Gran noticia. La Universidad de Cádiz (UCA) ha enviado al astillero el barco Ucádiz, que será equipado durante los próximos meses para dedicarse a la investigación. Se trata de un buque de 25 metros de eslora con capacidad para 16 personas (la dotación habitual será de 12 científicos y 4 tripulantes) que estará listo a finales de este año. La intervención a la que se va a someter a este barco en Cádiz está presupuestada en 1,3 millones de euros, sufragados con ayudas de la UE y de la Junta de Andalucía, la UCA y el Campus de Excelencia Internacional del Mar (Ceimar).
Según confirmó Xavier Nieto, coordinador de arqueología náutica de la UCA, el Ucádiz estará destinado a actividades de ingeniería, biología y arqueología subacuática. Esta última disciplina ocupará cuatro meses al año de la actividad del buque, cuyo rango será el mar territorial situado frente a las costas andaluzas. Ni que decir tiene que se trata de uno de los mares más ricos en restos antrópicos de toda época, desde barcos fenicios y romanos a importantes pecios de época moderna, galeras como las de la flota de Juan de Mendoza, galeones de la carrera de Indias, o navíos de la batalla de Trafalgar, incluso restos de buques hundidos en la Guerra Civil, todos ellos de alto interés cultural e histórico. Desde su primera campaña, según adelanta Xavier Nieto a Espejo de Navegantes, repartirá su tiempo entre un pecio de época clásica o preclásica y otro de época moderna.
El barco, que se suma al Thetis (de 23 metros, propiedad del CASC, el centro de referencia catalán para la disciplina), será desde su entrada en funcionamiento el segundo buque dedicado en nuestro país a la investigación del pasado en nuestros mares. Y cabe considerar su puesta en marcha como un gran paso adelante en el desarrollo de la arqueología subacuática española, hasta ahora muy limitada, pese al buen trabajo de sus arqueólogos. A falta de una política nacional digna de ese nombre, como ya denunciábamos, es necesario celebrar estas buenas noticias que suponen avances importantes.
La Arqueología también impulsa el CEIMAR
Pero es que hoy se producen otras dos buenas noticias para la arqueología subacuática que vamos a reseñar.Se presenta en Cádiz la línea de Arqueología Náutica y Subacuática que han puesto en marcha CEIMAR y UCA en estrecha colaboración con el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía. En el mismo acto se presentarán, en su versión impresa, las actas del Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española. En ellas, más de un centenar de artículos resumen a la perfección los trabajos realizados en nuestro país en los últimos años.
Al frente de la iniciativa de CEIMAR y como editor de las actas del Congreso celebrado en el museo Arqua de Cartagena está Xavier Nieto, uno de los más prestigiosos arqueólogos subacuáticos españoles, hoy director, además, de la misión de la Unesco para inspeccionar el pecio del galeón San José en Panamá. Espejo de Navegantes le ha ofrecido la posibilidad de explicar el valor de ambos proyectos así como aventurar en qué cambia con ellos la disciplina en nuestro país.
-Estamos ante una de las publicaciones más importantes de los últimos años en la arqueología subacuática española. ¿Cuál cree que es la mayor aportación de estos dos volúmenes?
-En la 1ª circular de convocatoria del congreso se decía que se pretendía: “…tanto hacer visible la evolución y logros de la arqueología subacuática española, como facilitar una reflexión sobre el proceso seguido y contribuir a normalizar esta actividad…”. Creo que las actas son la materialización de aquel congreso y servirán para dejar constancia de aquello que se ha hecho en España en los últimos años en dos aspectos: por una parte un centenar de actuaciones llevadas a cabo sobre nuestro patrimonio cultural subacuático y por otra el que estas actuaciones han sido realizadas por más de doscientos técnicos. Esta es una realidad que era desconocida debido a una fragmentación de administraciones y que ahora se hace visible. Una realidad que es necesario conocer para planificar el futuro. Por otra parte la publicación de lo realizado hace evidente, para un lector avezado, las luces y las sombras de esta actividad en España: la procedencia de los actores y su calidad, los campos de investigación tratados, las motivaciones de las intervenciones, los medios disponibles, etc. Además una actividad científica, como es la arqueología subacuática, necesita, para su normalización, un foro de confrontación de las conclusiones científicas alcanzadas. También existía la apuesta estratégica para ir convirtiendo a ARQUA, con un acto aglutinador a nivel estatal, en un auténtico museo nacional. Con el mismo fin y por las mismas fechas se inauguró ARQUAtec un laboratorio de restauración e investigación sobredimensionado para las necesidades de ARQUA pero idóneo para cumplir las misiones que debería desarrollar como museo nacional al servicio de equipos de investigación de todo el territorio nacional. Espero que estas actas, con una difusión nacional e internacional, contribuirán a todo ello.
