Remero du merda
Himbersor
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Suele decirse que las niñas maduran antes que los niños, porque las niñas al parecer se interesan antes por temas tan importantes como el amor, maquillaje, enseñar el ojo ciego en tik tok y ponerse bombachas, mientras los niños prefieren jugar a videojuegos o al fútbol y disfrutar de la vida.
Pero llega un momento en el que al parecer un hombre debe madurar. Madurar es tener responsabilidades, cumplir horarios, estudiar, consigue un trabajo, sé un buen chico, come tus verduras, lávate los dientes y paga tus impuestos.
Las mujeres pasan por un carrusel de platanos en el que pasan por los "peores errores" de sus vidas, y los bad boy se las aman en su zénit, con juventud y fertilidad. Luego se vuelven más exigentes, a pesar de ser más viejas, obesas y con el shishi más seco. Ahora, tras haber aprendido de sus "errores" buscan el príncipe que se merecen. Este hombre debe tener al menos una posición socioeconómica más alta que la suya propia y debe ser capaz de proveer, de tener una casa, de poder pagar una casa, de remar, pagar el IBI e IRPF.
Charo busca a su Joaquín. Y para que sea su Joaquín, debe ser un hombre maduro. Esto, por supuesto, es su concepto de madurez. Esclavizarse a un remo o a tus clientes pagando %20-30% en IRPF+cotizaciones sociales+MEI como un estropeado estulto. Este hombre también debe cumplir horarios, madrugar, trabajar, trabajar y trabajar, ahorrar para pagar la entrada de la hipoteca, hipotecarse tener críos cuando le de el click de que hay que tener críos y entonces terminas llamándola cari, delante suya, la parienta, cuando hablas de ella frente a otras personas, y terminas siendo el típico fracasado español Joaquín.
No salgas, sal menos con tus amigos, no vayas de festivales, vacaciones conmigo, no bebas, no juegues a videojuegos que es de niños pequeños, sé una persona seria y respetable.
Si reflexionáis sobre los métodos de educación que usan las mujeres con sus propios hijos y las profesoras en las escuelas, siempre se habla que "educar bien" se trata de hacerle respetar normas, cumplir rutinas, cumplir horarios y ser un puñetero esclavo.
No seáis puñeteros estultoes y no maduréis. Una fruta o cualquier otra meretriz os sale más barato haciendo balance.
Pero llega un momento en el que al parecer un hombre debe madurar. Madurar es tener responsabilidades, cumplir horarios, estudiar, consigue un trabajo, sé un buen chico, come tus verduras, lávate los dientes y paga tus impuestos.
Las mujeres pasan por un carrusel de platanos en el que pasan por los "peores errores" de sus vidas, y los bad boy se las aman en su zénit, con juventud y fertilidad. Luego se vuelven más exigentes, a pesar de ser más viejas, obesas y con el shishi más seco. Ahora, tras haber aprendido de sus "errores" buscan el príncipe que se merecen. Este hombre debe tener al menos una posición socioeconómica más alta que la suya propia y debe ser capaz de proveer, de tener una casa, de poder pagar una casa, de remar, pagar el IBI e IRPF.
Charo busca a su Joaquín. Y para que sea su Joaquín, debe ser un hombre maduro. Esto, por supuesto, es su concepto de madurez. Esclavizarse a un remo o a tus clientes pagando %20-30% en IRPF+cotizaciones sociales+MEI como un estropeado estulto. Este hombre también debe cumplir horarios, madrugar, trabajar, trabajar y trabajar, ahorrar para pagar la entrada de la hipoteca, hipotecarse tener críos cuando le de el click de que hay que tener críos y entonces terminas llamándola cari, delante suya, la parienta, cuando hablas de ella frente a otras personas, y terminas siendo el típico fracasado español Joaquín.
No salgas, sal menos con tus amigos, no vayas de festivales, vacaciones conmigo, no bebas, no juegues a videojuegos que es de niños pequeños, sé una persona seria y respetable.
Si reflexionáis sobre los métodos de educación que usan las mujeres con sus propios hijos y las profesoras en las escuelas, siempre se habla que "educar bien" se trata de hacerle respetar normas, cumplir rutinas, cumplir horarios y ser un puñetero esclavo.
No seáis puñeteros estultoes y no maduréis. Una fruta o cualquier otra meretriz os sale más barato haciendo balance.
