Uritorco
The White Revolution is the only solution.
Cuando le preguntaron durante la tras*ición a Blas Piñar si prefería la Alemania de 1933 o la España de 1978, este se negó a contestar. Algo extraño , siendo don Blas supuestamente "fascista". A no ser que hubiese algo del régimen "nancy" que le desagradase especialmente.
Veamos cual podía ser ese "motivo" en particular:
(Fuente: ABC, 14 de marzo de 1962, pág. 60).
(Fuente: La Vanguardia, 16 de noviembre de 1971, pág. 12).
Algo más. Nos lo cuenta con sus palabras el que fue apodado como el "Caudillo del Tajo"...
"Quienes como yo han tenido la dicha de nacer en Toledo no pueden ser extraños ni permanecer ajenos al tema sefardí. Lo hemos vivido desde la infancia. Yo he jugado de niño a los pies de la sinagoga del Tránsito, la de Samuel Leví, y he correteado a los pies de Santa María la Blanca. Luego, adolescente y joven, he caminado por la ****ría y he querido sorprender en los rasgos de algunos compañeros y de algunas amigas la sangre hebrea, que si ciertamente emigró hacia otras latitudes, también se quedó aquí para unificarse, cristianizada, en la unidad española de nuestro tiempo".
"Entre lo sefardí y Toledo hay una vinculación histórica, biológica y sentimental. En esa amalgama de culturas que es mi ciudad, con su famosa Escuela de traductores creada por Alfonso el Sabio, la aportación judía está presente e irrumpe, a pesar de los siglos, con una fuerza sobrecogedora y sugestiva".
"No puede sorprender, por tanto, que la atenta curiosidad por lo sefardí haya constituido una de mis aficiones más fuertes, y que cualquier oportunidad para una toma directa de contacto con quienes representan ese mundo errante de la diáspora hispánica la haya aprovechado con ingenua y absorbente dedicación".
"Una de esas oportunidades me fue ofrecida al llegar a Madrid Yair Behar Passy, ciudadano argentino y delegado de la Federación Sefardí Mundial. Su conocimiento personal me fue utilísimo. Completé en largas conversaciones con Behar lo que había aprendido en los libros, a saber, que el mundo sefardí tiene conciencia clara del momento que vive: o se injerta en la Hispanidad o desaparece".
(*) Blas Piñar, «Mi experiencia personal del mundo sefardí», pp. 183-190, Actas del primer Simposio de Estudios Sefardíes, Madrid, 1970.
Algunos apuntes más a tener presente:
Cuenta el tecnócrata de altos vuelos Laureano López Rodó en sus "memorias", que Federico Silva Muñoz, alto capitoste del Movimiento y consejero de muchos bancos y empresas, propuso en mayo de 1967 a Blas Piñar como ministro de Información. La figura de Muñoz Silva (cuñado de Álvaro Lapuerta, ex tesorero del PP), es digna de tenerla cuenta. Fue uno de los primeros españoles en ingresar en un extraña y restringida cofradía semisecrera denominada Círculo de Caballeros de Pinay, un "grupo de reflexión" de connotación e inspiración masónica conocido por el acrónimo de El Círculo —Le Cercle, en francés—, completamente supeditado a la estrategia de la Guerra Fría y las tesis atlantistas.
Poco después se incorporarían al mismo dos ministros de Información franquistas, Manuel Fraga Iribarne (a quien ya he brevemente retratado en otros hilos) y Alfredo Sánchez Bella, "íntimo amigo" de Blas Piñar y excelentemente conectado tanto con los lobbys internacionales del dinero como con las nuevas instituciones comunitarias europeas.
El Círculo había sido fundado por el político francés Antoine Pinay, seguramente masón y uno de los primeros integrantes del Club Bilderberg en 1954. Tres años más tarde se entrevistó personalmente en El Pardo con el general Franco invitado por Silva Muñoz.
Veamos cual podía ser ese "motivo" en particular:
(Fuente: ABC, 14 de marzo de 1962, pág. 60).
(Fuente: La Vanguardia, 16 de noviembre de 1971, pág. 12).
Algo más. Nos lo cuenta con sus palabras el que fue apodado como el "Caudillo del Tajo"...
MI EXPERIENCIA PERSONAL DEL MUNDO SEFARDÍ. (*)
"Quienes como yo han tenido la dicha de nacer en Toledo no pueden ser extraños ni permanecer ajenos al tema sefardí. Lo hemos vivido desde la infancia. Yo he jugado de niño a los pies de la sinagoga del Tránsito, la de Samuel Leví, y he correteado a los pies de Santa María la Blanca. Luego, adolescente y joven, he caminado por la ****ría y he querido sorprender en los rasgos de algunos compañeros y de algunas amigas la sangre hebrea, que si ciertamente emigró hacia otras latitudes, también se quedó aquí para unificarse, cristianizada, en la unidad española de nuestro tiempo".
"Entre lo sefardí y Toledo hay una vinculación histórica, biológica y sentimental. En esa amalgama de culturas que es mi ciudad, con su famosa Escuela de traductores creada por Alfonso el Sabio, la aportación judía está presente e irrumpe, a pesar de los siglos, con una fuerza sobrecogedora y sugestiva".
"No puede sorprender, por tanto, que la atenta curiosidad por lo sefardí haya constituido una de mis aficiones más fuertes, y que cualquier oportunidad para una toma directa de contacto con quienes representan ese mundo errante de la diáspora hispánica la haya aprovechado con ingenua y absorbente dedicación".
"Una de esas oportunidades me fue ofrecida al llegar a Madrid Yair Behar Passy, ciudadano argentino y delegado de la Federación Sefardí Mundial. Su conocimiento personal me fue utilísimo. Completé en largas conversaciones con Behar lo que había aprendido en los libros, a saber, que el mundo sefardí tiene conciencia clara del momento que vive: o se injerta en la Hispanidad o desaparece".
(*) Blas Piñar, «Mi experiencia personal del mundo sefardí», pp. 183-190, Actas del primer Simposio de Estudios Sefardíes, Madrid, 1970.
Algunos apuntes más a tener presente:
Cuenta el tecnócrata de altos vuelos Laureano López Rodó en sus "memorias", que Federico Silva Muñoz, alto capitoste del Movimiento y consejero de muchos bancos y empresas, propuso en mayo de 1967 a Blas Piñar como ministro de Información. La figura de Muñoz Silva (cuñado de Álvaro Lapuerta, ex tesorero del PP), es digna de tenerla cuenta. Fue uno de los primeros españoles en ingresar en un extraña y restringida cofradía semisecrera denominada Círculo de Caballeros de Pinay, un "grupo de reflexión" de connotación e inspiración masónica conocido por el acrónimo de El Círculo —Le Cercle, en francés—, completamente supeditado a la estrategia de la Guerra Fría y las tesis atlantistas.
Poco después se incorporarían al mismo dos ministros de Información franquistas, Manuel Fraga Iribarne (a quien ya he brevemente retratado en otros hilos) y Alfredo Sánchez Bella, "íntimo amigo" de Blas Piñar y excelentemente conectado tanto con los lobbys internacionales del dinero como con las nuevas instituciones comunitarias europeas.
El Círculo había sido fundado por el político francés Antoine Pinay, seguramente masón y uno de los primeros integrantes del Club Bilderberg en 1954. Tres años más tarde se entrevistó personalmente en El Pardo con el general Franco invitado por Silva Muñoz.
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