-¿En España deberíamos aspirar a un mayor número de publicaciones? Hay un pecio de hace 20 años que todos dicen que fue muy importante, el de Mazarrón, que aún no se ha publicado. ¿Qué significa eso? ¿Cuál diría que es el problema que debemos espantar para que haya más actividad en un país con tanto patrimonio subacuático de todas las épocas?
-Hay arqueólogos que opinan que una excavación arqueológica no publicada es una excavación no realizada. Yo creo que es más grave, ya que la excavación conlleva la destrucción del documento histórico y si no se publican los resultados esta destrucción supone privar a la sociedad de su derecho de conocer su historia, además de un despilfarro de los escasos medios disponibles. Es una destrucción legal del patrimonio. Por otra parte la publicación supone poner a disposición de la comunidad científica la información suficiente para la necesaria confrontación de opiniones, la cual contribuye al avance de la ciencia. El pecio Mazarrón 2 es un caso desafortunado, por muchas razones y motivaciones, de la arqueología subacuática española. Han pasado 20 años y la barca sigue bajo el agua y sin una publicación hecha por especialistas de manera científica y rigurosa. Hace ya años que tanto a nivel nacional como internacional se viene poniendo en duda tanto su filiación fenicia como su cronología por lo que es imprescindible, y la comunidad científica y la sociedad lo demanda, un estudio y una publicación riguroso e imparcial. En cuanto al problema que debemos espantar … ¡¡ uff!! Esta pregunta requeriría una respuesta de cientos de folios redactados desde ópticas diversas. La solución ni es fácil, ni es única, ni de resultados a corto plazo. Los ámbitos en los que actuar son múltiples:
Legislación adecuada.
Organización administrativa
Adecuada formación de los investigadores
Medios económicos e infraestructuras
Complejidad burocrática
Establecer objetivos precisos y realistas
Gestores capacitados
Decisión política
Determinados comportamientos humanos
Etc.
-El Congreso fue toda una recapitulación de muchos años de trabajos en España ¿Cuál es la más antigua ponencia y cuál la más moderna? ¿Cree que este libro resume los avances de la disciplina en los últimos 20 o 30 años en nuestro país?
-Teniendo en cuenta los objetivos del congreso, no se estableció un marco cronológico y se presentaron actuaciones en yacimientos desde época neolítica al siglo XX. Un proyecto arqueológico se realiza, en muchas ocasiones, a lo largo de varios años y en ocasiones lustros, por lo que es difícil establecer a qué momento del calendario corresponden las actuaciones que se presentaron, pero en este congreso ya no estaban presentes las actuaciones de los años 80 y 90. Lo presentado se ejecutó mayoritariamente en los últimos 15 años y más concretamente en los últimos 10. Más que resumir los avances en los últimos 30 años las actas presentan un estado de la cuestión en este momento, con una gran parte de los proyectos en fase de ejecución.
-¿Cómo será el proyecto de Ceimar y en qué espera que cambie este proyecto la arqueología subacuática en España.
