como el obispo Desmond Tutu, se opusieron igualmente al apartheid sin ser jamás encarcelados. Entonces, ¿por qué fue encarcelado Mandela? El hecho es que Madela no recibió siquiera el apoyo de Amnistía Internacional ya que, pese a cometer numerosos crímenes violentos, habia tenido un juicio justo y había sido razonablemente sentenciado.

Mandela era el dirigente del brazo armado del CNA y del Partido Comunista de Sudáfrica, el célebre “Umkhonto we Sizwe”. Fue hallado culpable de 156 actos de violencia pública que incluían oleadas de atentados con bomba, muchos de ellos en lugares públicos, como el atentado de la estación de ferrocarril de Johannesburgo. Pese a que el presidente Botha ofreció a Mandela la libertad en varias ocasiones si renunciaba a la violencia, su ofrecimiento siempre fue rechazado. La película tras*mite la idea de que los neցros tienen todo que perdonar a los blancos y que este es el fin de la historia. No se dice una palabra de las décadas de violencia espantosa del CNA no solo hacia los blancos sino hacia otros neցros que no pertenecían al CNA. La Sudáfrica del apartheid, pese a todos sus defectos, atraía a dos millones de trabajadores de las naciones vecinas, muchas en poder de regímenes marxistas, fracasados y sanguinarios. La película silencia las bombas en los grandes almacenes o incluso en instalaciones nucleares, la supresión de críticos y opositores o el terrible necklacing -la especialidad de las guerrillas de CNA- en el que la gente, con frecuencia otros neցros, eran quemados vivos con un neumático en torno al cuello incendiado con gasolina. Por entonces, los terroristas de Mandela asesinaron y torturaron a miles de campesinos blancos para, más tarde, reintegrarse en el Ejército Sudafricano actual, sin que ninguna plañidera internacional haya pedido un “ajuste de cuentas” como se hace con Chile o Argentina. Por muchísimo menos de lo que Mandela hizo en su día, Hamas o Hizbolah son tildadas de “terroristas” en todo el mundo occidental.

Tampoco habla la película del apoyo de Mandela y su partido a regímenes así mismo sanguinarios como el régimen castrista, el de Robert Mugabe o el régimen chino. Aunque Invictus liga la victoria del equipo de rugby a la figura de Mandela, no hace igual, como correspondería en justicia, con el crimen galopante y la ruina de la economía. En la película, solo durante un momento Mandela mira los titulares de un periódico en el que se habla de crimen y ruina económica. Esto no hace justicia en absoluto a la situación real: de hecho, durante los 46 años de gobierno del Partido Nacional, 18.000 personas murieron en tumultos, atentados o en calidad de víctimas de la policía o el ejército. La cifra contrasta con las 20.000-25.000 personas que mueren todos los años en la actual Sudáfrica, en tiempo de paz, convertida en uno de los países más violentos del mundo. Además, la Sudáfrica del apartheid, abominada por todos, se hallaba entonces en una situación económica que hoy debería de envidiar: pese a estar entonces acosada por el bloque soviético en un amplio frente subversivo y por las sanciones de los EEUU y sus aliados, pese a sostener una guerra instigada desde Cuba en su frontera, el Rand era mucho más fuerte de lo que es hoy. La Sudáfrica de Nelson Mandela, sin ninguno de esos problemas, es ya un gigantesco fiasco económico y ha dejado de sacar las castañas del fuego a los países circundantes que, dicho sea de paso, cuentan con todas las bendiciones de la comunidad internacional de naciones “democráticas”.

