M. Priede
Será en Octubre
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Matthew Ehret:
Los principales medios de comunicación y los hackers políticos han estado trabajando horas extras para pintar el convoy Freedom que convergió en Ottawa el 29 de enero como un "movimiento insurreccional" lleno de "supremacistas blancos", "títeres rusos" y "nazis" para "derrocar al gobierno". . Incluso el exgobernador del Banco de Inglaterra (y fideicomisario del Foro Económico Mundial), Mark Carney, intervino el 7 de febrero afirmando que "esto es sedición" y que "aquellos que todavía están ayudando a extender esta ocupación deben ser identificados y castigados con toda la fuerza de la Ley". Carney, el favorito financiero perenne de Goldman Sachs y la ciudad de Londres (y aspirante a Primer Ministro) pidió que se atacara a todos aquellos que donaron dinero a esta operación terrorista interna.
Es imposible determinar cómo se desarrollará este proceso en los próximos días y semanas. La ilusión de la democracia liberal que alimentó la virtud auto-engrandecida señalando a los tecnócratas que sermoneaban a los estados autoritarios "malos" de Eurasia sobre cómo debería funcionar la libertad se ha derrumbado.
Una cosa es cierta.
Esos tiranos que viven en las cámaras de eco de sus torres de marfil exigiendo que el mundo se ajuste a sus utopías ideales posteriores a la nación están entrando en pánico porque no tienen idea de cómo interactuar con seres humanos reales que se organizan en torno a principios no matemáticos como "libertad", " justicia” y “derechos” que son inalienables para todos los ciudadanos, incluso si viven bajo una monarquía.
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Hay un límite para el poder del tirano: el convoy de la libertad de Ottawa derriba la ilusión de democracia en América del Norte
www.strategic-culture.org
¡No, hay un límite para el poder del tirano!
Cuando el oprimido no halla justicia,
Cuando la carga se vuelve insoportable, apela
Con corazón intrépido al Cielo,
Y de allí hace descender sus derechos eternos,
que allí permanecen, inalienablemente suyas,
E indestructibles como las estrellas mismas.
-Friedrich Schiller, Juramento Rutli de Wilhelm Tell
¿Quién hubiera pensado que Canadá alguna vez sería una bujía para un movimiento de libertad contra la tiranía?
Como editor de una revista geopolítica canadiense durante más de 10 años y autor de cuatro libros sobre la historia de Canadá, me avergüenza un poco decir que ciertamente no pensé que los canadienses tuvieran esto en ellos.
La "monarquía del norte" ciertamente no es algo que exuda un sentimiento revolucionario, ya que se fundó en principios no revolucionarios como "Paz, orden y buen gobierno", que contrastan marcadamente con el significativamente más inspirador "Vida, libertad". y la Búsqueda de la Felicidad” consagrado en los documentos fundacionales de nuestros primos del sur. Incluso nuestro documento fundacional de 1867 (redactado durante un mes de hedonismo alimentado con champán en 1864) explícitamente menciona el propósito de la confederación no como un medio para "apoyar el bienestar general" como fue el caso de la constitución de los EE. UU. en 1787, sino más bien "para promover los intereses del Imperio Británico”.
Pero aquí está.
Innumerables miles de patriotas han viajado por todo el país para refugiarse en Ottawa en paz y con un gran espíritu festivo que tuve que ver con mis propios ojos para creer exigiendo algo tan simple y libre de ideologías: libertad para trabajar, mantener a las familias y un respeto por los derechos básicos tal como se establece en la Carta de Derechos y Libertades (una actualización de 1982 de la vergonzosamente oligárquica Ley de América del Norte Británica de 1867).
Los principales medios de comunicación y los hackers políticos han estado trabajando horas extras para pintar el convoy Freedom que convergió en Ottawa el 29 de enero como un "movimiento insurreccional" lleno de "supremacistas blancos", "títeres rusos" y "nazis" para "derrocar al gobierno". . Incluso el exgobernador del Banco de Inglaterra (y fideicomisario del Foro Económico Mundial), Mark Carney, intervino el 7 de febrero afirmando que "esto es sedición" y que "aquellos que todavía están ayudando a extender esta ocupación deben ser identificados y castigados con toda la fuerza de la Ley". Carney, el favorito financiero perenne de Goldman Sachs y la ciudad de Londres (y aspirante a Primer Ministro) pidió que se atacara a todos aquellos que donaron dinero a esta operación terrorista interna.
