Si la ultraderecha no es una amenaza para la democracia, no es ultraderecha.
La ultraderecha promueve la supremacía del Estado sobre los derechos individuales, el nacionalismo extremo, el militarismo y la aprobación de la violencia como medio para alcanzar los objetivos políticos. También se caracteriza por la dictadura y el culto a la personalidad del líder o líderes , que suelen ser vistos como figuras carismáticas y omnipotentes.
La ultraderecha rechaza y oprime a grupos o individuos considerados como "diferentes" o "enemigos del Estado", como judíos, comunistas, socialistas, pagapensiones, entre otros. En general, busca establecer una sociedad homogénea y uniforme, donde predomine un ideal de pureza racial y nacional.
Es importante tener en cuenta que la ultraderecha ha sido ampliamenta criticado y condenada debido a su tendencia autoritaria, totalitaria y a la violación de los derechos humanos fundamentales que implica.