Victoria Taliban
Талибан победил
El evento principal del día es sin duda la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes sobre la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.
La esencia del acuerdo es simple: es un acuerdo que después de 18 años de guerra, Estados Unidos reconoce que los talibanes ganaron, y los talibanes acuerdan darle a Estados Unidos la oportunidad de salvar la cara. En esencia, es cuestión de tiempo. cuando, después de la retirada de las tropas estadounidenses, los talibanes tomarán el poder completo en el país. Pero Estados Unidos podrá decir que esto sucedió después de que las tropas se fueron, y los talibanes tienen la culpa de violar el acuerdo.
El representante ruso Zamir Kabulov estuvo presente en este acuerdo histórico, que en teoría completa la próxima etapa de la guerra afgana sin fin.
El acuerdo en sí proporciona garantías para Estados Unidos solo unos meses después de la retirada de las tropas.
Después de eso, nada impide que los talibanes tomen el poder total en sus manos.
A la luz de la próxima retirada de las tropas estadounidenses (dentro de 14 meses) y el creciente papel de los talibanes en el destino en Afganistán, parece interesante normalizar las relaciones entre Rusia y los talibanes y la exclusión de los talibanes de la lista de organizaciones terroristas.
Especialmente después de que el hegemón mundial de facto y de jure entre en un tratado de paz con una organización formalmente terrorista.
Debe entenderse claramente que formalmente una organización terrorista está aprobada como parte del futuro de Afganistán, que limita con Asia Central y, por lo tanto, con la esfera de intereses de la Federación de Rusia. En interés de Rusia, los talibanes sanos, que no entran en Asia Central, dan el pasaporte a los combatientes del ISIS y reducen la producción de heroína en Afganistán.
Después de esto, la tesis de que nunca hay negociaciones con terroristas puede considerarse obsoleta. De hecho, no están negociando con los terroristas, excepto con los que ganaron la guerra. Esta historia ciertamente influirá en la formación del mundo posterior a Washington.
Creo que es cuestión de tiempo cuando los talibanes serán retirados de las filas de las organizaciones terroristas y se establecerán relaciones diplomáticas completas con él, a menos que, por supuesto, los radicales talibanes comiencen a hacer todo tipo de sarama, como los atentados suicidas y la destrucción de objetos culturales. Es de interés para la Federación de Rusia que los círculos moderados tomen la delantera dentro de los talibanes, quienes liderarán el curso hacia la tras*formación gradual de los talibanes en una estructura de estado sensata que es responsable de lo que dice y hace.
Por supuesto, funcionará con deficiencias y este es un escenario negativo para la Federación de Rusia y Asia Central. Sin embargo aquellas delegaciones que los talibanes enviaron a Moscú y Beijing, hicieron todo lo posible para demostrar que respetan el creciente papel de China y Rusia y están listos para tenerlo en cuenta en el Afganistán de la posguerra. En general, los talibanes podrían desear una mayor adecuación después del tan esperado cambio, y dejar que los radicales descansen en las montañas de las provincias de Nangarhar, especialmente desde que los talibanes se comprometieron a destruir a los militantes de ISIS en Afganistán hace un año y erradicar el gobierno de Khorasan.
En general, este acuerdo pone fin a una de las guerras más largas de las últimas décadas. Y Trump cumple de manera bastante constante sus promesas de campaña. En las elecciones, dirá que hace 4 años prometió retirar las tropas de Afganistán (lo que Obama no pudo hacer) y lo hizo. Es un caso raro cuando un político al menos intenta cumplir lo que prometió, incluso si
esto lleva al reconocimiento del hecho obvio de que el imperio mundial firma de jure un acuerdo sobre un empate y es de hecho una derrota con el grupo terrorista.
Bajo Obama y especialmente Bush Jr., sería imposible de imaginar. Bajo Trump, ante nuestros ojos, se hace una historia en línea sobre el debilitamiento de la influencia global del imperio mundial, que por primera vez, después de la Guerra de Vietnam, se ve obligado a negociar un acuerdo con el enemigo desde una posición de debilidad.
Afganistán: otra guerra que no gana Estados Unidos
Afganistán: otra guerra que no gana Estados Unidos
Firma histórica
con los talibanes para acabar un conflicto de 19 años
El pacto rubricado este sábado con los talibanes carece de la deshonra que marcó el fin del conflicto bélico en
Vietnam. Pero tampoco conlleva la carga épica del vencedor. Otra guerra que no logra ganar
Estados Unidos, la máquina armada del mundo.
“Si la violencia no puede acabar con una victoria, es mejor finalizar con un acuerdo de paz”, sostiene
Madiha Afzal, experta de la
Brookings Institution.
Doha, la capital de
Qatar, fue el escenario del histórico acuerdo. Tras más de un año de conversaciones, el pacto establece el final de la guerra más larga en la que ha participado Estados Unidos, que arrancó en la resaca de los atentados del
11-S del
2001.
En el documento se fija un calendario para la retirada total de las tropas de las barras y las estrellas. De un pico que superó la cifra de más de 100.000 uniformados, en la actualidad hay unos 12.000 militares desplegados. En un plazo de 135 días se prevé que salgan 5.000 y el resto hará el equipaje en un periodo de 14 meses, salvo contratiempos.
Los talibanes –no se olvide, aún terroristas según la inteligencia estadounidense– se comprometen a renunciar a la violencia y a no permitir que el país sirva de santuario para terroristas.
En concreto se exige repudiar a
Al Qaeda, la organización que cometió los terribles ataques del 11-S.
Además, este compromiso hace de bisagra para abrir unas complejas negociaciones con el Gobierno afgano, apartado de este proceso, para forjar una sintonía que permita avanzar por la senda de la convivencia futura.
Fuentes oficiales confían en que estas conversaciones producirán un poder compartido e intercambiable y un alto el fuego duradero, ideas que han sido anatema para los talibanes en el pasado. No son pocas las voces que desconfían de unos mandatarios “barbudos” que dominaron el régimen hasta la oleada turística aliada y que aplicaron una arcaica y terrible ley islámica que masacró al pueblo