Frente a un movimiento orgánico de derechos civiles de camioneros, granjeros y decenas de miles de simpatizantes que se han reunido en la capital de Canadá para exigir la restauración de sus libertades básicas, el actual gobierno liberal no ha demostrado ni una pizca de humanidad o capacidad. negociar. Esto no debería ser una sorpresa para aquellos que han visto en acción la hipocresía de los ideólogos del orden neoliberal "basados en reglas" en los últimos años, que se apresuran a celebrar la "libertad" de los ciudadanos de Ucrania, Hong Kong o Xinjiang cuando el resultado beneficie los objetivos geopolíticos de tecnócratas independientes hambrientos de hegemonía global. En el momento en que surgen auténticos movimientos obreros autoorganizados exigiendo el reconocimiento de derechos básicos, entonces se quitan las máscaras y la rabia de los tiranos muestra su verdadero rostro.
Entonces, en lugar de negociar y discutir sobre cuestiones constitucionales de principios como lo solicitaron los manifestantes, solo hemos visto amenazas, calumnias y más amenazas que van desde cortar $ 10 millones de fondos recaudados en GoFundMe el 4 de febrero y luego otros $ 8 millones recaudados en GiveSendGo. el 10 de febrero. Hemos visto al gobierno imponer un estado de emergencia primero en la ciudad de Ottawa, seguido de un estado de emergencia en toda la provincia el 11 de febrero, lo que justifica el corte de suministros vitales de combustible a los camioneros y sus familias que han estado acampando en temperaturas de -22 grados centígrados. Se han redactado edictos que prohíben abastecer de víveres a los manifestantes bajo amenaza de multas de hasta $100 mil dólares y un año de prisión y se ha estigmatizado mediáticamente a los ciudadanos patriotas que se han organizado por su derecho a no vivir bajo una dictadura. implacablemente como “insurgentes”.
Ley de Medidas de Emergencia invocada
Luego, el 14 de febrero, Justin Trudeau, seguido por la viceprimera ministra y fideicomisaria del FEM, Chrystia Freeland, se turnaron para anunciar la invocación de la Ley de Medidas de Emergencia, que anteriormente se conocía como "La Ley de Medidas de Guerra", invocada por última vez casi 50 años antes por Justin. el padre Pierre Elliot Trudeau como una "solución" a las células terroristas dirigidas por la RCMP desplegadas en Quebec y que culminaron en la 'Crisis de octubre' de 1970 que duró un mes. El nombre se cambió en 1988, aunque su función es completamente idéntica.
Bajo la Ley de Medidas de Emergencia, el Estado Profundo de Canadá que administra a Trudeau ha adoptado el programa Mark Carney descrito el 7 de febrero de apuntar a las cuentas bancarias de todos los canadienses involucrados directamente con el convoy o que hayan apoyado el convoy a través de donaciones en línea o criptomonedas. ¿Qué pueden sufrir esas personas por el delito de haber brindado apoyo o participación en las protestas? Esos 'deplorables insurgentes' enfrentan la amenaza de ver sus cuentas bancarias congeladas indefinidamente y, si tienen negocios, ver canceladas sus pólizas de seguro. Por lo tanto, los 'cinco grandes' bancos de Canadá han sido "delegados" y se les ha brindado plena protección legal para que no sean demandados por aquellos cuyas vidas se verán dañadas por el cierre de cuentas bancarias.
Una cosa se ha hecho evidente hasta ahora: las amenazas no están funcionando con camioneros y otros manifestantes que renuevan sus compromisos de permanecer en el lugar e incluso cuatro primeros ministros provinciales (de Alberta, Saskatchewan, Quebec y Manitoba) denunciando las medidas de emergencia.
La Asociación Canadiense de Libertades Civiles también ha denunciado enérgicamente la ley diciendo que “el gobierno federal no ha alcanzado el umbral necesario para invocar la ley de emergencias. Esta ley crea un estándar alto y claro por una buena razón: la ley permite al gobierno eludir los procesos democráticos ordinarios... La Ley de Emergencias solo puede invocarse cuando una situación 'amenaza seriamente la capacidad del gobierno de Canadá para preservar la soberanía, la seguridad y la integridad territorial'. de Canadá' y cuando la situación 'no pueda ser resuelta de manera efectiva bajo ninguna otra ley de Canadá'.
