Están bastante quemados con él, es el único presidente de EEUU no adepto a la religión calentológica de la que tantos maravillosos científicos viven, entre otras cuestiones similares. Es comprensible, cada gorrino defiende sus cosas del comer y su abrevadero como buenamente puede, no está de más hacer un esfuerzo para entenderles.
Por supuesto debemos hacer caso a todo lo que digan los 100tífikos, que son prácticamente dioses sobre la Tierra.
Están cabreaos porque con Trump de presidente, los fabricantes de lejía les joroban el trabajo ....