-Todos queremos que la arqueología subacuática española ocupe un lugar puntero en el mundo, pero ¿en qué mundo?. ¿En el de las noticias sensacionalistas tras las que en la mayoría de los casos no hay más que humo, aunque ocupen la portada de una revista? Este mundo es efímero, solo aporta espectáculo momentáneo y acaba por desprestigiar a las personas e instituciones implicadas. Yo apuesto por la presencia de España en el mundo de los resultados científicos en el que la portada de la revista y el artículo interior sea la quintaesencia de unas conclusiones científicas. Creo en un arqueología subacuática española que investigue y explique la historia marítima de España en cualquier foro nacional o internacional con rigor científico irreprochable. De esa investigación de calidad saldrá la divulgación. Creo que no hay divulgación seria si no se apoya en una investigación rigurosa. Solo el reconocimiento de la comunidad científica nacional e internacional otorga a cada actuación arqueológica un prestigio u otro y sitúa al país y a los investigadores en una posición de referencia. Este es el reconocimiento que quiero para la arqueología subacuática española. Veamos los ejemplos de la DRASSM, Park Canadá, INA, etc. que se han convertido en referencias, tras muchos años de esfuerzos, gracias a la calidad científica y técnica de sus actuaciones y ¿quién lo ha hecho posible?, científicos y técnicos con una sólida formación. ¿Dónde se han formado estas personas?, pues en las universidades que tienen enseñanzas regladas y estables en la materia y tras una trayectoria de años. Pero la universidad y la academia en general tiene sus propias reglas y sus propios condicionantes, entre ellos seguir un programa perfectamente establecido que contempla el grado, el master y el doctorado y esto es sólo es el inicio preparatorio para otro recorrido que conduce a una especialización , a una estabilidad que asegure el acceso a proyectos, la continuidad, la formación de equipos, etc. ¿Qué ha pasado en España? Por multitud de factores (esto requeriría otra vez cien folios) la universidad no ha ofrecido de manera reglada y continuada una especialización en este campo con lo que no se ha creado el camino que lleve a un arqueólogo subacuático a efectuar la docencia y la investigación con el reconocimiento y las ventajas que da la universidad. ¿Cuántos doctores tenemos en España especialistas en arqueología subacuática?, siendo generosos cinco y este es el primer requisito que se va a exigir para desarrollar un curriculum de investigador principal en un proyecto. En España los arqueólogos subacuáticos nos hemos formado en una universidad en la que no se hablaba de arqueología subacuática, algunos hemos completado, como hemos podido, nuestra formación en el extranjero y la mayoría se han formado de forma autodidacta asistiendo a excavaciones en los centros de arqueología o en las empresas privadas. El resultado es que en España tenemos muy buenos técnicos, pero pocos investigadores porque no han recibido la formación teórica imprescindible. Esto produce un efecto muy grave: no hay masa crítica y cuando esto ocurre “en el país de los ciegos el tuerto es el rey” y cualquiera se atreve a sentar cátedra.
-¿En qué medida CEIMAR puede contribuir a cambiar esta situación?
-CEIMAR , la Universidad de Cádiz y el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía pretenden ofrecer un programa formativo especializado en arqueología náutica y subacuática que abarque el grado, el master y el doctorado y que permita, a medio plazo, que estos nuevos doctores puedan incorporarse a otras universidades, en las que también han entendido que necesitan a estos especialistas, de modo que cada uno de ellos, en sus nuevos destinos, se convierta en un elemento multiplicador de la formación, de la investigación y de la difusión. Es un trabajo a largo plazo pero esto no quiere decir que no haya resultados a corto y medio. Este camino ya lo inició la universidad de Pensilvania en 1961 y ahora tenemos el INA en Texas y también ha recorrido este camino, desde inicios de los setenta, la universidad de Aix- Marsella y tenemos la actual DRASSM. No será fácil, pero en Cádiz en estos momentos se dan una serie de circunstancias favorables que sería imperdonable no aprovechar. Pretendemos que la formación en Cádiz tenga un alto componente práctico y para ello una herramienta imprescindible es una plataforma de trabajo en el mar. La Universidad de Cádiz ya se ha dotado de un barco, el UCADIZ de veinticinco metros de eslora y con capacidad para dieciséis personas, que entrará en los próximos días en astillero para adecuarlo como buque de investigación, de donde saldrá antes de finales de año para estar operativo en la primavera. España dispondrá ya de dos embarcaciones (Thetis y UCADIZ) adecuadas para hacer arqueología subacuática dependientes de instituciones científicas. Con esta infraestructura se pretende iniciar la investigación / docencia de dos pecios, uno de época clásica y otro moderno. Por razones geográfica, estratégicas e históricas nuestras miradas en formación se dirigen preferentemente hacia la Europa Sudoccidental, el Magreb y América latina.