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Los principales medios de comunicación y los hackers políticos han estado trabajando horas extras para pintar el convoy Freedom que convergió en Ottawa el 29 de enero como un "movimiento insurreccional" lleno de "supremacistas blancos", "títeres rusos" y "nazis" para "derrocar al gobierno". . Incluso el exgobernador del Banco de Inglaterra (y fideicomisario del Foro Económico Mundial), Mark Carney, intervino el 7 de febrero afirmando que "esto es sedición" y que "aquellos que todavía están ayudando a extender esta ocupación deben ser identificados y castigados con toda la fuerza de la Ley". Carney, el favorito financiero perenne de Goldman Sachs y la ciudad de Londres (y aspirante a Primer Ministro) pidió que se atacara a todos aquellos que donaron dinero a esta operación terrorista interna.
Es imposible determinar cómo se desarrollará este proceso en los próximos días y semanas. La ilusión de la democracia liberal que alimentó la virtud auto-engrandecida señalando a los tecnócratas que sermoneaban a los estados autoritarios "malos" de Eurasia sobre cómo debería funcionar la libertad se ha derrumbado.
Una cosa es cierta.
Esos tiranos que viven en las cámaras de eco de sus torres de marfil exigiendo que el mundo se ajuste a sus utopías ideales posteriores a la nación están entrando en pánico porque no tienen idea de cómo interactuar con seres humanos reales que se organizan en torno a principios no matemáticos como "libertad", " justicia” y “derechos” que son inalienables para todos los ciudadanos, incluso si viven bajo una monarquía.
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Hay un límite para el poder del tirano: el convoy de la libertad de Ottawa derriba la ilusión de democracia en América del Norte
There Is a Limit to the Tyrant’s Power: Ottawa Freedom Convoy Tears Down Illusion of Democracy in North America
Tyrants living in their ivory tower echo chambers are panicking as they have no idea how to interact with actual human beings organizing themselves around…
Cuando el oprimido no halla justicia,
Cuando la carga se vuelve insoportable, apela
Con corazón intrépido al Cielo,
Y de allí hace descender sus derechos eternos,
que allí permanecen, inalienablemente suyas,
E indestructibles como las estrellas mismas.
-Friedrich Schiller, Juramento Rutli de Wilhelm Tell
¿Quién hubiera pensado que Canadá alguna vez sería una bujía para un movimiento de libertad contra la tiranía?
Como editor de una revista geopolítica canadiense durante más de 10 años y autor de cuatro libros sobre la historia de Canadá, me avergüenza un poco decir que ciertamente no pensé que los canadienses tuvieran esto en ellos.
La "monarquía del norte" ciertamente no es algo que exuda un sentimiento revolucionario, ya que se fundó en principios no revolucionarios como "Paz, orden y buen gobierno", que contrastan marcadamente con el significativamente más inspirador "Vida, libertad". y la Búsqueda de la Felicidad” consagrado en los documentos fundacionales de nuestros primos del sur. Incluso nuestro documento fundacional de 1867 (redactado durante un mes de hedonismo alimentado con champán en 1864) explícitamente menciona el propósito de la confederación no como un medio para "apoyar el bienestar general" como fue el caso de la constitución de los EE. UU. en 1787, sino más bien "para promover los intereses del Imperio Británico”.
Pero aquí está.
Innumerables miles de patriotas han viajado por todo el país para refugiarse en Ottawa en paz y con un gran espíritu festivo que tuve que ver con mis propios ojos para creer exigiendo algo tan simple y libre de ideologías: libertad para trabajar, mantener a las familias y un respeto por los derechos básicos tal como se establece en la Carta de Derechos y Libertades (una actualización de 1982 de la vergonzosamente oligárquica Ley de América del Norte Británica de 1867).
Los principales medios de comunicación y los hackers políticos han estado trabajando horas extras para pintar el convoy Freedom que convergió en Ottawa el 29 de enero como un "movimiento insurreccional" lleno de "supremacistas blancos", "títeres rusos" y "nazis" para "derrocar al gobierno". . Incluso el exgobernador del Banco de Inglaterra (y fideicomisario del Foro Económico Mundial), Mark Carney, intervino el 7 de febrero afirmando que "esto es sedición" y que "aquellos que todavía están ayudando a extender esta ocupación deben ser identificados y castigados con toda la fuerza de la Ley". Carney, el favorito financiero perenne de Goldman Sachs y la ciudad de Londres (y aspirante a Primer Ministro) pidió que se atacara a todos aquellos que donaron dinero a esta operación terrorista interna.