Por último, queda por señalar el giro copernicano impuesto por el gobierno de Mandela en lo jovenlandesal. De hecho, precisamente él y sus camaradas del CNA son quienes legalizaron en Sudáfrica cuestiones como el aborto -legal desde el 1 de febrero de 1997-, la pronografía y el juego. Nada de esto sale en la película, por supuesto. Como tampoco sale -ha sido completamente distorsionado- la importancia que para los componentes de aquél equipo de rugby tenía su fe cristiana. Sorprendentemente, y pese a que la película indica justo lo contrario, es un hecho constatable que aquél histórico equipo oraba tras cada victoria en el terreno de juego. El propio líder del equipo, François Pienaar, declaró en una entrevista a la BBC en 1995 tras la victoria que, cuando sonó el silbato que indicaba el final del encuentro “me puse de rodillas. Soy cristiano y quería decir una rápida plegaria por hallarme en aquél acontecimiento maravilloso y no solo por ganar. De repente, todo el equipo estaba en torno mío; fue un momento especial”.

Toda este simplismo a la hora de tratar una situación incomprensible sin conocer el contexto africano de entonces, la guerra fría y el papel del CNA en la subversión de todo el Sur de África, solo puede entenderse como un acto de pura propaganda, encaminada a fabricar un falso héroe a la medida de los intereses de la mundialización.

Mandela: como convertir a un terrorista en héroe. « elsilenciodelaverdad
 
“En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera.” - Franklin Delano Roosevelt
 
Después del gobierno de Mandela podemos comprobar como Sudafrica ha logrado llegar a las más altas cotas de desarrollo.


¿Qué no? ¿Qué desde que los blancos no gobiernan el país se ha convertido en un sitio poco agradable?

Cualquiera lo creeria por como hablan los mass media de este personaje.

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Mandela canta una canción sobre apiolar a los blancos

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Problanco Mandela deberia ser tu idolo, es igual que tu pero en Pronegro.
 
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El FBI fue creado por iniciativa del fiscal general "Charles Bonaparte",un caballero de Malta y familiar del masón de alto rango,Napoleón Bonaparte.


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Y la CIA fue fundada por William Joseph "Wild Bin" Donovan,llamado "el padre de la CIA" otro caballero de Malta.

Donovan se graduó en Columbia en 1905 y fue miembro de la fraternidad Phi Kappa Psi,así como miembro de los Caballeros de Malta.

Donovan no tuvo un papel oficial en la creación de la CIA,pero su protegido,Allen Dulles jugó un papel decisivo en su formación.Bajo la dirección de Dulles,la CIA creó el programa MK-Ultra.

El presidente Dwight D. Eisenhower se refirió a Donovan como "el último héroe".

Cuando fue herido en una pierna por las balas de una ametralladora,se negó a ser evacuado y continuó con su unidad hasta que se retiró a una posición menos expuesta.

Si mirais en el salón de la fama de la inteligencia militar veréis como muchos de los que salen,tienen apellidos conocidos:

Churchill,Reagan,Kennedy,Carter.

No hay mucho más que decir,sólo hay que mirar el libro de los linajes Illuminati...
 
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Joseph Edward Schmitz es un abogado estadounidense,schmitz asistió a escuelas católicas y ex ejecutivo de Blackwater Worldwide,una compañía militar privada fundada en 1997 por Erik Prince y Al Clark,él es un miembro de la Orden Soberana y Militar de Malta.

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http://www.orderstjohn.org/nancy/muss.gif

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Mussolini y uno de los Rothschild con la insignia de los caballeros de Malta colgada al cuello.
 
¿Concertir terrorista en héroe nacional? Stalin asaltaba casa en busca de dinero revolucionario.¿Gawarilo Princip-el malo que prendió la mecha de 1°GM? Que obsesionados que sóis.Hasta Lenin era un agente alemán que metieron los teutones en Rusia para comenzar la revolución allí.

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¿Mandela marxista?

Me parece a mi que estás muy equivocado.

Fue una marioneta de la CIA, era necesario para hacer como que se instauraba un nuevo régimen, siendo todo falso. Mandela fue otro títere más para evitar que el marxismo se introdujera en la sociológicamente ambigua Sudáfrica.

CIA, KGB......dos agencias de la oligarquia financiera. Los años de trabajo en una cuentan para la pension de la otra
 
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