Frente a un movimiento orgánico de derechos civiles de camioneros, granjeros y decenas de miles de simpatizantes que se han reunido en la capital de Canadá para exigir la restauración de sus libertades básicas, el actual gobierno liberal no ha demostrado ni una pizca de humanidad o capacidad. negociar. Esto no debería ser una sorpresa para aquellos que han visto en acción la hipocresía de los ideólogos del orden neoliberal "basados en reglas" en los últimos años, que se apresuran a celebrar la "libertad" de los ciudadanos de Ucrania, Hong Kong o Xinjiang cuando el resultado beneficie los objetivos geopolíticos de tecnócratas independientes hambrientos de hegemonía global. En el momento en que surgen auténticos movimientos obreros autoorganizados exigiendo el reconocimiento de derechos básicos, entonces se quitan las máscaras y la rabia de los tiranos muestra su verdadero rostro.
Entonces, en lugar de negociar y discutir sobre cuestiones constitucionales de principios como lo solicitaron los manifestantes, solo hemos visto amenazas, calumnias y más amenazas que van desde cortar $ 10 millones de fondos recaudados en GoFundMe el 4 de febrero y luego otros $ 8 millones recaudados en GiveSendGo. el 10 de febrero. Hemos visto al gobierno imponer un estado de emergencia primero en la ciudad de Ottawa, seguido de un estado de emergencia en toda la provincia el 11 de febrero, lo que justifica el corte de suministros vitales de combustible a los camioneros y sus familias que han estado acampando en temperaturas de -22 grados centígrados. Se han redactado edictos que prohíben abastecer de víveres a los manifestantes bajo amenaza de multas de hasta $100 mil dólares y un año de prisión y se ha estigmatizado mediáticamente a los ciudadanos patriotas que se han organizado por su derecho a no vivir bajo una dictadura. implacablemente como “insurgentes”.
Ley de Medidas de Emergencia invocada
Luego, el 14 de febrero, Justin Trudeau, seguido por la viceprimera ministra y fideicomisaria del FEM, Chrystia Freeland, se turnaron para anunciar la invocación de la Ley de Medidas de Emergencia, que anteriormente se conocía como "La Ley de Medidas de Guerra", invocada por última vez casi 50 años antes por Justin. el padre Pierre Elliot Trudeau como una "solución" a las células terroristas dirigidas por la RCMP desplegadas en Quebec y que culminaron en la 'Crisis de octubre' de 1970 que duró un mes. El nombre se cambió en 1988, aunque su función es completamente idéntica.
Bajo la Ley de Medidas de Emergencia, el Estado Profundo de Canadá que administra a Trudeau ha adoptado el programa Mark Carney descrito el 7 de febrero de apuntar a las cuentas bancarias de todos los canadienses involucrados directamente con el convoy o que hayan apoyado el convoy a través de donaciones en línea o criptomonedas. ¿Qué pueden sufrir esas personas por el delito de haber brindado apoyo o participación en las protestas? Esos 'deplorables insurgentes' enfrentan la amenaza de ver sus cuentas bancarias congeladas indefinidamente y, si tienen negocios, ver canceladas sus pólizas de seguro. Por lo tanto, los 'cinco grandes' bancos de Canadá han sido "delegados" y se les ha brindado plena protección legal para que no sean demandados por aquellos cuyas vidas se verán dañadas por el cierre de cuentas bancarias.
Una cosa se ha hecho evidente hasta ahora: las amenazas no están funcionando con camioneros y otros manifestantes que renuevan sus compromisos de permanecer en el lugar e incluso cuatro primeros ministros provinciales (de Alberta, Saskatchewan, Quebec y Manitoba) denunciando las medidas de emergencia.
La Asociación Canadiense de Libertades Civiles también ha denunciado enérgicamente la ley diciendo que “el gobierno federal no ha alcanzado el umbral necesario para invocar la ley de emergencias. Esta ley crea un estándar alto y claro por una buena razón: la ley permite al gobierno eludir los procesos democráticos ordinarios... La Ley de Emergencias solo puede invocarse cuando una situación 'amenaza seriamente la capacidad del gobierno de Canadá para preservar la soberanía, la seguridad y la integridad territorial'. de Canadá' y cuando la situación 'no pueda ser resuelta de manera efectiva bajo ninguna otra ley de Canadá'.
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